viernes, 2 de junio de 2023

EDITORIAL. La derecha gana porque tiene muchos medios

 

EDITORIAL. La derecha gana porque tiene muchos medios

 

INSURGENTE.ORG / 02.06.2023

 



 

La batalla electoral tiene su traslación directa en los medios de comunicación. En una sociedad donde los partidos están deshabitados de militantes (algunos mantienen cierta afiliación pero que, en la realidad, no ejerce, no participa, no acude, no existe), los «mass media» resultan imprescindibles para que la clase dominante vierta su ideología, marque línea con la simpleza de buenos y malos, de patriotas y antipatriotas. Entrar a un bar por las mañanas a desayunar y ver en la pantalla a Ana Rosa (millonaria y con marido corrupto) marcando agenda, abrazada a la derecha, blanqueando a la extrema derecha y hacerlo con dramatismo del país se viene abajo, es solo comparable con lo que a esa misma hora hace Losantos en libertaddigital, Alsina en Onda Cero, Herrera en la COPE, Ferreras en la Sexta, Pedro J en El español, Inda en okdiario y así hasta el infinito. El control mediático y el partido de la justicia (fiscales y jueces al servicio del poder), son dos pilares básicos para mantener el orden capitalista y dirigir a los súbditos mensajes que luego replican sin pudor ni conciencia en entornos familiares, laborales o de ocio.

Es evidente que el sistema compra ese trabajo. Las empresas de comunicación reciben mucho dinero público a través de la llamada «publicidad institucional», esto es, dinero que se entrega a cambio de un trato condescendiente con los políticos y dirigentes del partido que, obviamente, no lo pagan con dinero propio sino del erario colectivo. Yo te hago una entrevista el domingo y tú me das 50.000 euros, si hace falta te invento una campaña de uso de los carriles bicis, la excusa da igual. De esta práctica no se salva nadie, lo que ocurre es que en este momento, aquí y ahora, es tal la cantidad de medios que responden a los intereses de la derecha casposa, que es casi imposible que una persona sin mayores pretensiones informativas pueda sustraerse del discurso oficial (y muy de derechas). Luego, con esa información recibida durante meses/años, van y votan. No hay contraste posible de noticias, y la prensa de izquierdas solo llega a militantes y ya previamente conciencidos, es decir, a pocos. La derecha gana porque tiene muchos medios.

¿Y ante esto qué hacer? Durante años los políticos más progresistas (no deberíamos llamarlos de izquierda) han mendigado una entrevista, la publicación de un artículo, o la cobertura de un acto, en medios enemigos como los del Grupo Prisa, al punto, de que fueron forjando la idea (y la transmitieron) de que El País y la Cadena Ser no eran tan adversarios, sino compañeros de viaje. ¿De viaje a dónde? Esa escuela sigue existiendo, sus señorías prefieren una nota positiva en ese tipo de prensa que apoyar y difundir prensa alternativa al régimen. Será porque a partir del 78 se encuentran a gusto, aunque a veces haya que hacer un poco de paripé. La realidad es que sin ganar (o al menos pelear) en la batalla mediática no hay paraiso (ni mucho menos votos).

 

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