El nazismo ucraniano, o por qué es necesario un nuevo Nuremberg
:
DIARIO OCTUBRE
/ abril 24, 2023
Bertolt Brecht y Fritz Lang tenían razón: el nazismo nunca fue erradicado. Es una forma del capitalismo. Por lo demás, un número significativo de generales alemanes del Tercer Reich sirvió en altos cargos en la OTAN... ¿Quieres nombres? Tenemos la lista completa. Viktor Mevdevchuk, político ucraniano, se dio el trabajo de reconstruir cronológicamente el drama de Ucrania. Es resultado es un cuadro alucinante... con el que "occidente" se solaza...
El conocido político ucraniano Viktor Medvedchuk, líder del partido Plataforma de Oposición Por la Vida, en un extenso artículo reflexiona y hace un análisis comparativo entre el gobierno de Zelenski en Ucrania y el régimen de Hitler. Aquí publicamos su traducción al español.Por Viktor Medvedchuk
Desde el
colapso de la URSS y el surgimiento de una Ucrania independiente, los políticos
occidentales y sus servicios especiales promovieron el resurgimiento del
nazismo mediante la imposición de la ideología nacionalista en la conciencia de
los ucranianos. Según los planes occidentales, una Ucrania nazificada debía
convertirse en un “arma” contra Rusia.
Uno de los
ideólogos del nacionalismo ucraniano es Dmitry Dontsov. La doctrina del
nacionalismo integral que esbozó en su libro “Nacionalismo”, se convirtió en la
base ideológica de la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) y, más
tarde, en la del Ejército Insurgente Ucraniano (UPA). Las ideas y los métodos
del nazismo, que se han extendido recientemente en Ucrania, fueron heredados de
la OUN-UPA.
En abril de 1941, en el II Gran Encuentro de Nacionalistas Ucranianos, celebrado en Cracovia (entonces parte de Alemania), el líder nazi ucraniano Stepan Bandera fue declarado nuevo líder de la OUN. El saludo oficial de la OUN era “levantar el brazo derecho estirado hacia la derecha oblicuamente por encima de la cabeza con las palabras “Gloria a Ucrania” – “Gloria a los Héroes”, copiado de los ideólogos de la Alemania de Hitler.
Ceremonia de la piedra angular de Volkswagen Works, cerca de Wolfsburg,
1938. Foto Hugo Jager, ex fotógrafo personal de Adolf Hitler.
Durante la
Segunda Guerra Mundial, la OUN-UPA se caracterizó por su estrecha cooperación
con la Alemania nazi y la participación en el exterminio masivo de civiles.
En agosto de
1941, los seguidores de Bandera enviaron a Berlín el Memorándum de la OUN,
sobre los términos de la cooperación con Hitler. El Memorándum comenzaba con
las siguientes palabras: “La Organización Militar Ucraniana y su sucesora, la
Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN), bajo la dirección de Eugen
Konovalets, se propusieron desde el principio cooperar con el Reich alemán
contra Polonia y Moscú, con la idea de que Alemania apoyaría el surgimiento de
un Estado Ucraniano Unido independiente.
Tras la derrota
de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, muchos integrantes de la OUN-UPA
terminaron en países occidentales, sobre todo en Canadá y Estados Unidos, al
igual que los líderes ideológicos de los actuales nacionalistas en Kiev.
La CIA tenía planes utilizar a Ucrania contra Rusia desde la década de 1950.
Recientemente, la inteligencia estadounidense desclasificó parte de sus
archivos de 1958-59. Según estos documentos, el propósito de los servicios de
inteligencia estadounidenses era utilizar las tendencias nacionalistas
ucranianas para la guerra política y psicológica contra la URSS.
Los servicios
de inteligencia estadounidenses afirmaban que el nacionalismo ucraniano era
mucho más fuerte en las provincias occidentales, pero no se limitaba a Galitzia
y mientras existiera una fuerza nacionalista, la apoyarían para movilizarla en
el momento necesario.
Ya en los años
50, la CIA eligió a la OUN para que proporcionara la mano de obra y el apoyo
operativo a los proyectos de nazificación en Ucrania. Los objetivos de estos
proyectos no eran sólo la población de la Ucrania soviética, sino también la
minoría ucraniana de Polonia y los emigrantes ucranianos en Europa Occidental,
Sudamérica y Australia.
La historia
moderna de Ucrania ha demostrado que estos proyectos de los servicios de
inteligencia occidentales continúan vivos.
Así, la “Revolución Naranja” de 2004, impulsada por Estados Unidos y sus satélites europeos, llevó al poder en Ucrania al presidente proestadounidense Viktor Yushchenko. Durante su gobierno revivieron manifestaciones abiertas de nacionalismo y nazismo. El 1 de enero de cada año, día del cumpleaños de Stepan Bandera, con el permiso de las autoridades empezaron a celebrarse marchas de antorchas en su honor. Los diplomáticos occidentales ignoraron estas marchas, alentando el renacimiento del nazismo en el centro de Europa.
En mayo de 2006, por iniciativa de Yúschenko, se creó el Instituto Ucraniano de
la Memoria Nacional, un órgano ejecutivo central con estatus especial. Con la
creación de este instituto, comenzó la nazificación de Ucrania a nivel estatal,
pues siguió una política de falsificación de la historia de Ucrania y de
imposición de actitudes antirrusas a la población. Para lograr sus objetivos,
elaboró los primeros proyectos de ley descaradamente rusófobos: “Sobre la
condena de los regímenes totalitarios comunista y nacionalsocialista (nazi) en
Ucrania y la prohibición de la propaganda de sus símbolos”, “Sobre el estatuto
jurídico y la memoria de los luchadores por la independencia de Ucrania en el
siglo XX”, entre otros.
