Premio Nobel de la Paz para la guerra
DIARIO OCTUBRE
/ enero 14, 2023
Los premios
Nobel de la Paz han ido desbarrando año tras año tras su creación. Obviamente
tenían en sus inicios, un tinte eurocentrista que apestaba, después se unieron
los EE.UU., pero ahí se llevaron proponiendo candidatos año tras año, a cual
más disparatado.
Adolf Hitler fue
nominado en una única ocasión. Sucedió en 1939. Fue nominado para el Premio
Nobel de la Paz por un miembro del parlamento sueco, E.G.C. Brandt. Porque se
ve que en Suecia, hay muchos que se hacen el sueco, y más nazis, que suecos en
la mayor parte de las ocasiones. El reino del capitalismo bueno tiene su
historia negra, negrísima, que ahora va a blanquear sumándose a la OTAN. ¡Ahí
es ná!
No es hasta
1960 que se entrega el nobel de la paz a un sudafricano, el primero, y quizás
con cierta razón esta vez.
En 1973, en un
ataque nini, los nobles señores del premio nobel, adjudican ad ex aequo, el
nobel de la paz a Henry Kissinguer y al vietnamita, Le Duc Tho (que rechazó tan
distinguido premio), un premio que equiparaba al asesino con el asesinado; el
colmo del cinismo.
Después vino el
premio a Sakharov y más tarde a Gorbachov, y a Lech Walesa…vamos que a
comunistas no muchos, por no quitarle el valor a Nelson Mandela, pero que la
cosa va de anticomunistas pacíficos la mayor parte de las veces.
Desaparecida la
URSS, parece que los premios a presidentes norteamericanos tenía que ser
obligatorio, así vino el premio a Jimmy Carter y a Obama, después de bombardear
varios países durante su mandato, que debe ser que el silencio de los muertos
cuenta como paz, o que, a lo mejor, sus halcones querían bombardear más y él no
los dejó.
En 2022,
después de Eurovisión, también se le dio el nobel por la paz al Centro para las
Libertades Civiles de Ucrania.
Y así, llegamos
a 2023, en que se pide el Nobel de la Paz para el secretario General de la
OTAN, Jens Stoltenberg. Que si se presenta a Eurovisión, igual gana también,
total…
La pregunta que
nos asalta es: ¿quién organiza este circo? Mirando la historia y sabiendo que
quien instituye los premios es un fabricante de armamentos (Alfred Nobel fue
fabricante de armamentos, inventor e industrial…tan industrial que tenía sus
explotaciones petrolíferas en Azerbaiyán, claro que después hablamos de
colonialismo y la gente nos dice que lo mezclamos todo).
La adjudicación
del Nobel de la Paz está a cargo del Comité Noruego del Nobel, que desde
finales de 1948 está formado por políticos que ya no estén en activo del
Parlamento Noruego, siendo su número proporcional a la representación
parlamentaria de los partidos políticos noruegos. En cualquier caso, Noruega es
uno de los miembros iniciales de la OTAN, así que poco tiene que extrañar la
composición parlamentaria y cómo se otorgan estos premios.
Dicho lo cual,
deberíamos hablar de la OTAN y de sus organizaciones paralelas, y de cómo han participado
en la invasión, bombardeo y asesinato de miles, cientos de miles, o millones de
personas desde su creación, bien directamente, bien indirectamente, cuando
ofrecen todo su apoyo a tal o cuál “primavera”. Ni que decir tiene el historial
de la OTAN en el incumplimiento de todos los tratados que ha firmado, entre
ellos, tras la derrota temporal del socialismo en el este de Europa, el
compromiso de no seguir incorporando países que habían sido parte del Pacto de
Varsovia.
Y es que Rusia
no es la URSS y sus dirigentes no son Stalin. Hay que ser muy ingenuo para
pensar que el asesino va a respetar a la víctima.
La OTAN siguió
creciendo y el último paso era Ucrania. Ahí siguen las declaraciones del
pacífico Secretario General de la OTAN: “Las armas son, de hecho, el camino
hacia la paz” (Bruselas 6 de enero de 2023)
Oigan, si a
este tipo le dan el Nobel de la Paz, a mí que me den el de Física, porque con
estos razonamientos seguro que invento la transformación de los Nobel en caca…
Poco prestigio
les queda a estos Nobel que apartándose de la realidad que los circunda son la
herramienta del poder político (el consejo de administración de la clase
dominante) actual y que están apoyando al nazismo en Ucrania.
Frente a esto,
convendría crear premios internacionales paralelos, donde el jurado fuera
popular, pero sabiendo de la influencia de los medios de comunicación, seguro
que el premio se lo dan a Biden o a Margarita Robles.
Sólo el pueblo organizado salva al pueblo.
FUENTE: unidadylucha.es
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