La
llegada de los agricultores de Oriente Medio a Europa ‘diluyó’ el ADN
neandertal
TERCERAINFORMACION / 19.10.2023
Trazan la historia de los
cruces entre sapiens y neandertales.
Hace 10.000 años, los
primeros agricultores procedentes de Anatolia disminuyeron los niveles de
ascendencia neandertal europea. Este es el principal hallazgo de un estudio
genómico de la Universidad de Ginebra, en Suiza, que explica por qué en esta
zona hay menos rastro de la especie extinta que en el este de Asia en la
actualidad.
Una pareja de mujer
neandertal y hombre 'Homo sapiens'. / José Antonio Peñas (SINC)
Hace alrededor de 50.000 a 70.000 años el hombre
moderno llevó a cabo su principal ola de expansión fuera de África, es la
teoría denominada Out of Africa. Al llegar a Europa, en esta región
se toparon con los neandertales, que llevaban cientos de miles de años viviendo
en la parte occidental del continente euroasiático. Este cruce propició que se
reprodujeran con las sociedades humanas cazadoras recolectoras,
pero finalmente el Homo sapiens se impuso y los neandertales
se extinguieron.
No obstante, esta desaparición no fue repentina
y, al coexistir durante milenios ambas especies, el ADN
neandertal se integró en el genoma de los sapiens.
Como consecuencia, en la actualidad existe una
presencia de aproximadamente un 2 % de ADN de origen neandertal en la población
euroasiática. Sin embargo, este porcentaje varía ligeramente según las
regiones, ya que es algo más abundante en los genomas de las poblaciones
asiáticas que en las europeas (tienen alrededor del 8 % al 24 % más).
Para entender esta historia común entre las dos
especies, una investigación liderada por la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha
estudiado la distribución de la porción de ADN heredado de los
neandertales en los genomas de los humanos modernos, a lo largo de los
últimos 40.000 años.
Con este objetivo, utilizaron una base de datos facilitada
por la Facultad de Medicina de Harvard que incluye más de 4.000 genomas de
individuos que han vivido en Eurasia en ese período. Estos análisis
estadísticos revelaron sutiles variaciones en el tiempo y en el espacio
geográfico.
“Al analizar paleogenomas de hombres modernos
hasta el presente, observamos que existe una parte de ADN neandertal que
aumenta al distanciarse desde la fuente de expansión Out of Africa.
Sin embargo, esta expansión no explica la
relativa mayor ascendencia neandertal observada hoy en el este de Asia,
comparado con el oeste de Europa. Es una segunda expansión, la de los primeros
agricultores provenientes del Medio Oriente (Anatolia), que se
encontraban más cerca de la expansión original y, por tanto, tenían
relativamente menor ADN neandertal, la que disminuyó los niveles de esta
ascendencia en Europa”, declara a SINC Claudio Quilodran, de la UNIGE y
coautor principal de la investigación. El trabajo se publica en la
revista Science Advances.
Durante la transición al Neolítico, es decir,
con el paso del estilo de vida cazador-recolector al estilo agrícola
proveniente de los habitantes de Anatolia (península occidental de Turquía) y
de la zona del Egeo hace entre 10.000 y 5.000 años, es lo que propicia la
disminución de la proporción de ADN de origen neandertal en los genomas de las
poblaciones europeas.
Estos primeros agricultores portaban
una proporción de ADN de origen neandertal inferior a la de los habitantes de
Europa en la misma época. Al mezclarse, los genomas de los agricultores de
Anatolia ‘diluyeron’ un poco más el ADN neandertal.
Cómo explicar las diferencias entre Europa y Asia
Una hipótesis para explicarlo es que la
selección natural no habría tenido el mismo efecto sobre los genes de origen
neandertal en las poblaciones asiáticas y europeas. Pero en la UNIGE se trabaja
en otra hipótesis basada en simulaciones computacionales que apunta a que tales
diferencias podrían explicarse por los flujos migratorios: cuando
una población migrante se hibrida con una población local, en su zona de
cohabitación, la proporción de ADN de la población local
tiende a aumentar con la distancia desde el punto de partida de la población
migrante, en este caso África, punto de origen del Homo sapiens.
“Precisamente, lo interesante de nuestro estudio
es que proponemos esta nueva hipótesis [flujos
migratorios]para entender estas pequeñas diferencias que observamos hoy. Esto
se explica porque los individuos que viven al borde de la ola de expansión
demográfica son menos numerosos que en el centro de la expansión, lo que hace
que tengan una mayor probabilidad de aumentar el ADN neanderthal, por
reproducción con ellos o aleatoriamente, ya que la población es pequeña”,
explica Quilodran.
Los resultados de la investigación indican que
en el periodo posterior a la dispersión del Homo sapiens desde
África, los genomas de los cazadores-recolectores paleolíticos que vivían en
Europa contenían una proporción ligeramente mayor de ADN de origen neandertal,
si se compara con los genomas de los que vivían en Asia.
Este resultado es contrario a la situación
actual, pero concuerda con los datos paleontológicos, ya que la presencia de
neandertales se registró principalmente en Eurasia occidental —no
se han descubierto huesos de neandertales más al este que en la región de
Altai, en Siberia—.
“Empezamos a disponer de datos suficientes para
describir cada vez con mayor precisión el porcentaje de ADN de origen
neandertal en el genoma de sapiens en determinados periodos de
la prehistoria. Por tanto, nuestro trabajo puede servir de referencia para que
futuros estudios detecten más fácilmente perfiles genéticos que se
desvían de la media y que, por tanto, podrían revelar un efecto
ventajoso o desventajoso», concluye Mathias Currat, último autor
del estudio.
Referencia:
Claudio S. Quilodrán et al. «Past human
expansions shaped the spatial pattern of Neanderthal ancestry». Science Advances.
Fuente: SINC
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