Por iniciativa
de este Instituto, en 2007 Yúschenko concedió el título de “Héroe de Ucrania” a
Roman Shukhevich, criminal nazi y líder de la OUN y del batallón Nachtigal,
entrenado por la inteligencia militar de Hitler para actuar en la República
Socialista Soviética de Ucrania en la unidad subversiva “Brandeburgo 800.”
El 22 de enero
de 2010, otro nazi, Stepan Bandera, recibió el título de “Héroe de Ucrania”. En
2008, bajo la presidencia de Yúschenko, se erigió un monumento a los soldados
de la división SS “Halychyna”. Los permisos necesarios fueron expedidos por
representantes del poder estatal. De este modo, el Estado participó en la instalación
de monumentos a criminales de guerra juzgados por el tribunal de Nuremberg. La
14ª División de Infantería Voluntaria SS “Halychyna” era una subdivisión de las
tropas SS de la Alemania nazi. La creación de la división fue supervisada
personalmente por el criminal nazi, jefe de las SS, Heinrich Himmler.
Cabe señalar
que, con el apoyo del presidente Yushchenko, se instalaron varios otros
monumentos a nazis de “Halychyna” de las SS y los demás cómplices de ellos. Con
el permiso de las autoridades, comenzaron a celebrarse en Ucrania occidental
marchas conmemorativas en honor a los nazis con el uso de símbolos nazis y
estandartes de la división SS “Halychyna”.
Así, entre 2005 y 2014, se da un real renacimiento de la ideología nazi en Ucrania. Al principio, convirtieron “suavemente” a Ucrania en “Anti-Rusia” mezclando eslóganes nacionalistas con los de democracia liberal.
En 2014, los políticos occidentales y sus servicios especiales, con la ayuda de
la élite ucraniana comprada, llevaron a cabo un golpe de Estado pro-nazi
inconstitucional, utilizando eslóganes liberales sobre la elección europea de
los ucranianos como distracción. Legítimamente elegido, reconocido por toda la
comunidad internacional, el presidente ucraniano Víktor Yanukóvich fue apartado
del poder por un grupo de golpistas que utilizaron a grupos nazis con el apoyo
de diplomáticos y servicios especiales occidentales.
Uno de los documentos más importantes del siglo XX, el Veredicto del Tribunal
Militar Internacional de Nuremberg del 1 de octubre de 1946, describe la
llegada al poder de los nazis en Alemania y el posterior establecimiento de la
dictadura nazi en la década de 1930. Sus seguidores en Ucrania utilizaron los
mismos métodos.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Durante los ocho años que siguieron a la publicación de Mein Kampf, el Partido Nacional-Socialista Obrero Alemán (NSDAP)) extendió ampliamente sus actividades por toda Alemania, centrándose principalmente en educar a los jóvenes en las ideas del nacionalsocialismo. La primera organización juvenil nazi comenzó su existencia en 1922, pero no fue hasta 1925 cuando las “Juventudes Hitlerianas” fueron reconocidas oficialmente por el NSDAP. En 1931, Baldur von Schirach, que se había unido al NSDAP en 1925, se convirtió en el líder imperial de las juventudes del NSDAP.
El partido hizo todo lo posible por
ganarse el apoyo político del pueblo alemán. Se presenta a las elecciones al
Reichstag y a los Landtags.
Los líderes del NSDAP no hicieron
ningún intento serio de ocultar el hecho de que su único objetivo en la vida
política de Alemania era eliminar el sistema democrático de la República de
Weimar y sustituirlo por un régimen totalitario nazi que les permitiera llevar
a cabo abiertamente sus políticas sin encontrar oposición …
El 30 de enero de 1933, Hitler
consiguió que el Presidente von Hindenburg le nombrara Canciller del Imperio.”
En 2014, la ideología del nacionalismo ucraniano se transformó finalmente en nazismo y se convirtió en ideología de Estado. Las personas que tomaron el poder tampoco “hicieron ningún intento serio de ocultar el hecho” de que llegaron al gobierno con el objetivo de luchar contra Rusia y los rusos, declarando de inmediato a las fuerzas políticas prorrusas e izquierdistas como sus enemigos. Los rusos y los rusoparlantes que vivían en Ucrania fueron “etiquetados” con apodos despectivos y humillantes.
Reichserntedankfest ,
1934. Foto Hugo Jager, ex fotógrafo personal de Adolf Hitler.
Después de
tomar el poder los golpistas empezaron a deshacerse de sus opositores. En
septiembre de 2014, el parlamento aprobó la ley “Sobre la limpieza del poder”.
Según esta ley, se llevó a cabo la llamada “limpieza”: miles de personas, en su
mayoría de regiones rusoparlantes del sureste, fueron despedidas de los cargos
públicos sin motivo alguno y en su lugar se pusieron personas de las regiones
occidentales de Ucrania, a menudo sin la experiencia ni la formación adecuadas.
Este tipo de “limpiezas” fue ampliamente practicado por Hitler.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Alcanzado así el poder, el NSDAP comenzó a apoderarse
de todos los ámbitos de la vida alemana… La ley del 7 de abril disponía la
dimisión de los funcionarios de “origen no ario”; y estipulaba que “los
funcionarios que, a causa de sus actividades políticas pasadas, no puedan ser
considerados como personas que se entreguen incondicionalmente al servicio del
Estado nazi deben ser destituidos de sus cargos”. La ley del 11 de abril de
1933 preveía el despido de “todos los funcionarios pertenecientes al Partido
Comunista”.
