Consulta ciudadana por la
sanidad pública en Madrid: Balance y perspectivas
Por Jesús Jaén |
Rebelion / España
06/05/2023 | España
Fuentes: Viento
sur
Desde hace más
de dos años la situación de la sanidad pública en la Comunidad de Madrid está
empeorando a pasos agigantados. Los motivos son de sobra conocidos: las
políticas de los gobiernos del PP durante los últimos 25 años han ido dirigidas
a desmantelar los servicios públicos y particularmente, la sanidad. Los efectos
demoledores de la pandemia de la covid 19 han recaído sobre las espaldas de
miles de profesionales del SERMAS (Servicio Madrileño de Salud). La Atención
Primaria ha sido la principal damnificada. Durante estos años se han cerrado
servicios de urgencias extrahospitalarias y el número de médicas y médicos o
pediatras ha disminuido por jubilaciones, bajas no cubiertas o la falta de
reemplazo de nuevos profesionales. Es una situación insoportable que sufren en
primera persona las usuarias y usuarios del sistema público de salud y de
manera especial en los barrios y pueblos obreros, donde la gente no puede
contratar seguros médicos. El centro de salud de Abrantes en Carabanchel ahora
mismo no tiene médicas ni pediatras en el turno de tarde.
Esta situación
es la que nos ha llevado a salir a las calles. En los barrios y los pueblos
como Carabanchel, Latina, Villaverde, Usera, Vallecas, Arganzuela, Getafe,
Fuenlabrada, Leganés, entre otros, se han hecho centenares de concentraciones o
manifestaciones. También se han convocado huelgas de las trabajadoras y
trabajadores de Atención Primaria y, sobre todo, dos grandes marchas hacia
Cibeles, como las del 13 de noviembre y 12 de febrero (que juntaron a centenares
de miles de personas), convocadas por un espacio nuevo que se ha ido
consolidando a raíz de estas movilizaciones. Este espacio llamado “Vecinas y
vecinos de los barrios y pueblos de Madrid”, ha tenido el mérito de reunir a
todas aquellas personas que quieren luchar por la sanidad pública
independientemente de sus ideas políticas o pertenencia a otros colectivos. Un
espacio nuevo que ha sido el mayor catalizador de la movilización social a
favor de la sanidad pública.
El siguiente
paso que hemos dado fue la preparación de una Consulta ciudadana que tenía tres
objetivos fundamentales. El primero, continuar la movilización social pero no
con una nueva manifestación, sino de manera más estructural y sostenida. Para
ello tomamos los modelos de consultas que se habían realizado en la época del
15 M (la consulta del agua y la de la Marea Blanca en 2013). El segundo
objetivo era seguir metiendo más presión al gobierno de Isabel Díaz Ayuso en
los meses cercanos a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo. Y
el tercer objetivo era (esto es para nosotras y nosotros lo más importante)
crear nuevo tejido social que tanto se ha ido perdiendo durante los últimos
años; es decir, fortalecer la organización y las redes de contacto directo (no
sólo internet) con la gente. Un trabajo a medio y largo plazo (pico y pala) que
en esta época parece estar devaluado, y que en muchos barrios está siendo
ocupado por las corrientes políticas o religiosas ultra reaccionarias.
Realizada la
consulta y con los números en la mano, la asamblea de “Vecinas y vecinos”
(celebrada el 26 de abril) hizo un balance muy positivo. Por supuesto, hay
matices entre nosotras y nosotros, pero el sentimiento general es que se ha
hecho un buen trabajo. La participación ha sido de 322.844 personas. De ellas
281.802 han sido votos presenciales y 41.042 adhesiones a la consulta. Siendo
esta participación muy importante (dadas las condiciones políticas y sociales
que vivimos en estos momentos), pensamos que lo más significativo ha sido
cumplimentar el otro objetivo que teníamos. La creación de un mayor tejido
social estructurado, en este caso, en torno a la defensa de la sanidad pública.
Nuestros datos son los siguientes: en esta consulta hemos hablado con miles y
miles de personas que nos han expresado su situación, sus problemas y sus
preocupaciones. Entre estas miles de personas me gustaría destacar la
participación de la población inmigrante que, si bien no se movilizó en las
manifestaciones, ha ido perdiendo el miedo y se ha ido acercando a las urnas y
votando. Otro dato que quiero resaltar es la participación de muchas personas
jóvenes en la horquilla de dieciocho a treinta años; es decir, que las
generaciones que vienen están empezando a concienciarse de que necesitamos una
sanidad 100×100 pública.
