A mi no me extraña en absoluto que los mismos medios de comunicación (que ya ni siquiera se llaman de información) que hoy pintan a Suarez como ni fue ni como ellos mismo lo vieron, sean los primeros en subirlo a los pedestales, desde luego donde no debería estar.
HEMEROTECA: Lo que decía de Suárez la prensa que hoy le encumbra
Los periódicos que, tras su muerte, hablan de Adolfo Suárez como el
artífice de la transición y un gran estadista criticaron sus cuatro
años y medio de gobierno y su dimisión
El País recriminó la "debilidad" del presidente dimisionario y tachó de "insulto al pueblo español" su marcha, que según el periódico no fue suficientemente explicada
ABC encontró "lógica" la decisión de Adolfo Suárez tras sus "errores palmarios" y una "política titubeante" que había generado "desencanto" social
El País recriminó la "debilidad" del presidente dimisionario y tachó de "insulto al pueblo español" su marcha, que según el periódico no fue suficientemente explicada
ABC encontró "lógica" la decisión de Adolfo Suárez tras sus "errores palmarios" y una "política titubeante" que había generado "desencanto" social
ELDIARIO,ES
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Hoy todo son buenas palabras. Un día después de la
muerte del expresidente Adolfo Suárez las páginas de opinión de los
periódicos se llenan de alabanzas a su gestión durante los cuatro años y medio que estuvo en La Moncloa y le califican como "el político de consensos"
que cambió el rumbo de la historia de España con gran destreza. Sin
embargo, esas mismas rotativas cargaron contra Suárez durante sus
mandatos e incluso el día en que tomó la poco habitual decisión de
presentar su dimisión ante la pérdida de confianza de su partido (UCD), del rey, las posibles presiones ejercidas desde el ejército y la caída de popularidad entre los votantes.
El editorial de El País el 30 de enero de 1981
recriminó a Suárez por su "debilidad" al dimitir antes de que se
celebrara el congreso de su partido. "Es sencillamente un insulto al
pueblo español irse como Suárez se ha ido, dando una espantada digna de
la famosa e histórica de El Gallo", expresaba el diario entonces dirigido por Juan Luis
Cebrián, que especulaba con las posibles causas de la marcha del
presidente: "Es una vergüenza que el primer partido del Parlamento no
sea capaz de explicar la dimisión de su propio presidente".
"¿Cuáles son las verdaderas razones de la dimisión?", se preguntaba El País,
que admitía que las presiones del ejército habían sido desmentidas,
aunque lamentaba la presencia de esos "fantasmas". También especulaba
sobre la posible falta de confianza del rey y de las presiones de los
sectores reaccionarios de UCD y la derecha española. En cuanto a la
posibilidad de su marcha para luego volver, el editorial era tajante:
"No puede volver quien de manera sorpresiva y sin explicaciones
razonables ha puesto al país al borde del vértigo. Así no se
gobierna una nación en democracia". Para el periódico el continuismo
de Suárez hasta las siguientes elecciones era necesario, pese a las
"torpezas" y "errores" cometidos por el Gobierno.
ABC fue
más benévolo respecto a la dimisión, pero cargó contra la política de
Adolfo Suárez. El día después del anuncio de su renuncia, el periódico que entonces dirigía Guillermo Luca de Tena reconoció
las labores desempeñadas en un primer momento, pero destacó la
"política titubeante" y los "errores palmarios" que llevaron al
presidente a esa situación. Para ABC, que calificó de "noble" el gesto
de su dimisión, Suárez había perdido "su estrella".
La Vanguardia calificó la "hoja de servicios" de Adolfo
Suárez como "positiva", aunque también señaló que había tenido
"errores". El rotativo catalán también enfatizó la pérdida del "control
de la máquina de su partido", pero celebró la dimisión al tratarse de un
gesto "positivo" que obligaba a poner en juego los mecanismo s de
las instituciones democráticas. "Sea cual sea la orientación que tome
el partido gubernamental, lo cierto es que la situación económica,
social y política del país es demasiado delicada para según qué tipo de
especulaciones. (...) La responsabilidad del curso a seguir ya no es del
señor Suárez. Es, en primer término, de cuantos habían instigado y
propiciado su caída. Ahora les toca a ellos demostrar que pueden ofrecer
soluciones de gobierno que no tuviera el presidente dimitido", concluía
el editorial del periódico dirigido por Horacio Sáenz Guerrero.
"En UCD se ha repetido el mito del artilugio mecánico que destruye finalmente a su constructor". Así resumía el editorial de El Periódico
la caída de Suárez. Aunque también reconocía los "servicios" prestados
al estado, le recriminaba que su gusto por el poder le había llevado a
mantenerse en el Gobierno tras la aprobación de la Constitución. "Suárez
lo era todo el UCD, pues con la misma facilidad que había otorgado
parcelas de poder podía quitarlas. El supuesto carisma de Suárez no era
tal. Lo que sí tenía era prebendas para repartir", señalaba el diario
catalán, que repasaba los problemas que atravesaba España en ese
momento, como la crisis económica o la inseguridad.
"Adolfo Suárez, cuya procedencia política siempre ha estado clara, se
iba aprendiendo la lección democrática al tiempo que gobernaba, y de ahí
las segundas y terceras lecturas, casi siempre restictivas, de la
Constitución", expresaba el diario de Antonio Franco .
Finalmente, el editorial agradecía la "sinceridad" de Suárez al
dimitir: "Es el último servicio prestado a un país al que le interesa
más el sistema, la democracia, la salida de la crisis económica y la
estabilidad que las personas".
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