Los
participantes en el golpe de Estado de 2014 se apoyaron principalmente en la
población de las regiones occidentales de Ucrania. El simbolismo y la ideología
de la “nueva” Ucrania eran iguales al nacionalismo ucraniano en la época de la
cooperación con el nazismo alemán.
Los líderes de
Ucrania que llegaron al poder como resultado del golpe de Estado comenzaron a
aplicar una política de etnocidio contra los rusos y la población rusoparlante
de Ucrania. Al cabo de algún tiempo, comenzó el genocidio en el territorio de
Ucrania contra las personas que no aceptaban la ideología oficial nacionalista.
El artículo II de la Convención de la ONU “para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio”, adoptada por la resolución 260 (III) de la Asamblea General de la ONU del 09.12.1948, establece que “Se entiende por genocidio los actos siguientes cometidos con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal:
(a) La matanza de miembros de tal grupo;
(b) Causar graves daños físicos o mentales a los miembros de dicho grupo;
(c) Sometimiento intencional de un grupo a condiciones de existencia que hayan
de acarrear su destrucción física, total o parcial.
Los residentes
del sureste de Ucrania en su mayoría no aceptaron las ideas nazis y antirrusas,
lo que provocó protestas masivas. Contra ellos se utilizaron tanques,
artillería y aviación, aunque según las normas internacionales estaban
ejerciendo su derecho a la rebelión, consagrado en el Preámbulo de la
Declaración Universal
de los Derechos Humanos, adoptada por la Resolución 217 A (III) de la Asamblea
General de la ONU del 10 de diciembre de 1948, que establece: “Es esencial que
los derechos humanos estén protegidos por la ley para garantizar que el hombre
no se vea obligado a recurrir, como último recurso, a la rebelión contra la
tiranía y la opresión”.
El 2 de mayo de 2014, grupos nazis organizaron la brutal quema de manifestantes en la Casa de los Sindicatos de Odessa, que se saldó con 48 personas quemadas vivas. Estos hechos fueron presentados burlonamente en el sitio web oficial de la ONU: “El 2 de mayo de 2014, unos 300 partidarios bien organizados del ‘federalismo’ atacaron una marcha a la que asistían unos 2.000 manifestantes ‘por la unidad’, entre los que se encontraban residentes locales y un gran número de aficionados al fútbol conocidos por su firme postura ‘a favor de la unidad’”.
Este crimen
puede compararse con la quema de civiles en la aldea bielorrusa de Jatyn el 22
de marzo de 1943, llevada a cabo por los asesinos del batallón Dirlewanger de
las SS, cuyos símbolos utilizan también los nazis ucranianos.
El 2 de junio de 2014, dos aviones de ataque Su-25 ucranianos bombardearon
el centro de Lugansk. El ataque tuvo como objetivo el edificio de la
administración estatal regional y la plaza situada frente a él. Como resultado
del bombardeo murieron 8 civiles. Los autores del ataque no han sido
identificados.
El genocidio desatado contra los
residentes de Donbass es comparable al genocidio de los nazis contra la
población judía del Reich.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Desde los primeros días del NSDAP, el antisemitismo
ocupó un lugar destacado en el pensamiento y la propaganda nacionalsocialistas.
Se creía que los judíos no debían tener derecho a la ciudadanía alemana y que
debían ser considerados los principales responsables de todos los desastres
infligidos a la nación como resultado de la guerra de 1914-1918. Además, la
antipatía hacia los judíos se vio reforzada por la afirmación de la
superioridad de la raza y la sangre alemanas. El capítulo II 1 de Mi Lucha
trata de la teoría de la llamada “Raza de los Amos”, la doctrina de la
superioridad aria sobre otras naciones y el derecho de los alemanes, en virtud
de su superioridad, a dominar a otras naciones y utilizarlas para lograr sus
propios fines. Cuando los nazis llegaron al poder en 1933, la persecución de
los judíos se convirtió en la política oficial del Estado.”
Las personas
que dirigieron el golpe, así como los nazis y los nacionalistas de extrema
derecha que participaron en él, cometieron muchos crímenes durante el “Maidan”.
Sin embargo, ya en febrero de 2014, el parlamento ucraniano, presionado por los
radicales, aprobó una ley para eximirlos, a ellos y a sus partidarios, de
cualquier responsabilidad penal por los delitos cometidos durante el golpe de
Estado.
Al mismo tiempo, Yuri Lutsenko, que se convirtió en fiscal general de Ucrania, fue uno de los exculpados. En julio de 2016, Lutsenko intercedió personalmente por el comandante de un batallón del grupo paramilitar “Aydar”, enjuiciado por un crimen. Al mismo tiempo, dos batallones de “Aydar” y otros batallones paramilitares de Donbass bloquearon el tribunal y cortaron completamente el tráfico en la calle central de Kiev, Kreshchatyk, logrando su objetivo.
En diciembre de
2018, Lutsenko declaró públicamente que cualquier ataque contra activistas
“proucranianos”se consideraría un ataque contra el Estado de Ucrania.
Así, el jefe del organismo estatal destinado a supervisar la observancia
del Estado de derecho admitió que ser nacionalista en Ucrania es suficiente
para eludir la responsabilidad por cualquier delito.
