Materialismo dialéctico y
organización obrera
DIARIO OCTUBRE / enero 16, 2024
La
interpretación dialéctica consecuente de la materialidad del mundo es
incompatible, por ejemplo, con la afirmación idealista de que las fuerzas
motrices de desarrollo del mundo se encuentran fuera de los límites de éste.
Iniciamos este
artículo situando este elemento fundamental del pensamiento científico
revolucionario debido a que hoy día no se deja de repetir el pensamiento
revisionista que, pretendiendo hacer creer que las fuerzas motrices de
desarrollo del mundo se encuentran fuera de los límites de éste, y por
consiguiente, nada podremos hacer para variar el curso de la historia con
nuestra militancia e intervención revolucionaria.
Nos puede
servir de ejemplo de lo anteriormente dicho el desarrollo que ha tenido el
movimiento sindical desde sus inicios. Éste, en su mayoría, ha ido abandonando
con el paso de los años el principio de confrontación entre clases antagónicas
-capital/trabajo-, sustituyéndolo por el de colaboración y pacto entre esas
mismas clases. Este paulatino cambio no se debe a intereses personales de algún
dirigente corrompido, sino que esta situación es producto de todo un proceso
donde se han ido situando elementos ideológicos propios de la clase dominante,
la burguesía, que han ido alejando a la clase obrera del pensamiento filosófico
marxista. Pensamiento superador de los conceptos metafísicos de la filosofía
burguesa y que, llevado a la práctica, supuso que una parte de la Humanidad se
liberase de la dictadura del capital, ayudando a que millones de obrera y
obreros se organizasen en estructuras revolucionarias.
En el estado
español, fue la penetración de la ideología revisionista, anti marxista, en el
PCE lo que tuvo como consecuencia que el sindicato CC.OO, donde este partido
mantenía la hegemonía, se posicionara en la práctica de la conciliación entre
explotador y explotado, mediante el llamado “pacto social”, lo que ha tenido
consecuencias terribles para el conjunto de la clase obrera. No podemos pasar
por alto que CC.OO fue y es el sindicato con más afiliación de obreras y
obreros del estado.
En un periodo
histórico donde capitalismo, como sistema de producción y comercio, entra en
una fase de crisis irresoluble; periodo que, producto de la elevada capacidad
de producción, la tasa de ganancias desciende vertiginosamente, es el
proletariado quien en primera instancia sufre la implementación de medidas anti
obreras con las que mantener la extracción de plusvalía, una fórmula que
pretende garantizar al capital la supervivencia.
Ante esta
necesidad del capital de intensificar las políticas y medidas de
sobreexplotación, solo puede haber una respuesta que sitúe al conjunto de la
clase obrera en posición de confrontación directa entre clases, recobrando
vigor el concepto de “lucha de clases”.
La clase obrera
necesita recuperar el genuino sindicalismo con el que frenar la criminal
política de extracción de plusvalía del capital. Pero somos conscientes que
esta recuperación de la herramienta sindical será imposible sin la implantación
del proyecto revolucionario del Partido Comunista de los Pueblos de España.
Realidades con
las que situar nuestras aseveraciones.
El incremento
de las rentas del capital apabulla al leerlas, cada vez mayor proporción de
dichas rentas del trabajo productivo van directamente a las manos de
capitalistas. La situación en las condiciones laborales se ha deteriorado en
perjuicio de obreras y obreros, condiciones contractuales que les sitúan en la
precariedad laboral, desvalorización de la fuerza del trabajo, expresada
en salarios que no garantizan el poder de reproducción de la fuerza de trabajo,
es decir, de la propia vida de la clase obrera. Millones de obreras y obreros
están sumergidos en el mercado laboral denominado negro, muchos son obligados
al pluriempleo con el que llegar a fin de mes, incluso pensionistas. Las
condiciones sociales de millones de familias obreras son cada vez más graves,
13 millones de personas de extracción obrera están en el umbral de la miseria,
de los cuales 8 millones son reconocidos como desahuciados sociales. Se vuelven
a poner en manos privadas todos los servicios sociales públicos, educación,
sanidad, transportes, pensiones, derechos y servicios que en su día, a través
de la lucha de clases, se arrebataron al capital. Se destruye el nicho
ecológico que nos alberga, con la intención de implementar modelos de
extracción y producción que de alguna forma palie la crisis capitalista. El
estado español a través de sus gobiernos gestores de los intereses del capital
participa en guerras de rapiña a nivel planetario.
La clase obrera
está siendo duramente castigada, viviendo una realidad que la sitúa en el
umbral de condiciones de extrema precariedad.
Con este
panorama podemos afirmar que la clase obrera nada tiene que esperar de un
sistema obsoleto, decrépito y senil que ya ha tocado su fin histórico, pero que
jamás aceptará ser cambiado por ninguna otra forma de organización social que
abola la propiedad privada de los medios de producción y cambio así como la
apropiación de todos los resultados generados a través de las fuerzas del
trabajo.
Y ante esta
situación, entran en juego las posiciones, o lucha ideológica, de quienes se
mantienen firmes en los principios científicos del Marxismo y quienes lo
abandonaron o nunca lo asumieron. En esta batalla de ideas el proletariado, la
clase obrera, se juega mucho más que un incremento puntual de su salario, que
sigue la tendencia de estar por debajo del incremento del precio de la cesta
vital. Se juega su propia existencia y con ella la existencia misma de la
Humanidad.
Cuando llamamos
a que la clase obrera debe recuperar su independencia ideológica, lo hacemos
desde la convicción de que la ideología que la dota de independencia es el
Materialismo Histórico, es la dialéctica materialista, con la que poder
comprender la verdadera composición orgánica de la sociedad capitalista.
Comprender que desde dentro de esta sociedad del capital, el obrero y la
obrera, jamás podrán desarrollar todas su capacidades humanas y políticas. El
marxismo es la ideología del proletariado revolucionario.
Hoy es
necesaria la más alta unidad de clase, es necesario derrotar las posiciones
claudicantes en el seno de la clase obrera, es necesario otro sindicalismo,
sindicalismo de confrontación, sindicalismo asambleario, sindicalismo
político-social.
Pero para ello,
hace falta elevar las capacidades de intervención del Partido Comunista, PCPE,
única herramienta que hará posible la derrota del Capital, en el seno de la
clase obrera y de sus organizaciones. Esta es una tarea vital que debe afrontar
la militancia comunista.
Secretaria de
Movimiento Obrero del PCPE
FUENTE: unidadylucha.es
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