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Anemoi contra El Oso Cavernario (I)
05-04-2014
“De piedra
los que no lloran. De piedra los que no gritan. De piedra los que no cantan.
Yo nunca seré de piedra. Lloraré cuando haga falta.
Gritaré cuando haga falta.
Cantaré cuando haga falta”
Rafael Alberti
Modelo Sun Tzu
“Este general chino –dice Piqué-, fue famoso
por su capacidad de predicción sobre cómo se desarrollaría una batalla”. “Su
éxito, sigue explicando, se debía al profundo estudio del enemigo, sus
comportamientos y el exhaustivo estudio del terreno donde se debería
desarrollar la batalla o incluso, toda la guerra. Él habla de 9 terrenos
posibles(…) En este subcapítulo, nos centraremos sobre dos de los
terrenos donde se desarrolla el conflicto/combate y sus consecuencias”:
“Los grupos antisistema en general saben que sus
acciones tienen más repercusión social y mediática si se desarrollan en ciertos
espacios. Por el contrario, esos mismos espacios o terrenos –los más abiertos-
les son más desfavorables desde el punto de vista de táctica policial(…). Sun
Tzu era partidario de ganar sin combatir y eso se podía conseguir mediante
diversas estrategias y la que siempre ha tenido más éxito, ha sido la de que,
‘quien rodea al enemigo, vence’.(…) Volvemos a la táctica policial del primer
terreno –abierto- y con fuerza policial suficiente. En este caso, no se quiere
reprimir los disturbios ni detener a los infractores, sencillamente se evita.
Esto se consigue limitando extraordinariamente la capacidad de movimiento de
los manifestantes rodeándoles totalmente.
Esto se realiza en el momento de la concentración que,
como se sabe donde se realizará, ha permitido hacer un filtro de malla fina en
los puntos de paso obligado por el lugar de encuentro. El objetivo del filtro
es el mismo que en el modelo Klausewitz, la requisa de objetos peligrosos de
cualquier tipo –porque después habrá contacto físico- y evitar el anonimato. A
partir de ese momento, los concentrados saben que la manifestación irá por
donde la policía quiera, se detendrá donde la policía quiera y durará hasta que
los manifestantes decidan dispersarse. Esta dispersión se hace lentamente,
dejando salir a las personas poco a poco y en grupos muy pequeños para evitar
su reagrupamiento dentro del círculo.
En estas situaciones, el sentimiento de frustración e
impotencia de los manifestantes es muy alto y a menudo generan reacciones
violentas de algunos individuos cuando son conscientes de que han perdido toda
capacidad de iniciativa. Estos momentos son delicados y es necesario que los
agentes de primera línea eviten las provocaciones individuales o los intentos
colectivos de romper el círculo. Pensemos que los policías están a menos de un
metro de los rodeados. El objetivo no es hacer detenciones, solo inmovilizar.
La sensación de derrota de los manifestantes es bastante alta y la moral queda
muy “tocada”. No ha habido heridos –no tienen mártires ni tampoco
detenidos-héroes. Incluso han intentado, sin éxito, denunciar a la policía por
detención ilegal o violar el derecho de deambulación. Si se aplica
correctamente, la fiscalía ha sido avisada de la aplicación de esta táctica
para evitar denuncias. Si sale bien, se ha vencido sin luchar. El mensaje a
Sherwood sería: ‘Fuera del bosque, al descubierto y sin esconderse, sois
vulnerables’.
Si vamos al segundo terreno posible, el bosque(…) Aquí
los manifestantes se sienten más cómodos porque saben que no se les puede
rodear(…) si huyen se aplica aquella máxima de ‘Enemigo que huye, puente de
plata’ y ellos la conocen.(…) En lugar del círculo, lo que se hace es una
especie de pasillo que va guiando, sin bloquear, los manifestantes por ciertas
calles. Las unidades de policía en columnas a pie muy cerca de ellos, pero
dejando espacio suficiente para que se muevan y no tengan sensación de ahogo.
(…) Como el bloqueo no es impermeable, siempre puede haber algún grupo que
aparentando que se va, quiera realizar alguna acción violenta. En esos casos ya
se les ha hecho saber, que fuera del círculo de agentes uniformados, se
encontrarán grupos de policías de paisano que no tendrán demasiados miramientos
si se produce alguna agresión o daño significativo.
Como estos grupos de policías están dispersos pero son
numerosos, los que quieran realizar algún acto de este tipo, se arriesgan a un
enfrentamiento violento y como quedará fuera del campo visual del grueso de la
manifestación y de los medios de comunicación, no recibirán ningún tipo de
apoyo, ni en aquel momento ni con posterioridad. Se les tratará como
delincuentes violentos, no como manifestantes pacíficos. En la teoría militar
clásica –vuelta a empezar-, éstos no serían considerados como fuerzas regulares
y por tanto no tendrían la protección de los tratados y convenios
internacionales, con las consecuencias que ello suele implicar…”.