Otro alto
funcionario que apoya abiertamente a los nazis, es el ministro del Interior,
Arsen Avakov. el dirigente el regimiento neonazi Azov, que utilizó el símbolo
nazi Wolfsangel (garfio de lobo) como símbolo oficial.
En abril de
2018, 50 congresistas estadounidenses pidieron al Departamento de Estado de
Estados Unidos presión diplomática sobre Ucrania y Polonia por antisemitismo.
La “campaña de 2017 alabando al Ejército Insurgente Ucraniano” del Instituto de
Memoria Nacional, renombrando calles con los nombres de las figuras de la
OUN-UPA Stepan Bandera y Roman Shukhevich, celebrando el festival Shukhevich,
así como las actividades del batallón neonazi Azov (que debería ser disuelto),
son una manifestación viva de antisemitismo y glorificación de los
colaboradores nazis, en su opinión. Al mismo tiempo, los congresistas señalaron
la implicación del ministro del Interior, Arsen Avakov, en esta unidad.
Sin el permiso de Avakov, era imposible que en la estructura del Ministerio del
Interior fueran integrados batallones paramilitares creados para el exterminio
de la población de Donbass.
Según los
testimonios de residentes de Donbass que sobrevivieron a la aparición de los
Batallones Nacionales, la mayoría de ellos eran abiertamente nazis.
Tras el golpe de Estado de 2014, el Servicio de Seguridad ucraniano se reformó
según las normas de seguridad de la OUN-UPA de 1930-1950, y el servicio de
seguridad se convirtió en un órgano paramilitar destinado a erradicar a la
oposición y a los disidentes.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “En preparación para el día en que pretendía tomar el
poder en Alemania, Hitler nombró en enero de 1929 a Heinrich Himmler
Reichsführer, confiándole la tarea especial de transformar las SS en un grupo
poderoso y selecto con el que se pudiera contar en cualquier circunstancia.”
Puede afirmarse que quienes dirigieron las fuerzas del orden de Ucrania
tras el golpe de Estado de 2014 fueron los adeptos de la ideología nazi,
Organización Ucraniana Nacionalista -Ejército Insurgente Ucraniano (OUN-UPA),
así como de sus métodos empleados.
En 2014, el político proestadounidense Arseniy Yatsenyuk se convirtió en primer ministro. El 8 de enero de 2015, en el canal de televisión alemán ARD, declaró: “La agresión militar rusa contra Ucrania es un ataque al orden mundial, y es un ataque a la seguridad europea. Todos recordamos bien la invasión soviética, tanto en Ucrania como en Alemania. Eso hay que evitarlo. Y a nadie se le permite reescribir los resultados de la Segunda Guerra Mundial, cosa que el presidente ruso, el Sr. Putin, está intentando hacer”.
Ninguno de los
políticos occidentales condenó esta absurda declaración del primer ministro de
Ucrania. Al igual que ninguno de ellos condenó las flagrantes manifestaciones
de nazismo en Ucrania, consagradas por ley.
El 9 de abril
de 2015, el parlamento de Ucrania aprobó un proyecto de ley redactado por el
Instituto Ucraniano de la Memoria Nacional y presentado por el diputado Yuri
Shukhevich, hijo de uno de los líderes de la OUN, Roman Shukhevich, “Sobre el
estatus legal y la memoria de los participantes en la lucha por la
independencia de Ucrania en el siglo XX”, que concede a los miembros de la OUN
y a los soldados del UPA el estatus de “luchadores por la independencia de
Ucrania”.
La OUN y la UPA colaboraron estrechamente con la Alemania nazi antes y durante la Gran Guerra Patria. Así, el Estado reconoció legalmente como “luchadores por la independencia de Ucrania” a los nazis y sus cómplices de la OUN y la UPA, que habían formado, entre otras, la división “Halytchyna” de las SS.
Multitudes vitoreando la campaña de Adolf Hitler para unir Austria y
Alemania, 1938. Foto Hugo Jager, ex fotógrafo personal de Adolf Hitler.
En el veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Considerando
el caso contra las SS, el Tribunal incluye aquí a todas las personas que han
sido aceptadas oficialmente como miembros de las SS: miembros de las SS
Generales, tropas de las SS, formaciones de las SS “Cabeza Muerta” y miembros
de cualquier tipo de servicios policiales…”
Cabe señalar
que el odio a todo lo soviético y lo ruso también se manifestó en la ley “Sobre
la condena de los regímenes totalitarios comunistas nacional-socialistas
(nazis) en Ucrania y la prohibición de la propaganda de sus símbolos”, aprobada
por el parlamento el 9 de marzo de 2015. Con esta ley, Ucrania equiparó a los
nazis con los soldados soviéticos que liberaron al país.
Un papel
especial en el inicio del genocidio contra el pueblo de Donbass desempeñó uno
de los líderes del golpe de Estado, Oleksandr Turchynov. El 14 de abril de
2014, como presidente en funciones, Turchynov firmó un decreto sobre el inicio
de la operación antiterrorista en Donbass, que desembocó en una guerra civil en
Ucrania. El jefe del Estado declaró oficialmente terroristas a los civiles de
las dos regiones que protestaban contra la rusofobia. Fue Turchinov quien dio
las órdenes para el uso de aviones de combate y artillería contra el Donbass
rebelde, para la distribución incontrolada de armas y para la formación de
batallones nacionalistas.
