¡Moros y gitanos!
Por Mohamed
Haidour
Rebelion / España
| 24/11/2022 |
Fuentes: Nueva
Tribuna [Foto: imagen del santo Santiago Matamoros]
El Centro Reina Sofía sobre adolescencia y Juventud acaba de publicar un
estudio sobre las percepciones y actitudes racistas y xenófobas entre la
población joven de España. A grandes rasgos el estudio revela que uno de cada
cuatro jóvenes confiesa ser racista, y uno de cada siete reconoce que lo
ejerce.
De la misma
manera, el 50% de los jóvenes encuestados señala que la falta de adaptación de
las personas migrantes y de los gitanos, es uno de los principales motivos que más influye
en las actitudes racistas. Dicho de otra manera, son los propios inmigrantes y
los gitanos los que provocan ser rechazados, con la singularidad de que
los gitanos son tan españoles como los propios encuestados.
El estudio
revela también que el 60% de esos jóvenes culpa a los medios de comunicación de
la difusión de los discursos intolerantes, y de la negativa percepción de los
migrantes y de la población gitana.
En el baremo del grado de rechazo, los gitanos se
sitúan en el primer lugar, seguidos de cerca por los marroquíes.
Las referencias
que revelan esta investigación son prácticamente calcadas a la mayoría de los
estudios efectuados sobre el mismo asunto en la última década. Sin embargo, el
relativo a la responsabilidad de los medios de comunicación es un dato
abrumador que revela la envergadura de la responsabilidad que tienen en la
difusión de los estereotipos y su impacto sobre la convivencia y la
cohesión social.
Dicho esto, personalmente
no utilizaría el término “los
medios” en plural y lo sustituiría por “ciertos medios”. No reconocer a medios y profesionales del gremio que juegan un
destacado papel en la lucha contra las desigualdades y las discriminaciones, es
hacer el juego a los fanáticos.
Por lo demás,
la divulgación del estudio coincidió con el 30 aniversario del asesinato
de Lucrecia Pérez, primer crimen racista cometido en España, y con la publicación de
la sentencia sobre “fake news” que señalaba a los menores inmigrantes no
acompañados. Paradójicamente, tanto en el homicidio de Lucrecia como
en el de los menores no acompañados, estaban implicados miembros de las fuerzas
de seguridad del Estado.
Y como las
“desgracias” nunca vienen solas, en la misma semana de la publicación del
estudio, la Agencia de la Unión Europea para los Derechos Fundamentales (FRA)
órgano oficial de la U.E., publica un informe sobre la situación de la
población gitana en diez países europeos entre los cuales figura España.(1)
“Los romaníes siguen experimentando privaciones
generalizadas, las familias gitanas siguen viviendo en condiciones terribles y
sus perspectivas educativas y laborales son malas”. “Los hallazgos presentan
una imagen sombría pero familiar de exclusión, privación, discriminación y
racismo”.
Estas
introducciones del estudio hablan por sí solas del grado de marginación y
rechazo que padecen los gitanos en muchos países europeos. No me cabe duda que
el denigrante trato que sufren los gitanos en la Cañada Real por
parte de la Comunidad de Madrid ha sido clave para ubicar a España como país
destacado en su maltrato a los romanís a nivel Europeo.
Para terminar,
aprovecho la coyuntura para añadir una pincelada sobre el puesto de honor que
ostentamos, los marroquíes, en ese baremo del espanto. Me indigna el
hecho de que los gitanos, ciudadanos españoles y europeos de pleno derecho, nos
superen en el grado de rechazo, sin embargo, eso nos revela que los pozos
del odio se nutren de la incesante búsqueda del chivo expiatorio de turno, más
allá del origen y de la procedencia de la víctima o de las víctimas.
Los marroquíes
somos el colectivo extracomunitario más numeroso que vive y trabaja en España.
La mayoría trabajan en sectores de actividad importantísimos para la economía
española como son la agricultura, la hostelería y la construcción. Pero también
hay miles de cuadros que desarrollan actividades en la docencia, en sanidad y
servicios. También cada vez más hay escritores y escritoras que se han
conseguido labrar un lugar destacado en la literatura española, sin olvidar los
y las artistas, y sin obviar la cantidad de deportistas marroquíes
o de origen marroquí que nutren las distintas disciplinas deportivas del país.
Con los datos
que manejo, la reputación profesional de los marroquíes en sus ámbitos de
actuación es más que elogiosa, sin embargo, no encaja con el grado de rechazo
que se reflejan en las encuestas de discriminación.
Personalmente,
creo que como factor principal en este desbarajuste, es el
desconocimiento sobre la realidad histórica, política, cultural y social de
Marruecos. Ese desconocimiento lo padecen mecánicamente los colectivos
marroquíes que viven y trabajan en España.
Por otro lado,
los estereotipos vinculados a los marroquíes de manera directa e indirecta en
la cultura española tienen también su influencia en el consciente y el
subconsciente de los españoles.
Dos ejemplos
que me parecen sintomáticos de lo que expreso. El santo más venerado de España es
Santiago Matamoros, y el refrán “no hay moros en la costa” es el más
utilizado para un sinfín de situaciones y circunstancias.
Hay una nueva
dinámica en las relaciones bilaterales que se debe aprovechar para
fomentar los intercambios que afectan a las relaciones humanas más allá de las
excelentes relaciones económicas y políticas. Esto supone hacer esfuerzos desde
los dos lados para superar las carencias de los afectos. Los intercambios de
cortesía son importantes pero los intercambios de la consideración mutua son
necesarios.
1 https://fra.europa.eu/en/news/2022/80-roma-live-poverty
Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/moros-y-gitanos/20221119100132205138.html
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