Modelo Miyamoto Mushasi
“Hasta ahora, hemos visto –continúa implacable
el comisario Piqué- unos modelos de actuación policial donde se intenta
evitar al máximo que haya heridos(…). Si lo que se quiere, sin embargo, es la
derrota física y moral del enemigo –aquí ya se le considera así- tendremos que
ir al siguiente modelo de actuación policial”:
“Ya hemos explicado al principio, que este modelo
se basa en la aniquilación del rival. Aunque no lo parezca, incluso los
gobernantes con menos escrúpulos han necesitado una excusa para iniciar una
guerra y si la intención es llevarla hasta el exterminio del contrario, la
excusa debe ser poderosa.
En términos militares o políticos, a veces se han
permitido ciertos excesos en el futuro enemigo, incluso provocándoles, para así
justificar una intervención de ‘respuesta’ que sea comprensible para la
población civil propia, que deberá apoyar la intervención militar. Muchas de
estas acciones previas podrían haber sido evitadas, pero precisamente por eso
se han permitido para tener así la excusa. En estas situaciones, cuanto más
inocentes sean las víctimas propias iniciales, mayor será la excusa para
atacar. No hace falta ir muy lejos para encontrar los ejemplos necesarios:
Guerra hispano-americana en Cuba, guerra de los Balcanes, Pearl Harbour,
USA-México por Texas, la mayoría de las guerras árabe.israelíes o la invasión
de Polonia por los nazis.(…)
Si volvemos al mundo de la táctica policial –o también
estrategia política-, por desgracia nos encontramos ejemplos de la aplicación
de esta doctrina, algunos de ellos recientes. En este caso no hay estudio del
terreno, no importa, que lo escoja el enemigo. Tampoco hay acciones previas…
cuanto más fuertes se vean, más valientes se sentirán y más enfrentamientos
habrá, que es lo que se busca. Si no hay enfrentamientos no hay heridos ni
detenidos.
En esta situación la policía concentra muchas fuerzas
en pocos lugares y fuera de la vista de quienes posteriormente serán atacados.
Incluso si la concentración, que es lo que estamos
hablando no se prevé bastante violenta, se puede provocar un poco, con
detenciones poco justificadas y nada pacíficas unos días antes para calentar el
ambiente. También se pueden hacer “redadas” preventivas… con la excusa de
buscar drogas o lo que sea necesario. La “redada” estará especialmente mal
hecha y con trato humillante para encender más los ánimos, si es necesario.
La consecuencia previsible de estos comportamientos previos
y el diseño del dispositivo policial, es que acabará en una ‘batalla campal’.
(…)Es entonces cuando se producen las cargas
policiales que en ningún momento quieren ser disuasorias, no se disimula.
Se va directamente contra los manifestantes, que ya
son considerados vándalos, y se les ataca con suficiente velocidad para que no
dé tiempo a la fuga y se provoque el enfrentamiento físico. En ese estadio, los
manifestantes atacan a la policía con todo lo que tienen y que les ha dejado
tener, realmente se están defendiendo, pero no lo parece. Han sido acorralados.
La violencia entre agentes y manifestantes de desata, se personaliza y se
descontrola. Es lo que se quiere. Comienzan a aparecer víctimas inocentes
–daños colaterales se dice ahora. Los que han rehuido el enfrentamiento, se
encuentran con el resto de las unidades policiales que les cierran el paso y
que no hacen ‘detenidos-prisioneros’, la dispersión no es voluntaria, es a
golpe de defensa (porra) y cualquier atisbo de resistencia es contestada con
contundencia exagerada y con detenciones masivas”.
Modelo Julio Cesar
“(…) Julio Cesar aplicó la máxima ‘divide y
vencerás’. (…)Esto se logró gracias al espionaje –hay que recordar que muchos
soldados del ejército romano eran de origen galo- investigando cuáles eran las
debilidades de cada grupo, sus necesidades o ambiciones.
(…) Esto permitió que muchas tribus aceptaran ser
aliados del imperio romano a cambio de ciertos “privilegios”.
(…) Si volvemos a la metáfora de Sherwood, parece que
la unificación o coalición formal de todos los grupos antisistema, es una
situación que hay que evitar… En este caso, no es debido al número total de
miembros de esos colectivos, sino a que, unidos su capacidad de presión social
y de influencia política afectaría realmente al ‘sistema’.
Así, parece práctico al igual que hizo César, utilizar
la falta de un liderazgo evidente, la diversidad de ideologías… y el análisis
de ciertas necesidades de algunos de estos grupos, sobre todo los menos
violentos que verían como un avance en sus aspiraciones grupales, ciertas
concesiones o privilegios…
En cuanto a los grupos irreductibles, quizá no haya
más remedio que el uso de la fuerza, al igual que hizo Julio César.