Con el fin de
falsificar la historia y enfrentar al pueblo ucraniano con el ruso, tras el
golpe de Estado de 2014 en Ucrania, se cambiaron los días festivos oficiales.
El 14 de octubre de 2014, el presidente del “Maidan”, Poroshenko, canceló la
celebración del Día de los Defensores de la Patria en Ucrania el 23 de febrero,
declarando que “Ucrania nunca más celebrará esta fiesta según el calendario
histórico-militar de un país vecino. Honraremos a los defensores de nuestra
propia Patria, no a los de otra”. Desde entonces, el Día de los Defensores de
Ucrania se celebra el 14 de octubre. Ese mismo día, los nacionalistas celebran
el aniversario de la creación del nacionalista Ejército Insurgente Ucraniano.
Desde 2015, los símbolos soviéticos, incluida la Bandera de la Victoria, están
prohibidos en Ucrania.
El gobierno de
Petro Poroshenko, en el poder tras el Maydan en 2014, inició el cambio de
nombre de avenidas, calles y localidades en honor a Bandera, Shukhevich,
Petlyura, Konovalets, etc. Durante su presidencia se erigieron monumentos a los
fascistas, y los monumentos a héroes que destruyeron a los fascistas fueron
destruidos y profanados. Al mismo tiempo, las autoridades ucranianas lo
apoyaron tácita o directamente.
En la Ucrania
“post-Maidan” se creó una plataforma digital llamada “Pacificador” (“Myrotvorets”),
en el que, violando todas las leyes, se publican las direcciones de ciudadanos
que tratan de defender los derechos de la población rusoparlante. Por
“casualidad”, los que figuran en “Pacificador” empezaron a ser asesinadas.
Estos asesinatos no se investigan debidamente y los asesinos quedan impunes.
Así, el 14 de
abril de 2015 fue asesinado el conocido político ucraniano Oleg Kalashnikov,
líder de los anti-Maidan de Kiev. El crimen no ha sido resuelto. Dos días
después, fue asesinado Oles Buzina, escritor y publicista que luchaba por la
lengua rusa en Ucrania y opositor ideológico del régimen gobernante. Unos días
antes, sus datos personales habían sido publicados en “Pacificador”. Dos meses
después del asesinato, se capturó a los sospechosos del crimen: Denis
Polishchuk y Andrey Medvedko, miembros del grupo nacionalista radical S14 y
participantes en la “Operación Antiterrorista” contra Donbass.
Sin embargo,
antes de finales de 2015, ambos fueron puestos en libertad, a pesar de las
declaraciones del jefe del Ministerio del Interior, Arsen Avakov, de que la
investigación contaba con pruebas irrefutables de la implicación de los
sospechosos en el asesinato.
Así, entre 2014
y 2019, el nacionalismo y la rusofobia se afianzaron plenamente en el país. Las
autoridades reprimieron a la población rebelde de Donbass y a otros ucranianos
por no estar de acuerdo con el régimen. Se prohibieron las ideologías de
oposición y los políticos opositores fueron eliminados físicamente,
amedrentados o expulsados del país. De esta forma, el “civilizado” Occidente
promovió abiertamente el resurgimiento del nazismo en el centro de Europa en el
siglo XXI.
El 20 de mayo
de 2019, Vladimir Zelenski se convirtió en presidente de Ucrania. Bajo su
mandato, Ucrania pasó de ser un Estado nacionalista a una dictadura nazi.
Hoy, las
principales tesis de su programa electoral parecen un mal chiste. Comenzaba con
las palabras: “Les hablaré de mi Ucrania de ensueño. La Ucrania en la que sólo
se disparan fuegos artificiales en bodas y cumpleaños”. Hoy, el mundo entero ve
el país de ensueño de Zelenski, salpicada de ciudades en ruinas y cementerios.
Antes de su
elección, Zelenski era un conocido showman-comediante. Como líder de Ucrania su
socio Alexey Arestovich, en una entrevista con Islnd.tv lo caracterizó así:
“Zelenski es un hombre débil. Tiene dos claves: el egoísmo mezquino y el
miedo”.
Los titiriteros
estadounidenses entre bastidores vieron en la llegada al poder de Zelenski una
oportunidad para formar finalmente un régimen nazi dictatorial en Ucrania y
usarlo como punta de lanza hacia Rusia. La nazificación del país se aceleró
bruscamente.
El 28 de abril de 2021 se celebró en Kiev la marcha en honor a la creación de la división de las SS “Halychyna”. Los participantes se manifestaron llevando símbolos nazis e intercambiando el tradicional saludo nazi, sin embargo, ninguno de los representantes de la administración de la ciudad que habían dado el permiso fueron castigados, ni tampoco los participantes de la marcha.
Víctimas de un misil ucraniano en Donetsk
Desde el 1 de
septiembre de 2020, la ley “Sobre la Educación Secundaria General Completa”
eliminó todas las escuelas de lengua rusa de Ucrania. Los libros de historia se
reescribieron por completo: se excluyeron las referencias a acontecimientos
relacionados con la historia común con Rusia, como la invasión de Napoleón y
las guerras ruso-turcas. La historia de la Primera y Segunda Guerras Mundiales
se reescribió con una percepción rusófoba y nacionalista. La participación de
Ucrania en la Segunda Guerra Mundial se presentó como una lucha del pueblo
ucraniano contra Alemania y la URSS al mismo tiempo.
