¡¡¡Pasajeros al tren!!!
DIARIO
OCTUBRE / noviembre 7, 2022
Editorial Noviembre
2022 de Unidad y Lucha
Estamos en una
gran estación de ferrocarril y por los altavoces suena aquel pretérito
llamamiento de viajeros al tren…y, de repente, cunde la desesperación. No
hay tiempo para pensarlo, tampoco para consultar a nadie, pero hay que
acertar y no montarse en el vagón equivocado. La diferencia está en llegar al
destino o no hacerlo.
Es
este un símil con el que pretendemos explicar la situación que enfrentamos
ahora y en la que son muchas las voces que, desde la legítima aspiración a la
necesaria movilización de las masas, alzan su voz y lanzan propuestas sin
valorar la totalidad de la realidad en la que se interviene y se quiere
transformar.
Errare humanum
est y
no pasaría nada – o casi nada-, si el destino equivocado no acaba en el pantano
o nos lleva en dirección contraria a la deseada. Pero mejor practicar el más
científico método de ensayo error y trabajar con hipótesis que, aunque
finalmente puedan fracasar, se sustentan en algo más que en la reacción más
inmediata e instintiva a los acontecimientos.
Pero,
para marcar la dirección correcta al andén y sacar conclusiones prácticas lo más
acertadas posibles para enfrentar la coyuntura actual, lo primero que debiera
haber es un amplio consenso entre las fuerzas revolucionarias en torno a que la carestía
de la vida no es más que la expresión más evidente de las
crecientes dificultades materiales en las que vive inmersa la clase
trabajadora, fruto de la desvalorización de la fuerza de trabajo y la
precariedad laboral. En definitiva, sobreexplotación que
es el recurso más a la mano de una burguesía con dificultades para mantener su
tasa de ganancia, como consecuencia de una crisis general del capitalismo de
carácter estructural.
Igualmente
que las políticas belicistas contra la soberanía de los pueblos del Bloque
liderado por los EE.UU y nucleado en torno a la OTAN con el acuerdo y
servidumbre de la UE, impone un incremento de gastos militares y
de sanciones
y bloqueos económicos que, además de ilegítimos, se
vuelven en muchos casos contra el día a día de su población.
Si
partimos de estos consensos y tenemos el temple necesario –y añadimos la
inteligencia política suficiente- para no entrarle al primer espantajo que se
cruce en el camino y sí utilizar el análisis materialista para trazar el camino
que queremos recorrer, serán muchas más las posibilidades de no errar el camino
y, aunque no nos permita llegar a la Estación Término del Socialismo, del Poder
Obrero y Popular, sí pueda acercarnos a ella. Expresado en términos propios del
marxismo-leninismo: análisis concreto de la realidad concreta para desarrollar
un programa fundamentado en unas alianzas y un desarrollo de la táctica,
coherentes con la estrategia y los principios.
Un
reto impostergable que necesariamente requiere conocer la subjetividad actual
de las clases sociales y marcar la ruta que, en un proceso complejo y
absolutamente dialéctico, haga crecer la capacidad de organización de las
masas, especialmente de la clase trabajadora en su confrontación diaria con el
capital, y la referencialidad social de la militancia comunista.
Un
proceso en el que, como nos ha enseñado la historia de la lucha de clases,
serán las masas las protagonistas y en el que conquistarán derechos porque
avanzará su conciencia y su vinculación con la ideología revolucionaria.
Un
escenario nada improvisado en el que la realidad, una vez se pone en marcha el
motor de la Historia, no espera a nadie y en que la Vanguardia política no
puede ni quedarse al margen, ni olvidar nunca cuál es su responsabilidad.
Por
eso, afirmamos que ni todos los escenarios de movilización de masas son una
oportunidad, ni todas las consignas que convocan multitudes son útiles. A la
reacción, al fascismo y al lumpen se le combate reforzando estructuras propias
y no tratando de reconducirlos en su terreno.
Organizar para
movilizar es la consigna.
Intervenir en los
conflictos y radicalizarlos para evidenciar los verdaderos intereses de clase
que esconden y permeabilizar el programa socialista, es la tarea inmediata.
Generar liderazgos que
encabecen y dirijan todas estas luchas obreras y populares, es una necesidad
concreta.
Son
estos los elementos de análisis en los que corresponde embarcarse conforme a un
plan de trabajo a la ofensiva.
1.
Revisiones
salariales que compensen todo lo perdido por la inflación, sí; pero además
crítica al pacto social y a las políticas de conciliación de clases y
desmovilización que nos han llevado hasta esta situación. Organizar la
respuesta sobre la plena soberanía de la asamblea obrera. Unidad Obrera.
2.
Denuncia
de la carestía de la vida, sí; pero sin caer en el asistencialismo y vinculando
el incremento de los precios a la quiebra de un sistema caduco incapaz para
garantizar(se) lo necesario y a la especulación del capital. Nacionalización de
las empresas energéticas y de distribución de alimentos y productos de primera
necesidad.
3.
No
al incremento del 25% del gasto militar. Ni OTAN, ni bases militares. Abandono
inmediato de todas las tropas desplegadas en el extranjero. Más gasto militar
son menos prestaciones sociales.
Son
solo algunos ejemplos de la multitud de oportunidades que brinda esta sociedad
basada en la explotación y la opresión, para levantar las más diversas banderas
de lucha. Banderas de unidad y no de división por identidades, en las que
siempre deben primar los intereses y necesidades de la clase trabajadora por
encima de cualquier otra consideración.
En
el centro de trabajo o en el barrio, promoviendo estas plataformas y
colectivos, levantando experiencias de lucha concreta que traspasan el espacio
de la mesa de reunión en la que nos juntamos la militancia de la distintas
organizaciones, es donde se puede concretar de forma fecunda la unidad de
acción de las fuerzas revolucionarias y tejer las alianzas necesarias.
LA NECESARIA CONSIGNA
Un
ejemplo sería la ya usada de Paz, Pan y Trabajo. Ni mucho menos tiene que ser
la elegida, pero necesitamos con urgencia una que convoque a las masas y, al
mismo tiempo, por su contenido, no solo las distancie del oportunismo y el
fascismo, sino que sea capaz de vincular a amplios sectores del campo
revolucionario y del movimiento obrero y popular a un propósito común. Tú lucha
decide, también resume el propósito que nos convoca frente a un ciclo histórico
que se abre con fuerza ante nuestros ojos y en el que no podemos dejar de intervenir.
Solo
una acción coordinada y decidida de la militancia entre la clase obrera y los
más diversos sectores del pueblo, generará la experiencia de lucha y los
cuadros necesarios para llevar adelante la necesaria contraofensiva que
acorrale al Capital y a todas sus políticas. Lo contrario es la Barbarie en una
realidad de creciente pobreza y explotación en una sociedad, la del capital,
que exige cada día menos derechos laborales, sociales y civiles.
Hoy, como siempre,
TOMA PARTIDO, TU LUCHA DECIDE.
FUENTE: unidadylucha.es
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario