La escasez de agua amenaza la
seguridad alimentaria mundial
Por Dann
Okoth, Aleida Rueda
Rebelion
03/08/2022
Fuentes: scidev.net
[Imagen: Juan Pablo Marin García / Alianza de Bioversity International y CIAT
bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-SA 2.0)]
La seguridad alimentaria confronta diez amenazas severas que hacen peligrar
el objetivo de acabar con el hambre para 2030.
El aumento de
la demanda
de agua será la mayor amenaza para la seguridad alimentaria en
las próximas dos décadas, según un nuevo informe de
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO), que pide la colaboración de científicos y responsables políticos para
impulsar la resiliencia de los sistemas alimentarios mundiales.
Cerca de 828
millones de personas pasaron hambre en 2021, en comparación con los 811
millones estimados en 2020, y alrededor del 11,7 por ciento de la población
mundial sufrió inseguridad
alimentaria grave, según los nuevos datos.
No solamente
las sequías relacionadas con el cambio
climático están aumentando la competencia entre los
agricultores por el agua, el informe también señala que la creciente demanda
del líquido por parte de las poblaciones está reduciendo el acceso al agua
limpia, a las aguas subterráneas y al riego sostenible.
Al mismo
tiempo, los conflictos en curso, como la guerra en Ucrania, y las repercusiones
económicas de la pandemia de COVID-19 están
revirtiendo décadas de progreso, y amenazan con desbaratar los objetivos de
acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus
formas para 2030.
Otro estudio revisado
por expertos y publicado en One Earth también identificó la sequía y las olas de calor en el
África subsahariana, el daño a los ecosistemas y la alteración de los monzones
y del agua de deshielo en Asia como las principales amenazas a la seguridad
alimentaria mundial. Las amenazas fueron identificadas por los
miembros de un panel de expertos y luego clasificadas y priorizadas.
Zia Mehrabi,
autor principal del estudio y profesor adjunto de estudios medioambientales en
el Centro Mortenson de Ingeniería Global de la Universidad de Colorado Boulder,
dijo que la seguridad alimentaria es un problema de pobreza, distribución y
acceso limitado a los alimentos, más que de su producción.
De acuerdo con
Mehrabi, los efectos del cambio climático son cada vez más graves y las políticas deben
centrarse en crear una resistencia sistémica, en lugar de responder a casos
individuales de condiciones meteorológicas extremas. “Aquí es donde la sociedad
tiene que centrar sus esfuerzos en elevar el nivel de vida de forma
generalizada. Sólo así podremos esperar que los fenómenos extremos no afecten a
los más vulnerables”, dijo a SciDev.Net.
“Del mismo modo, tenemos que cuidar nuestros ecosistemas, porque proporcionan la línea de vida para la agricultura: si los perdemos, nuestra capacidad para hacer frente a los eventos extremos disminuye masivamente”, agregó.
El equipo de
investigadores internacionales señaló que incluso antes de la guerra en Ucrania
y la actual guerra civil en Etiopía, que han interrumpido las cadenas de
suministro y la producción de alimentos, conflictos como los de Siria y Yemen
amenazaban la seguridad alimentaria regional y mundial.
Estas
perturbaciones se ven agravadas por fenómenos meteorológicos extremos cada vez
más frecuentes, como las olas de calor marinas, las inundaciones y las sequías.
“Del mismo modo, tenemos que cuidar nuestros
ecosistemas, porque proporcionan la línea de vida para la agricultura: si los
perdemos, nuestra capacidad para hacer frente a los eventos extremos disminuye
masivamente”. (Zia Mehrabi, profesor adjunto de la Universidad de
Colorado Boulder)
El escenario latinoamericano
A pesar de los
datos del estudio, en América Latina las preocupaciones sobre las amenazas para
la seguridad alimentaria todavía no están directamente relacionadas con la
escasez del agua.