Desde el 16 de enero de 2021, según la discriminatoria ley “Sobre la garantía
del funcionamiento de la lengua ucraniana como lengua estatal”, todo el mundo
está obligado usar exclusivamente la lengua ucraniana en todas las actividades
diarias públicas.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “En el campo de la educación se hizo todo lo posible
para garantizar que la juventud alemana fuera educada en el espíritu del
nacionalsocialismo. A esto siguieron otras medidas que garantizaron que las
escuelas contaran con profesores confiables para inculcar las doctrinas
nacionalsocialistas en las mentes de los alumnos. Además de introducir las
ideas nacionalsocialistas en las escuelas, los líderes nazis también confiaron
en la organización de las juventudes hitlerianas para garantizar el apoyo
fanático de la generación más joven a su régimen.”
Al llegar al
poder, Zelenski comenzó a perseguir a los medios de comunicación
independientes.
En agosto de
2020, el Consejo Nacional de Radio y Televisión, controlado por Zelenski, puso
fin a las emisiones del canal de televisión Kyivska Rus (“KRT”).
El 2 de febrero de 2021, Zelenski eliminó los canales de televisión “112”, “TV
Vybor” LLC, “Ariadna TV”, “Novy Format TV”, “Partner TV” y “Leader TV”, así
como la empresa “News 24 Hours” (el canal de televisión NewsOne) y la empresa
“New Communications” (el canal de televisión ZIK).
El Servicio de
Seguridad de Ucrania falsificó masivamente las causas penales contra
periodistas independientes.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Como resultado del control efectivo de la prensa y la
radio, el pueblo alemán, a partir de 1933, fue sometido a la más fuerte
influencia de la propaganda a favor del régimen; y no sólo se prohibió la
crítica hostil, sino toda crítica. El juicio independiente basado en la
libertad de pensamiento se hizo completamente imposible… El gobierno nazi
intentó movilizar al pueblo para que apoyara su política mediante un uso
intensificado de la propaganda. En Alemania se crearon varios organismos
oficiales con el deber de controlar e influir en la prensa, la radio, el cine,
las editoriales, etc., y supervisar el entretenimiento, el arte y la cultura.”
El 2 de febrero
de 2021, mediante un decreto inconstitucional, Zelenski impuso sanciones contra
políticos de la oposición que abogaban por las relaciones de buena vecindad con
Rusia; también se impusieron sanciones extrajudiciales a familiares de los
opositores.
En mayo de
2022, el decreto de Zelenski promulgó la decisión del Consejo de Seguridad
Nacional y Defensa y prohibió las actividades de los partidos con “una postura
prorrusa” en Ucrania. Según la decisión del Consejo de Seguridad Nacional y
Defensa, la lista de partidos prorrusos incluía la Plataforma de Oposición –
Por la Vida, el Partido Shariy, el Partido Nashi, el Bloque de Oposición, la
Oposición de Izquierda, la Unión de Fuerzas de Izquierda, Derzhava, el Partido
Socialista Progresista de Ucrania, el Partido Socialista de Ucrania, los
Socialistas y el Bloque de Vladimir Saldo.
Según la ley
“De enmiendas a determinados actos legislativos de Ucrania sobre la prohibición
de partidos políticos” del 14 de mayo de 2022, todos los bienes de los partidos
reconocidos como “prorrusos” por los tribunales pasan a ser propiedad del
Estado.
Las represiones
contra los opositores políticos se están convirtiendo en algo habitual. Se
procesa a personas en causas penales inventadas por declaraciones y artículos
en los medios de comunicación, así como por vídeos y publicaciones en las redes
sociales.
A los diputados
de “partidos prorrusos” prohibidos se les priva de la ciudadanía ucraniana de
forma masiva y sin ningún fundamento, utilizando únicamente datos falsificados
del Servicio de Seguridad de Ucrania “de forma operativa”. Un total de 35
personas han sido privadas ilegalmente de su ciudadanía por decretos de
Zelenski desde 2021. Así, a los diputados sin ciudadanía se les priva de sus
cargos oficiales.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Habiendo alcanzado así el poder, el NSDAP comenzó a
tomar en sus manos todos los ámbitos de la vida alemana. Otros partidos
políticos fueron perseguidos, sus propiedades y bienes confiscados y muchos de
sus miembros enviados a campos de concentración.”
Al poner el
poder judicial bajo su control, Zelenski desató una campaña de intimidación
contra el poder judicial en Ucrania. Un ejemplo típico es el conflicto de
Zelenski con el Tribunal Constitucional de Ucrania desatado en otoño de 2020 y
aprobado por Estados Unidos.
En octubre de
2020, el Tribunal Constitucional, dirigido por Oleksandr Tupitsky, declaró
inconstitucionales ciertas disposiciones de la legislación anticorrupción
impuesta previamente a Ucrania por los jefes occidentales. Después de eso,
Zelenski presentó un proyecto de ley al parlamento reconociendo la decisión del
Tribunal Constitucional como “nula y sin efecto porque fue adoptada por los
jueces del Tribunal Constitucional de Ucrania en condiciones de un verdadero
conflicto de intereses”.
También
ordenaba poner fin a los poderes de los jueces e iniciar el proceso de
selección de nuevos magistrados. Ni siquiera los diputados controlados por
Zelenski aprobaron el proyecto de ley anticonstitucional. En diciembre de 2020,
el presidente suspendió al presidente del Tribunal Constitucional como juez
durante dos meses y ordenó a su subordinado Departamento de Protección del
Estado que no permitiera trabajar a Tupitsky. Otro mes después, Zelenski anuló
ilegalmente con su decreto los decretos del “antepenúltimo presidente” sobre el
nombramiento de dos jueces del Tribunal Constitucional: Alexander Kasminin y
Alexander Tupitsky.