“Les iremos a buscar, ya se pueden esconder donde
quieran porque les buscaremos, sea en una cueva o en una alcantarilla que es
donde se esconden las ratas. Tampoco les servirá esconderse detrás de unas
siglas, o una asociación, o una capucha, o de una revista, o de una asamblea
que no representa a nadie o incluso detrás de una silla de la universidad. No
vale poner el objetivo social a cualquier actividad para justificar saltarse la
norma”.
David Piqué i Batallé
Notas:
i Uno de los conceptos “menores” que integran el Gran
Concepto de la llamada “guerra mundial antiterrorista” -que es en
realidad una “guerra mundial contra los pobres”-, es el de “permanencia”.
El “concepto global” y sus componentes se aplican
también a las llamadas “guerras locales” como veremos inmediatamente. Son
“guerras sociales” y no finalizan nunca.
A todos los niveles, las guerras son ejecutadas de
todas las maneras posibles y con todas las armas disponibles. “Todas las armas
de nuestro arsenal están a disposición del Presidente de los EEUU para defender
la Libertad”, vocean continuamente desde Washington”. “El Gobierno
empleará todos los medios necesarios para defender el estado de derecho”,
dicen desde Madrid. Es urgente para la izquierda, la codificación de los
conceptos estratégicos de estas guerras y de los instrumentos variables para
llevarlas a cabo. En el terreno de las “guerras interpuestas” y de las guerras
y golpes de estado de “estructura variable” es muy recomendable la lectura de
los artículos de Ángeles Diez Rodríguez: http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Angeles%20Diez&inicio=0
ii http://redroja.net/index.php/noticias-red-roja/noticias-externas/2293-fernandez-de-mesa-de-cachorro-fascista-a-director-de-la-guardia-civil-tras-sus-tropiezos-con-correa-o-el-prestige
iii La alta burguesía industrial, financiera y la que
está haciendo enormes negocios con la privatización de las empresas y servicios
públicos, y con la compra a bajo precio, recalificación, venta millonaria o
especulación de las tierras municipales, había sacado las mismas conclusiones
mucho antes. Sus asesores y estrategas económicos, sociales, ideológicos,
políticos y militares -a nivel global, regional o estatal-, sí conocen
perfectamente la teoría marxista y los procesos revolucionarios. Desde ese
conocimiento han evaluado el riesgo de una acentuación de la lucha de clases y
una desestabilización del sistema. Mientras vocean sobre el riesgo de una
guerra civil si se desestabiliza su “estado de derecho” y hablan cínicamente en
nombre del “bien común”, actúan como clase cohesionada y resuelven la
crisis acumulando riqueza hasta niveles escandalosos y empobreciendo con
extrema crueldad a las clases populares. Ésta guerra civil contra el pueblo
–como forma extrema de la lucha de clases-, comenzó con el gobierno Zapatero y
se ha desarrollado vertiginosamente durante el Gobierno de Rajoy.
iv La Doctrina de la Seguridad Nacional (en
versiones locales de la Doctrina de la Seguridad Continental de EEUU), y la
estrategia y la tecnología del terror integradas a ella, precedieron a los
grandes crímenes masivos de las dictaduras y las “guerras sucias” en
América Latina: Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Bolivia,
Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras. La “Operación Cóndor” fue
el plan operativo continental que integraba y coordinaba, hasta en los menores
detalles, la represión a nivel regional. El centro planificador estaba en
Washington.
vii http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/comisario-avisa-violentos-mossos-van-pagaran-caro/csrcsrpor/20120420csrcsrsoc_18/Tes
viii Piqué elige el fenómeno okupa/antisistema en el
barrio de Gracia de Barcelona, no solo porque puede analizarlo a través de
estudios y datos de organismos públicos, sino porque tiene unas características
particulares. Estas características le permiten definir al enemigo en un
contexto político amplio (el de los “antisistema”) y en un contexto represivo
global. Además la naturaleza plural de ese enemigo -“internacionalizado,
transversal en sus demandas básicas y plural en su ideología” le ayuda a
situarse en la posición de “defensor a ultranza de la Ley”, sea cuál sea
su grado de ilegitimidad (en realidad este aspecto de la cuestión le trae sin
cuidado a este policía globalizado), como justificación de las
actuaciones policiales más alevosas, brutales y violadoras de todos los
derechos humanos. Como veremos el Máster está hecho para demandar medidas
legales de excepción.
xi La interpretación del final de la guerra de EEUU con
el Japón, y de las guerras de Irak son muy significativas en relación con la
caracterización política de nuestro personaje.
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