El primer
día de Reino Unido tras el Brexit
- Más de cuatro años
después del controvertido referéndum y tras una interminables
negociaciones, Reino Unido amanece este 1 de enero oficialmente fuera de
la Unión Europea.
Retirada de la bandera británica del Parlamento Europeo / Reuters
TERCERAINORMACION / 01/01/2021
Reino Unido está fuera de la Unión Europea. Su
salida, realizada oficialmente a las 11 de la noche de ayer, deja atrás más de
cuatro años de durísimas negociaciones y la caída de dos primeros ministros,
David Cameron y Theresa May, arrasados por las dificultades para establecer un
acuerdo con Bruselas que no supusiese un desastre económico para Londres.
La salida oficial llega tras incontables
aplazamientos de la fecha límite, prevista en un inicio para el 29 de marzo de
2019, y la firma de un acuerdo que aspira a regular completamente las
relaciones de Reino Unido con los otros 26 miembros que permanecen en la UE.
Ahora, por primera vez desde 1973, el país se enfrenta a un escenario fuera del
mercado común.
El acuerdo resuelve gran parte de los problemas
económicos que podrían haber golpeado a Reino Unido, con la supresión de
tarifas y un acuerdo comercial bilateral que mantiene el statu quo previo a la
salida.
El mayor impacto llegará para los británicos de
a pie que deseen viajar, trabajar o residir en otros países de la Unión
Europea. Volvieron las fronteras. Los ciudadanos de Reino Unido no podrán
permanecer más de 90 días en un estado de la Unión Europea si no cuentan con un
permiso de estancia o residencia. La necesidad de visas y permisos supone un
duro golpe para los millones de británicos, entre ellos lo más de 300.000 que
residen permanentemente en España.
En el mismo sentido, los emigrantes de la Unión
Europea a Reino Unido ahora contarán con muchas más trabas administrativas y
legales. Los 100.000 españoles en Gran Bretaña ya han comenzado a padecer las
problemáticas de la nueva situación legal. Un situación similar a la de más de
un millón de polacos, la comunidad europea más grande de migrantes en las
islas. Tan solo los irlandeses, a tenor de un acuerdo especial bilateral,
mantendrán las facilidades de ingreso y salida.
Tampoco todos los sectores económicos, la única
prioridad tenida en cuenta por el gobierno de Boris Johnson y su contraparte
europea, quedarán indemnes ante el impacto. La flota pesquera británica ya ha
manifestado su total rechazo al acuerdo alcanzado, afirmando que han sido
abandonados por completo por Johnson. Para la industria automovilística tampoco
es una buena noticia la llegada de un marco de producción o integrado con el
resto de europa.
En el ámbito del día a día, la prensa amarilla
tendrá que buscar un nuevo objetivo y excusa de todos los males de la Tierra,
usualmente situados en los «burócratas de Bruselas» a través de relatos
absurdos construidos para soliviantar los ánimos de los británicos, uno de sus
contenidos favoritos durante años.
Pero, en realidad, más allá de las previsiones y
las cábalas, los verdaderos efectos del Brexit aún están por conocerse. Los
conflictos de intereses y su resolución de aquí en adelante, marcarán el
auténtico devenir de las relaciones entre Reino Unido y el resto del
continente. Lo veremos.
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