Las
10 verdades del pueblo griego al mundo
Rebelión
Al Mayadeen
07.07.2015
En
el referéndum histórico del 5 de julio de 2015, los griegos mandaron un mensaje
de rechazo a la oligarquía política y financiera europea y un mensaje de
esperanza a los pueblos del mundo.
- NO a la Europa de la austeridad, a la Europa de
los bancos y de la oligarquía y a la Europa egoísta. Las políticas de
austeridad son políticamente costosas, económicamente ineficientes y
socialmente desastrosas. La reducción de los gastos, la disminución de los
salarios y de las pensiones, el desmantelamiento de los servicios
públicos, incluso de educación y de salud, la destrucción del código
laboral y de las conquistas sociales, lejos de estimular el crecimiento,
conducen inevitablemente a la contracción del consumo.
- SÍ a la Europa social, a la Europa de los pueblos
y a la Europa de la repartición. En tiempos de crisis, los Estados deben
adoptar una política de New Deal y realizar inversiones
masivas para relanzar la economía. Hay que reforzar las medidas de
protección social para proteger a las categorías más vulnerables de la
población. Del mismo modo, un alza de salario mínimo desatará un círculo
virtuoso pues estimulará el consumo, llenará los libros de pedidos de las
empresas, las cuales contratarán a nuevos asalariados para responder a
esta demanda, lo que permitirá al Estado aumentar sus ingresos tributarios
gracias a esos nuevos contribuyentes y disminuir sus gastos de subsidios
de desempleo gracias a la disminución de número de desocupados. Estas
nuevas fuentes de ingresos para la nación permitirán reforzar los
servicios públicos destinados al pueblo.
- NO a la dictadura del mundo financiero, a los
ultimátum, al chantaje de la troika, al terrorismo político, económico,
financiero y mediático y a las amenazas de todo tipo. Es inadmisible que
la Comisión Europea, que se compone de tecnócratas no elegidos –por lo
tanto sin ninguna legitimidad popular– decida la política económica y
social de una nación soberana. Es un atentado contra la democracia y pone
en tela de juicio el derecho inalienable de los pueblos a la
autodeterminación.
- SÍ a la independencia, a la voluntad sagrada de
los pueblos, a la libertad y a la dignidad. Al llevar al poder a un
Gobierno progresista liderado por Alexis Tsipras de SYRIZA, los griegos
votaron a favor de un programa de estimulación económica antiausteridad y
un reforzamiento de la protección social. Ninguna entidad puede interferir
en esta decisión soberana de un pueblo libre.
- NO a la deuda inicua, matemáticamente impagable,
destinada a sojuzgar a los pueblos y a satisfacer la avaricia insaciable
de los bancos. Es tiempo de poner fin al sistema actual que prohíbe que el
Banco Central Europeo preste dinero directamente a los Estados con las
mismas tasas que las reservadas a los bancos privados, es decir entre un 0
y 1%. Grecia podría resolver el problema de la deuda si se adoptase
semejante reforma. Hoy, cuando Grecia necesita un financiamiento, se
encuentra obligada a pasar por los bancos privados que le conceden
préstamos con tasas usurarias que pueden alcanzar el 18%, dinero que
consiguieron esas entidades con tasas inferiores al 1%.
- SÍ a una auditoria internacional de las deudas
públicas, a la renegociación y a la cancelación de los préstamos
ilegítimos. Según el Comité de la Verdad sobre la Deuda Pública Griega,
“La deuda que surge de los acuerdos de la troika es una violación directa
de los derechos humanos fundamentales de los habitantes de
Grecia. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que Grecia
no debería pagar esta deuda porque es ilegal, ilegítima y odiosa . […]
La insostenibilidad de la deuda pública griega era evidente desde el
principio para los acreedores internacionales, las autoridades griegas y
los medios de comunicación corporativos. Sin embargo, las
autoridades griegas, junto con algunos otros gobiernos de la UE,
conspiraron contra la reestructuración de la deuda pública en 2010 con el
fin de proteger a las instituciones financieras . Los medios de
comunicación corporativos escondieron la verdad al público representando
una situación en la que el rescate se presentó como beneficioso para
Grecia, mientras que promovió un relato que retrataba a la población como
culpable de sus propias fechorías”.
- NO a la acumulación de las riquezas, al egoísmo y
al individualismo. La Europa actual es el paraíso de los ricos y el
infierno de los pueblos. Es la ilustración perfecta de la célebre máxima
de Voltaire según la cual “una sociedad bien organizada es una en la que
la minoría explota a la mayoría, se nutre de ella y la gobierna”.
- SÍ a la repartición de las riquezas, a la
solidaridad y a la defensa del interés general. La crisis actual no se
debe a una cuestión de recursos pues Europa jamás en su historia ha sido
tan rica. Es urgente entonces proceder a una repartición equitativa de las
riquezas y ubicar la dignidad humana en el centro del proyecto europeo.
- NO a la dictadura de la aristocracia de los
poderosos. Grecia, cuna de la democracia, recuerda a Europa y al mundo la
famosa advertencia de Maximiliano Robespierre. El héroe de la Revolución
Francesa que, desde el inicio, eligió el campo de los pobres, denunció “el
yugo de la aristocracia de los ricos, el más insoportable de todos”: “Los
ricos quieren todo, quieren invadir todo y dominar todo. Los abusos son la
obra y el dominio de los ricos, son las plagas del pueblo: el interés del
pueblo es el interés general, el de los ricos es el interés particular”.
- SÍ a la rebelión de los pueblos contra todas las
injusticias, a la insurrección cívica y pacífica y a la resistencia contra
la opresión. Los pueblos no están condenados a la indiferencia y a la
humillación y tienen el poder de tomar en sus manos las riendas de su
propio destino. La miseria no es una fatalidad sino una decisión política
impuesta por las elites rapaces e insaciables. Es hora de la revuelta de
la plebe, de los aplastados y de los excluidos contra la brutalidad del
poder financiero.
Salim
Lamrani. Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris
Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La
Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados
Unidos. Su último libro se titulaCuba, the Media, and the Challenge of
Impartiality, New York, Monthly Review Press, 2014, con un prólogo de
Eduardo Galeano.http://monthlyreview.org/books/pb4710/
Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; Salim.Lamrani@univ-reunion.fr
Página
Facebook:https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel
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