martes, 17 de noviembre de 2020

Historia de la Revolución Rusa

 

Rosa Luxemburgo. Obras Escogidas, 11 de 17

Izquierda Revolucionaria

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Rosa Luxemburgo 

7. La lucha contra la corrupción

Un problema muy importante en toda revolución es el de la lucha con el lumpenproletariado. También en Alemania, como en cualquier otro lado, tendremos que enfrentamos con este problema. El elemento lumpenproletario está profundamente incrustado en la sociedad burguesa. No es solamente un sector especial, una especie de escoria social que crece enormemente cuando se derrumban los cimientos del orden social, sino una parte integrante de éste. Los acontecimientos de Alemania -y en mayor o menor medida los de otros países- demostraron con qué facilidad todos los sectores de la sociedad burguesa caen en esa degeneración. Los matices entre las excesivas ganancias comerciales, los negocios ficticios, la adulteración de alimentos, el fraude, el desfalco oficial, el robo, el hurto, el asalto a mano armada, se confunden de tal modo que la línea divisoria entre la ciudadanía honorable y la penitenciaría ha desaparecido. Se repite el mismo fenómeno que en la degeneración regular y rápida de los dignatarios burgueses cuando son trasplantados a tierra extraña en las colonias de ultramar. Con el derrumbe de las barreras convencionales y los puntales de la moralidad y la ley, la sociedad burguesa cae víctima de una degeneración directa e ilimitada [Verlumpung], pues la ley que rige su vida interna constituye la más profunda de las inmoralidades, es decir la explotación del hombre por el hombre. 


La revolución proletaria tendrá que luchar en todos lados contra este enemigo e instrumento de la contrarrevolución.


Y sin embargo, también en relación a esto, el terror es una espada de doble filo, sórdida, negativa. Las medidas más duras de la ley marcial son impotentes frente al estallido de la enfermedad lumpenproletaria. Por cierto, todo régimen persistente de ley marcial lleva inevitablemente a la arbitrariedad, y toda forma de arbitrariedad tiende a depravar la sociedad. Al respecto, las únicas medidas efectivas en manos de la revolución proletaria son: medidas radicales de carácter político y social, la transformación lo más rápida posible de las garantías sociales de la vida de las masas; despertar el idealismo revolucionario, que puede mantenerse durante un largo lapso si las masas llevan una vida intensamente activa en las condiciones de una ilimitada libertad política.


Así como la libre acción de los rayos del sol constituye el remedio más efectivo, purificador y curativo contra las infecciones y los gérmenes de la enfermedad, el único sol curativo y purificador es la revolución misma y su principio renovador, la vida espiritual, la actividad y la iniciativa de las masas que surgen con aquella y se conforman en la más amplia libertad política.


En nuestro caso, como en cualquier otro, será inevitable la anarquía El elemento lumpenproletario está profundamente en-quistado en la sociedad burguesa y es inseparable de ella.

Pruebas:

1 - Prusia Oriental, los saqueos “cosacos”.

  - La irrupción generalizada del saqueo y el robo en Alemania. (Especulación, personal de correo y ferroviario, policía, disolución total de límites entre la sociedad bien ordenada y la penitenciaría.)

3 - La rápida degeneración [Verlumpung] de los dirigentes sindicales.

Contra esto, son impotentes las medidas draconianas de terror. Por el contrario, producen una corrupción aun mayor. La única antitoxina: el idealismo y la actividad social de las masas, la libertad política ilimitada.

Es una ley objetiva todopoderosa a la que no puede escapar ningún partido.


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