Otro ejemplo de
ilegalidad es la “guerra” contra los jueces del Tribunal Administrativo del
Distrito de Kiev. Según la legislación, las acciones de las autoridades
superiores podían recurrirse por este tribunal. Éste anuló el cambio de nombre
de las avenidas en honor a los nacionalistas ucranianos Stepan Bandera y Roman
Shukhevich y suspendió el cambio de nombre ilegal de la Iglesia Ortodoxa
Ucraniana canónica. Zelenski no podía permitir semejante “voluntad propia” de
los jueces y abrió un caso penal contra los jueces con acusaciones absurdas,
como que supuestamente el presidente del tribunal dirigía una “organización
criminal” que incluía al menos a 12 personas cuyo objetivo era “hacerse con el
poder del Estado”. En julio de 2020 se llevaron a cabo registros masivos del
tribunal para presionar a los jueces e inducirles a dimitir. Pero no había
ningún juez en Ucrania que pudiera condenar a sus colegas por cargos tan
falsos.
Y entonces, en
abril de 2021, Zelenski presentó un proyecto de ley en el Parlamento para
abolir el tribunal. El 15 de diciembre de 2022 entró en vigor la ley que lo
abolía. En su lugar, se creó el Tribunal Administrativo de la ciudad de Kiev.
Con el cambio de nombre se pretendía sustituir a los jueces poco cooperadores
por otros totalmente bajo el control del dictador. Aunque la ley se firmó el 13
de diciembre, su publicación, y en consecuencia su liquidación, se hizo
coincidir con el Día de los Trabajadores de los Tribunales, que se celebra en
Ucrania el 15 de diciembre. Para ello, un periódico parlamentario publicó un
número adicional de la ley ese día.
Al hacer esto
al jefe del Tribunal Constitucional de Ucrania, uno de los más altos dirigentes
de la judicatura ucraniana, y al “destrozar” el Tribunal Administrativo de
Distrito de Kyiv, Zelenski mostró a toda la comunidad judicial el destino que
les espera en caso de incumplimiento de sus tareas, incluso ilegales.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “De la misma manera el poder judicial fue tomado bajo
control. Los jueces fueron destituidos de sus cargos por motivos políticos y
raciales. Fueron espiados y sometidos a una presión extrema para que se unieran
al partido nazi, de lo contrario se les amenazaba con el despido. Cuando el
Tribunal Supremo absolvió a tres de los cuatro acusados de participar en el
incendio del Reichstag, los casos de traición fueron retirados de su
jurisdicción y transferidos al recién creado “tribunal popular”, formado por
dos jueces y cinco funcionarios del Partido Nazi. Se crearon tribunales
especiales para procesar a quienes habían cometido delitos políticos, y sólo se
nombró a miembros del partido para el cargo de juez.”
Tras establecer el control total sobre los sistemas judiciales y de aplicación de la ley, el régimen de Zelenski comenzó a abrir casos penales contra la oposición con acusaciones falsas. Desde el 24 de febrero de 2022 hasta hoy, sólo las fuerzas del orden han fabricado unos 17.000 procesos penales contra sus propios ciudadanos acusados de delitos contra los fundamentos de la seguridad del Estado. Es evidente que las autoridades quieren sofocar cualquier disidencia en Ucrania.
Cuerpos calcinados a raíz del cobarde ataque de nazis ucranianos, en la
casa de los sindicatos en Odesa
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Ciudadanos fueron detenidos por las SS por motivos
políticos, recluidos en prisiones y campos de concentración, sin que los jueces
tuvieran poder alguno para impedirlo”.
Inmediatamente
después de su elección como presidente, Zelenski comenzó a presionar al
gobierno local. Los proceso penales contra dirigentes municipales no se han
hecho esperar. El alcalde de Kiev y posible detractor político de Zelenski,
también cayó bajo la mira del gobierno. Se presentó al parlamento un proyecto
de ley “Sobre la capital”, según el cual se separaban los cargos del alcalde de
Kiev y del jefe de la Administración Estatal de la ciudad de Kiev.
Del veredicto
del Tribunal de Nuremberg: “Con el fin de poner el control total de la
maquinaria gubernamental en manos de los líderes nazis, se promulgaron una
serie de leyes y decretos que limitaban los poderes de los gobiernos regionales
y locales en toda Alemania, convirtiéndolos en organismos subordinados al
gobierno del Imperio.
La Iglesia
tampoco quedó al margen de la atención del régimen de Zelenski La Iglesia se
dividió entre los que complacían a Zelenski y los que no. Continuó la política
de presión sobre la Iglesia Ortodoxa Ucraniana canónica, que había comenzado
bajo Poroshenko. Con sus decretos inconstitucionales, Zelenski despoja de la
ciudadanía ucraniana a 13 servidores de la Iglesia Ortodoxa canónica.
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “En sus esfuerzos por combatir la influencia de la
Iglesia cristiana, cuyas doctrinas estaban en total contradicción con los
puntos de vista y las prácticas del nacionalsocialismo, el gobierno nazi actuó
más lentamente. Los nazis no llegaron a prohibir la práctica de la religión
cristiana, pero año tras año hicieron todo lo posible para limitar la
influencia del cristianismo en el pueblo alemán”.