“Vivimos el
paradigma de falsa abundancia, en muchas zonas se piensa que hay suficiente
agua para la agricultura. Las principales políticas están más enfocadas en
abastecer a las grandes ciudades que en los posibles impactos para la
producción agrícola”, comentó a SciDev.Net Francisco Javier Lemus Yáñez, profesor de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de México.
Una de las
características de la región es que la mayor parte de las tierras agrícolas son
de riego temporal, dependen de la lluvia, por eso son particularmente
preocupantes los cambios en el clima que afecten los patrones de precipitación,
sostuvo.
“Ya estamos
viendo estragos. El clima está variando, pero por ahora son situaciones
temporales, pero eso no quiere decir que no vaya a ser un problema en los
próximos años”, añadió Lemus Yáñez. “Especialmente en los lugares en los que
hay una mala gestión del agua, corrupción y mala distribución del recurso”.
Lo que sí sucede es que en muchas partes de la región está habiendo un cambio de uso de suelo con el fin de ganar más terreno para la agricultura y producir más productos exportables. Hoy, la región es el segundo punto con la mayor tasa de deforestación (solo detrás del sudeste asiático); se han perdido millones de hectáreas de bosque por la agricultura ilegal y el cultivo de soja, carne vacuna y aceite de palma, principalmente.
El cambio de uso de suelo para destinarlo a
la agricultura es una grave amenaza para América Latina que tiene la segunda
mayor tasa de deforestación del mundo, detrás del sudeste asiático. Crédito de
la imagen: Juan Pablo Marin García /
Alianza de Bioversity International y CIAT bajo licencia Creative Commons (CC
BY-NC-SA 2.0)
Lo mismo dijo
a SciDev.Net la ex asesora de la Comisión Nacional de Agua de México, Jessica
Hernández Ortiz: “debido a las sequías y eventos extremos, como huracanes,
lluvias, nevadas, periódicamente se ve afectada la producción”, pero “aún no es
una crisis” que ponga en peligro la seguridad alimentaria.
Encontrar soluciones
Los autores del
artículo publicado en One Earth piden una mayor colaboración y coordinación entre los investigadores que
estudian las amenazas específicas a los sistemas alimentarios, para que los
responsables de la toma de decisiones dispongan de información exhaustiva,
modelos actualizados y herramientas pertinentes a medida que surgen las
amenazas.
Los países tienen que pasar de las políticas proteccionistas y nacionalistas a formas de gobernanza colaborativas, y tenemos que empezar a plantearnos preguntas como “¿qué aspecto tiene la gobernanza para los sistemas alimentarios resilientes?”, dijo Mehrabi.
Se requiere
información exhaustiva, modelos actualizados y herramientas pertinentes para
afrontar las amenazas a la seguridad alimentaria, como la sequía y otros
eventos extremos. Crédito de la imagen: Juan Pablo Marin García / Alianza de Bioversity
International y CIAT bajo licencia Creative Commons (CC
BY-NC-SA 2.0)
Lemus Yáñez
también está convencido de que la gobernanza de los sistemas alimentarios y la
gestión del agua tiene que ser colaborativa. “La única forma de lograrlo es
generando acuerdos horizontales, en donde todos los actores, sobre todo los de
hasta ‘abajo’, realmente se comprometen. Podemos generar muchas leyes, pero si
la gente no se siente parte de ellas, no las van a respetar”, afirmó.
Según Mehrabi,
la gobernanza colaborativa “es una idea impopular, pero la realidad es que a
largo plazo todo el mundo se beneficiará. Necesitamos políticas que se centren en
crear confianza entre los actores dentro de los países y entre ellos, una
confianza que permita abordar los grandes problemas en serio”.
Este artículo fue elaborado por la edición global de SciDev.Net, con reporteo adicional de América
Latina y el Caribe.
Fuente: https://www.scidev.net/america-latina/news/escasez-de-agua-amenaza-seguridad-alimentaria-mundial/
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