La parte más
significativa de este nuevo tejido social es la organización de las voluntarias
y voluntarios que se han encargado de hacer la campaña de difusión, han estado
a pie de urna durante siete días y han dedicado horas de su tiempo libre. Calculamos
que han sido unas 10.000 personas (los datos aún no están cerrados). Este
conjunto de activistas es el que se ha encargado de mantener unos 1.700 puntos
de votación en 58 distritos de la Comunidad. Muchas de estas mesas de votación
estaban colocadas en la puerta de los centros de salud y hospitales, en la
salida de las estaciones de metro, en la puerta de los mercados, etc. Es
evidente que no hemos llegado a cada rincón de cada pueblo o barrio, pero la
Asamblea de “Vecinas y vecinos” se sentía orgullosa de haber podido realizar
algo que otras organizaciones con estructuras -en teoría- consolidadas ni se lo
han planteado.
Hubo un debate
lógico entre nosotras y nosotros sobre la comparación de la consulta de la
sanidad en 2013 y ésta. En aquella conseguimos que 943.000 personas
participaran. Pero en mi opinión, esta comparación no es muy adecuada. El
contexto político y social que vivimos era distinto. Estábamos en medio de la
larga onda del 15M e inmersos en las grandes Mareas (la Marea Blanca estaba en
plena ebullición). La implicación del personal sanitario en aquella ocasión fue
mucho mayor, así como del conjunto de las organizaciones sindicales, vecinales
y políticas. En mi opinión, el mérito de esta consulta es que ha sido
organizada por activistas que se han ido autoorganizando a través de sus
barrios y pueblos, en un nuevo espacio unitario que ha sido “Vecinas y
vecinos”. No hemos tenido ningún apoyo público ni institucional y hemos puesto
en práctica un ejercicio de democracia participativa.
Las dos grandes
conclusiones que creo se deben extraer de esta experiencia son: en primer
lugar, que la defensa de la sanidad pública es un derecho que ha calado
profundamente en todas las capas sociales, en varias generaciones y en una
mayoría de la ciudadanía. La sanidad pública une, muy particularmente a los de
abajo pero también tiene un enorme potencial sobre otros sectores sociales. Hay
una gran mayoría social que siente que es un derecho básico que no debemos
perder. Ha sido realmente emocionante ver en las mesas a voluntarias y
voluntarios de cualquier edad y a personas de cualquier nacionalidad
participando como activistas o votantes.
La segunda
conclusión es la capacidad que podemos tener desde el activismo organizándonos,
sin esperar a que nos den el visto bueno las organizaciones tradicionales. Ya
lo vimos en las manifestaciones de noviembre y febrero, y lo hemos vuelto a ver
otra vez en la consulta ciudadana. Confiar en nuestras propias fuerzas porque
hemos sido capaces de organizar ese evento, pese a los intentos de boicot de
los ayuntamientos, como el que preside Almeida (obstaculizando los permisos
administrativos y poniendo multas a algunas voluntarias de las mesas).
¿Cómo vamos a
continuar? Esa es la gran pregunta. A medio y largo plazo creo que los
resultados del 28 de mayo pueden marcar diferentes perspectivas. Es complicado
especular. La filosofía de trabajo que nos ha guiado todos estos años, y que
algunas personas mantenemos, es bastante sencilla. La defensa de la sanidad
pública, universal y de calidad está por encima de siglas y banderas.
Bienvenidas las organizaciones o partidos que defienden programáticamente ese
modelo. Sabemos que no es el caso de PP ni VOX. Pase lo que pase en las
elecciones, creo que seguirá siendo imprescindible luchar y mantener la
autoorganización.
Uno de los
lemas más repetidos en la lucha por la sanidad pública en Madrid, desde los
tiempos del 15M, pasando por la Marea Blanca o las huelgas que hemos venido
haciendo el personal sanitario y no sanitario es “Gobierne quien gobierne, la
sanidad se defiende”. Lo sabemos por experiencia propia en Madrid y en otras
comunidades.
Jesús Jaén Urueña es miembro del MATS.
Fuente: https://vientosur.info/consulta-ciudadana-por-la-sanidad-publica-en-madrid-balance-y-perspectivas/
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