En 2022, el régimen de Zelenski creó todas las condiciones para intensificar la agresión contra el pueblo de Donbass e implicar a Rusia en un conflicto armado como el Tercer Reich de Hitler en vísperas de 1941.
La masacre de Odesa
Del veredicto del Tribunal de Nuremberg: “Alemania aceptó una dictadura con todos sus métodos
terroristas y su cínica y abierta negación del gobierno mediante leyes.”
Además, los
objetivos de las élites occidentales fueron esbozados por Hitler en “Mi Lucha”:
“Si queremos adquirir nuevos territorios en Europa, puede hacerse
principalmente a expensas de Rusia, y de nuevo el nuevo imperio alemán debe
seguir los pasos de los caballeros teutones. Pero esta vez la tierra para el
arado alemán será adquirida por la espada alemana, y de esta manera proveeremos
a la nación de nuestro pan de cada día.”
Hay que tener
en cuenta que el escenario de las operaciones de combate de las tropas
ucranianas contra la población civil fue la tierra del Donbass.
Históricamente,
estos territorios siempre han sido habitados por población rusa y rusoparlante,
y antes del colapso del Imperio ruso en 1917 formaban parte parcialmente del
territorio del Ejército del Don.
Tras la
Revolución de Octubre de 1917, los territorios de las regiones de Donetsk,
Lugansk, Dnepropetrovsk y Zaporozhye, así como partes de las regiones de
Kharkov, Sumy, Kherson y Nikolaev, se estableció la República Soviética de
Donetsk-Krivoy Rog como autonomía dentro de la República Soviética Socialista
Federativa de Rusa.
En marzo de
1918, la decisión del pleno de las autoridades de la República Soviética de
Donetsk-Krivoy Rog fue transferida a la República Soviética Ucraniana. El
objetivo era reforzar la defensa contra los invasores austro-alemanes. Además,
en aquella época el territorio de la República Soviética Ucraniana estaba
poblado en su mayoría por población rural y analfabeta, y la transferencia de
los territorios industrializados con población proletaria debía fortalecer la
posición del Partido Comunista Ruso de los Bolcheviques en la República
Soviética Ucraniana.
Según el último
censo de población de toda Ucrania en 2001 había 48.240.900 personas, de las
cuales 37.541.700 (77,8%) eran ucranianos y 8.334.100 (17,3%) rusos, y algunos
rusos se autodenominaron ucranianos.
Según los datos
del Instituto Internacional de Sociología de Kiev de marzo de 2002, el 53,2% de
la población de Ucrania hablaba habitualmente ruso y sólo el 44,7% ucraniano.
Así, desde 2005
hasta 2022, los políticos occidentales y sus servicios especiales, con la ayuda
de las élites compradas, transformaron la conciencia de masas del pueblo
ucraniano para convertirlo en una herramienta obediente de sus ambiciones
geopolíticas contra Rusia. Esto les permitió dividir al pueblo unido, que ayer
vivía en un solo Estado, y enfrentarlo en la guerra civil en el Donbass.
Los dirigentes
que llegaron al poder como resultado del golpe de 2014 bajo consignas
liberal-democráticas, perseguían de hecho una política de establecimiento de
una dictadura nazi, para desencadenar una guerra fratricida en territorios
poblados mayoritariamente por rusos y residentes rusoparlantes y así preparar
una nueva agresión contra la Federación Rusa. De llevarse a cabo estos planes,
Rusia sería la próxima víctima de la agresión occidental. Al imponer al pueblo
ruso nuevos dirigentes según el escenario ucraniano, obedientes a la voluntad
de otros, los políticos y servicios especiales occidentales utilizarían a la
población y el territorio de Rusia para una mayor expansión.
Ucrania se convirtió finalmente en un Estado neonazi. Fueron Zelenski y sus secuaces quienes destruyeron por completo los derechos y libertades fundamentales de los ucranianos consagrados en la Constitución de Ucrania y en los actos jurídicos internacionales. Ucrania ha dejado de ser un Estado soberano, democrático y legal para convertirse en una colonia de Occidente.
Volodymyr Zelensky otorga a Dmytro Kotsyubailo, comandante de la primera
compañía de asalto del Cuerpo de Voluntarios «Sector Derecho», una agrupación
nazi, el título de «Héroe de Ucrania». Kiev, 1 de diciembre de 2021 Créditos/
UNIAN. Dmytro Kotsyubailo fue despedido con un funeral de Estado, después que
fuera abatido por la desnazificación rusa
Ochenta años
después, debe crearse un nuevo tribunal internacional para investigar el
complot nazi que tomó poder en Ucrania y que ha cometido crímenes de guerra y
crímenes de lesa humanidad con el consentimiento occidental.
Los Estados que
no quieran que se repita la tragedia europea del siglo pasado deberían unir sus
fuerzas y celebrar un juicio al estilo del Tribunal Militar Internacional de
Nuremberg, en el que se evalúen jurídicamente las acciones del régimen nazi de
Zelenski, sus predecesores y patrocinadores.
Un juicio así
evitaría la reencarnación del nazismo en otros países. Sólo mediante esfuerzos
conjuntos, curando a Ucrania del nazismo y castigando a los responsables, podrá
la humanidad evitar un Apocalipsis nuclear, al que otro Hitler podría conducir
al planeta, guiado en su política por las ideas antihumanas del nazismo.
El siglo XXI
debe ser el siglo de la liberación definitiva del planeta Tierra del nazismo en
todas sus formas.
Enviado por
diario electrónico POLITIKA
No hay comentarios:
Publicar un comentario