Tal día como
hoy de 1937 moría Antonio Gramsci, a los 46 años y a los 6 días de haber
cumplido condena bajo el primero de los fascismos europeos. Su ejemplo y sus
aportaciones para la reflexión y la práctica transformadora siguen más vivos
que nunca.
Los periódicos y los trabajadores
El Viejo Topo
27 abril, 2022
Estos son los
días en que los periódicos se anuncian para captar suscriptores. Los directores
de la prensa burguesa ordenan los aparadores, le dan brillo a su logotipo y
buscan llamar la atención de los transeúntes (es decir, el lector) para vender
su producto. El producto es ese pedazo de papel de cuatro o seis páginas que
cada mañana y tarde pretende inyectar en el espíritu del lector el modo de
percibir y juzgar los hechos de la actualidad política, mismos que convienen a
los intereses de los productores y vendedores del papel impreso. Queremos
discutir con los trabajadores sobre la importancia y la relevancia del hecho,
que parece tan inocente, que es elegir el periódico al que nos suscribimos. Es
una decisión llena de mañas y peligros que se debe hacer conscientemente, con
prudencia y previa reflexión. Ante todo, el trabajador debe negarse a colaborar
al sostenimiento del periódico burgués. Tiene que recordar siempre, siempre,
siempre, que el periódico burgués (cualquiera que sea su matiz) es un
instrumento de lucha impulsada por ideas e intereses contrarios a los suyos. El
contenido de la prensa está influenciado por una idea: el servicio de la clase
dominante, lo que inevitablemente se traduce en una cosa: luchar contra la
clase trabajadora. De hecho, del primer al último renglón, el periódico burgués
adopta y revela esta preocupación. Pero lo mejor de todo, es decir lo malo,
está en el hecho de que en lugar de pedir dinero a los ricos para sostener su
propia defensa, los periódicos burgueses logran en cambio financiarse por la
misma clase a la que combaten. Y los obreros les pagan con prontitud y
generosidad. Cientos de miles de trabajadores dan todos los días sus monedas a
la prensa burguesa y por lo tanto lo fortalecen ¿Por qué? Si usted le pregunta
a un trabajador con un periódico burgués en el tram o en la calle, escucharía
la respuesta: «Porque necesito saber qué cosas están sucediendo». Jamás se le
ocurrió que las noticias son expuestas con un arte que dirige su pensamiento y
manipula su mente de una manera determinada. Pero al mismo tiempo él sabe que
este diario es conservador, que tal persona es un arribista, y que el tercero,
cuarto, y quinto están vinculados a grupos políticos que tienen intereses
directamente opuestos a los suyos. Todos los días, los trabajadores pueden ver
por sí mismos que los periódicos burgueses relatan hasta los hechos mas simples
de un modo en el que favorecen a la clase burguesa en perjuicio de la clase
obrera. ¿Si estalla una huelga? Para la prensa burguesa los trabajadores están
equivocados. ¿Hay una manifestación? Los manifestantes, simplemente porque son
trabajadores, son siempre los revoltosos, los intransigentes, los delincuentes.
¿El Gobierno
aprueba una ley? Siempre es buena, útil y justa, incluso si se trata de lo
contrario. ¿Se desarrolla una lucha electoral, política o administrativa? Los
solicitantes y los mejores programas son siempre las de los partidos burgueses.
No hablaremos
de todos los hechos que los periódicos burgueses o censuran, o tergiversan o
falsifican para poder engañar, ilusionar, y mantener en la ignorancia a sus
lectores.
Sin embargo, la
aprobación cómplice del trabajador al periódico burgués no tiene límites. En
necesario reaccionar a ella y mostrar trabajador el análisis exacto de la
realidad.
Hay que decir y
repetir que el dinero mal gastado que cae en las manos del vendedor de
periódicos es un proyectil más entregado al periódico burgués que lo disparará
después, en el momento oportuno, en contra de las masas trabajadoras.
Si los
trabajadores se convencieran de esta verdad elemental, aprenderían a boicotear
la prensa burguesa con la misma firmeza y disciplina con que la burguesía
boicotea las publicaciones de los trabajadores, es decir, la prensa socialista.
No dar ayuda de
dinero a la prensa burguesa que es su enemiga: este debe ser nuestro grito de
guerra en este momento caracterizado por las campañas de suscripciones
promovidas por todos los periódicos burgueses.
Boicot, boicot,
boicot!
Fuente: Artículo de A. Gramsci publicado en Avanti el 22
de diciembre de 1916 y reproducido en la web Marxists.org.
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