Los socialistas se suman a Vox
en la Eurocámara para que una saharaui no opte al premio Sakharov
Por Ignacio Cembrero
Rebelión /España
18/10/2021
Fuentes: El confidencial
La dirección del grupo socialista dio instrucciones por escrito a sus
diputados para que respaldaran a la expresidenta boliviana Jeanine Áñez en
lugar de la activista Sultana Khaya
Hubo un tiempo,
cuando se constituyó en 2019 el Parlamento Europeo, en el que el PSOE hablaba
de la necesidad de imponer a Vox un «cordón sanitario». Luchó, por ejemplo, a
brazo partido para que sus representantes no obtuvieran ningún cargo en la
institución aunque fracasó cuando se trató de elegir a una vicepresidenta de la
comisión de Agricultura.
Dos años
después, la dirección del grupo socialista en la Eurocámara instruyó, el jueves
pasado, por escrito a sus diputados para que votasen a la candidata presentada
por Vox al premio Sakharov de derechos humanos para impedir así que fuese
elegida una activista saharaui enfrentada con Marruecos. Lo consiguieron.
Los grupos
parlamentarios presentaron y votaron el jueves a sus candidatos al premio que
lleva el nombre de científico ruso Andrea Sakharov, el más prestigioso de
cuantos otorgan las instituciones europeas. Los socialistas y los Verdes
propusieron a 11 mujeres afganas que lucharon por sus derechos en su país; el
Partido Popular Europeo (PPE) apostó, en cambio, por el opositor ruso
encarcelado Alekséi Navalni.
Vox, que está
integrado en el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos, convenció a los
diputados con los que comparte bancada de que respaldaran para el galardón a
Jeanine Áñez, que asumió en noviembre de 2019 la presidencia de Bolivia después
de que el Ejército forzara la renuncia de Evo Morales elegido democráticamente.
El presidente Donald Trump aplaudió la decisión de Áñez. Una mayoría de
politólogos y profesores de relaciones internacionales consultados entonces por
la BBC opinaron, sin embargo, que se había producido un golpe de Estado.
Áñez ordenó
también en diciembre de 2019 la expulsión de la número dos de la Embajada de
España en La Paz y del cónsul porque habían
visitado la Embajada de México donde estaban refugiados varios partidarios del
presidente depuesto Evo Morales que esperaban poder salir del país. La
expresidenta cumple condena desde marzo pasado por “terrorismo, sedición,
conspiración” y “participación en un golpe de Estado”.
Podemos que, junto con Bildu, están integrados en el grupo de
la Izquierda Unitaria Europea, presentó con sus correligionarios europeos la
candidatura de Sultana Khaya, defensora de los derechos humanos en el Sáhara
Occidental sometida a un arresto domiciliario, sin orden judicial, desde hace
casi un año. La activista denunció en mayo pasado, a través de un vídeo, que
ella y su hermana Azza fueron violadas con palos y tubos por las fuerzas de
seguridad marroquíes y que su madre, de 84 años, fue también víctima de
agresiones. Khaya preside desde Bojador (Sáhara) la Liga Saharaui para la
Defensa de los Derechos Humanos.
Los 90
eurodiputados que integran las comisiones de Asuntos Exteriores y de Desarrollo
deben elegir, en una primera votación, a los tres nominados al premio Sakharov
que son a continuación invitados a Bruselas y homenajeados por la institución.
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y los presidentes de los
grupos parlamentarios designarán a continuación, el 20 de octubre, quién de los
tres finalistas obtendrá en galardón que le será entregado en diciembre.
En la primera
votación que se produjo el jueves las mujeres afganas y el opositor Navalny
fueron elegidos finalistas, pero se produjo un empate entre Jeanine Áñez y
Sultana Khaya por lo que fue necesario celebrar una segunda vuelta para
designar al tercer finalista. Lo lógico es que el conjunto de la izquierda,
desde los socialistas hasta Los Verdes pasando por Podemos y sus aliados,
hubiese respaldado a Khaya y esta fuese la tercera nominada al premio.
La dirección
socialista quiso a toda costa evitarlo y lo logró. “(…) por razones tácticas,
para incrementar las posibilidades de nuestra candidatura en la votación final,
se les pide que apoyen al candidato de Conservadores y Reformistas Europeos ahora
en la segunda ronda”, ordenó en un correo urgente Tonino Picula, exministro
socialista de Exteriores de Croacia, a los eurodiputados de su grupo.
Picula indicó
en el encabezamiento que enviaba su correo en nombre de Pedro Marqués, diputado
portugués y vicepresidente del grupo socialista con gran dedicación en el
Parlamento Europeo a las relaciones entre la UE y el Magreb. Es improbable que
Marqués tomase tal decisión sin el visto bueno de su jefa, la presidenta del
grupo socialista en Bruselas, la española Iratxe García. Preguntada por correo
electrónico si avalaba la orden dada por Marqués, Iratxe García no contestó.
Rosa Sivianes, responsable de comunicación de la delegación socialista
española, confirmó la existencia del correo de Picula, pero aseguró que la
presidenta del grupo “no estaba en el tema”.
El correo de
croata Picula, que ha circulado profusamente más allá de las filas socialistas,
suscitó cierto malestar entre sus destinatarios. Aun así y pese a que el voto
es secreto acataron la orden recibida. Por eso en segunda vuelta la tercera
nominada fue la boliviana Jeanine Áñez y no la saharaui Sultana Khaya.
Lo más probable
es que la decisión del grupo socialista europeo, que encabeza Iratxe García, de
respaldar el jueves a Jeanine Áñez haya sido tomada tras consultar al
Ministerio de Asuntos Exteriores de España que se esfuerza por normalizar la
relación con Marruecos después de que este país desencadenase, el 10 de
diciembre, una crisis cancelando la cumbre bilateral de los dos gobiernos
prevista para el 17 de ese mismo mes.
El voto
socialista en contra de Sultana Khaya es una de tantas concesiones hechas estos
últimos meses para favorecer esa reconciliación. Hubo otras muchas desde la
salida del Gobierno, en julio, de la ministra de Exteriores, Arancha González
Laya, hasta el veto, la semana pasada, para que un equipo de RTVE viajase a los
campamentos de refugiados saharauis para participar en una entrevista colectiva
a Brahim Ghali, el líder del Frente Polisario que estuvo ingresado en primavera
en un hospital de Logroño.
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