En Cádiz 90 costureras demuestran quién crea la
riqueza
La falta de equipos de protección individual (EPIs) en
el Hospital Puerta del Mar, y en todos los hospitales, para los profesionales
que tratan a enfermos con coronavirus, nos muestra la verdadera naturaleza del
sistema capitalista. Un sistema ineficiente y destructivo, que destina muchos
hombres y materiales a la producción de los más extravagantes bienes de lujo,
al mismo tiempo que no produce los bienes más elementales para la vida del
pueblo. Y cuando los produce, como los respiradores o mascarillas, los acapara,
los guarda en un cajón para que suban el precio y hacer más negocio con ellos.
De la misma manera que se tira leche a los ríos para que no baje de precio, o
de la misma manera que la industria farmacéutica compra patentes de medicinas
que curan para que no se erradiquen ciertas enfermedades y seguir vendiendo
productos asociados a esas enfermedades, como la insulina.
En Cádiz un
grupo de 90 mujeres, amas de casas en su mayoría, están elaborando desde sus
casas de forma altruista batas, patucos y gorros, para paliar la ineficacia de
un sistema incapaz tan siquiera de facilitar los recursos básicos para que los
profesionales sanitarios puedan trabajar sin poner en riesgo sus vidas,
demostrando así cómo es la clase obrera la que llegado el momento cubre las
deficiencias de este sistema.
Mientras, por
ejemplo, dos grandes empresas del ámbito textil como son «El Corte Inglés», que
en 2018 sumó ventas por valor de 11.483.748.000 € y realiza un ERTE que afecta
a 25.900 trabajadores, o «Inditex», que en 2018 obtuvo ventas de
10.242.000.000€ y que confirma un ERTE para 25.000 trabajadores y el
cierre de dos de sus tiendas en Cádiz.
Ambas amparadas
en las medidas de flexibilización con las que les premia el gobierno, con la
connivencia de los sindicatos traidores CCOO y UGT. ERTEs que pagaremos entre
todos mientras los grandes empresarios quedan con sus bolsillos llenos.
La eficacia que
demuestran estas 90 proletarias gaditanas que encerradas en sus casas, con
mínimos recursos e instrumentos de trabajo caseros son capaces de organizarse y
producir el material necesario para proteger a los sanitarios de un hospital
ante una pandemia mundial, nos confirma, hoy más que nunca, la necesidad de que
el pueblo tome el control de los medios de producción.
Nos venden que
no quieren dejar a nadie detrás, pero ¿a quién no quieren dejar detrás? La
clase obrera siempre ha estado detrás, somos la mercancía más vilipendiada por
los capitalistas, pues es a través de nuestra explotación donde sacan sus
mayores beneficios y llegado un momento de crisis, como el actual, nos desechan
antes de perder un solo céntimo de ellos.
Todos los
trabajadores, despedidos mediante EREs, ERTEs o despedidos sin mayores
protocolos, son familias obreras que se quedan atrás, porque quedan a merced a
las alimañas capitalistas para una aún mayor explotación al aumentar el
ejército industrial de reserva.
En estos
momentos la putrefacción del sistema ha quedado patente, al igual que ha
quedado patente que hoy es el pueblo quien con los mínimos recursos y medios de
producción rudimentarios está luchando para salvar la vida de los trabajadores
más expuestos. Si el pueblo tuviese en sus manos los centros de producción, si
el pueblo planificase la producción para satisfacer sus necesidades, no habrían
EREs, ERTEs, ni despidos llegado el momento de una crisis como la que ahora nos
asola, nadie quedaría detrás porque la producción estaría planificada para
cubrir nuestras necesidades, toda producción sería necesaria para
satisfacernos.
Hoy más que
nunca también ha quedado patente que es necesario organizar al movimiento
obrero y popular en un Frente Único del Pueblo, para tomar el control de los
medios de producción, de los monopolios de distribución y comercialización y de
la banca.
Solo a través
del Socialismo la clase obrera conseguirá librarse del yugo del opresor
capitalista.
SOCIALISMO O BARBARIE
Partido
Comunista Obrero Español (P.C.O.E.) en Cádiz
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