Felipe
apartó a su padre, el resto debería apartar a Felipe
Insurgente.org / 17/03/2020
En pleno Coronavirus la Casa Real ha materializado la
crisis que se viene larvando desde hace tiempo. Los intentos desesperados del régimen
(encarnados sin rubor por los PSOE, PP, Vox, C´s) de tapar a Juan Carlos I,
votando sin vergüenza por no investigar sus corruptelas y vida de millonario,
no son más que la prueba inequívoca de la debilidad de una corona que carga con
el virus de su ilegitimidad a cuestas desde el comienzo, desde el nombramiento
de Franco buscando la continuidad del sistema.
La declaración de Felipe VI de no aceptar la herencia
de su padre es un gesto de cara a la galería, porque legalmente eso puede
ocurrir solamente tras la muerte del padre (Artículo 127 del Código Civil). Por
tanto, lo único plausible es el reconocimiento implícito de la ilegalidad de la
fortuna de Juan Carlos, pero eso no es una novedad, suena más a cortafuegos
para que la epidemia no se lleve a los dos por el mismo precio.
La cónyuge oficial de Juan Carlos, la reina consorte,
seguirá, faltaría más, cobrando del erario público sus 100.000 euros anuales
para sus gastos. La que fue no oficial, Corinna, parece tener una batería de
pruebas que demuestra la corrupción de los Borbones (no solo de su ex amante).
Demás está decir, que la aparición del nombre del propio Felipe en cuentas como
segundo beneficiario de la fundación panameña con la que Juan Carlos controló
una cuenta en Suiza y que llegó a albergar 100 millones de dólares transferidos
por Arabia Saudí en 2008, no es ni sorpresa.
Que un personaje de esta estirpe sea el Jefe del
Estado es un déficit democrático y un sin sentido, pero sobre todo una deuda
del pueblo para consigo mismo.
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SE HA EQUIVOCADO USTED, MI QUERIDO SEÑOR CARLOS COLÓNCOLÓN, AL REY LO PODEMOS EMPEZAR A ZARANDEAR DESDE AHORA MISMO, QUE MOTIVOS SOBRAN
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Coronavirus y viruscorona
Cuando el
coronavirus pase llegará el órdago republicano y una crisis económica favorable
al radicalismo
CARLOS COLÓN
DIARIO DE SEVILLA
17 Marzo, 2020 - 02:31h
En tiempos
duros de coronavirus explota el virus de la corona. El juego de palabras es
facilón. Los hechos son graves. Por el bien de la institución monárquica, don
Juan aceptó en 1947 que don Juan Carlos se educara en España bajo la tutela de
Franco, en 1969 se tragó -atragantándose- el nombramiento de su hijo como
sucesor de Franco con el título de rey y en 1977 renunció a sus derechos
dinásticos. En 2014, Juan Carlos I abdicó cercado por escándalos y en 2019 se
retiró de la vida pública. Ahora Felipe VI renuncia a la herencia de su padre y
le retira la asignación por sus supuestas cuentas en Suiza. Nada está probado.
Don Juan Carlos I ha elegido a un antiguo fiscal anticorrupción para
"ejercer su derecho a la defensa". Pero estamos en tiempo de condenas
sin juicio y las cuentas suizas, sumadas a escándalos anteriores, han hecho
necesario este gesto de ruptura que, unido a la que se dio entre don Juan y don
Juan Carlos, crea una cadena dramática -incluso melodramática al darse entre
padres e hijos- en la línea dinástica española que se remonta, por otras
causas, a Alfonso XIII. Este murió en el exilio, su hijo no reinó y su biznieto
ha roto con su padre quien, a su vez, es posible que se retire a un exilio
voluntario.
La crisis del
coronavirus lo ha relegado a segunda noticia. Pero la epidemia pasará, dejando
terribles heridas personales, sociales y económicas, y entonces cobrará la
importancia que tiene. Los partidos republicanos tienen más fuerza que nunca:
el más radical comparte el Gobierno de España, que además precisa el apoyo de
republicanos nacionalistas de izquierda (ERC) y derecha (PNV). Cuando en 2014
abdicó Juan Carlos I las calles de muchas ciudades se llenaron de
manifestaciones reclamando un referéndum sobre la Monarquía y la instauración
de la Tercera República. Nadie dude que cuando la pandemia del coronavirus pase
llegará el órdago republicano, caldeado en un escenario de crisis económica
favorable al radicalismo.
De momento las
urgencias son otras y el problema mayor es que hay demasiados ciudadanos que
incumplen el aislamiento. La mayoría está actuando responsablemente. Pero hemos
visto imágenes de los cercanías de Madrid y Barcelona abarrotados, y en alguna
empresa los trabajadores, obligados a incorporarse a sus puestos, han tenido
que plantarse. Mientras ayer al mediodía España sumaba 1.000 casos en un día,
alcanzando los 9.121 contagiados.
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