De lo que tenemos que saber y es posible saber, sabemos poco. Y de lo que no deberíamos saber: del “arte” de la mentira; del uso de la traición al amigo; de la habitualidad de la hipocresía…, etc., sabemos más de lo que seria de menester.
Deberíamos saber algo más de lo que significa el "rescate" de un banco, que lejos de ser asunto asociado a un cuento de príncipes azulones que rescatan a sus frágiles princesitas de las garras del sapo verde, más malo que malo, y garantizar el dinero que el ciudadano ha depositado en él, significa que los respectivos gobiernos como capataces de los bancos, nos sacan un dinero extra de nuestros bolsillos para metérselo en los bolsillos particulares de los amos y señores banqueros, que han decidido entre comida y comida, que por que sí, han de ser mas ricos hoy que ayer pero menos que mañana, y darnos el pego de que nuestro dinero está seguro, pero que sin embargo, para ello, tenemos que trabajar más y ganar menos, porque claro, compréndanlo, el banquero tiene que seguir enriqueciéndose, porque en caso contrario viene el coco del mercado, que sigue siendo el mismo honrado banquero de siempre que nos viene chupando la sangre desde antiguo, y se lo lleva todo.
Deberíamos saber que los grandes medios de comunicación: prensa, radio, televisión cumplen su función de comunicar al pie de la letra, pero que comunicar no es necesariamente informar verazmente ni formar al ciudadano para que por sí mismo pueda hacerse una idea propia de la situación, a partir de la información recibida.
La comunicación se acerca más a ocultar algunas verdades y hacer creer que otras no verdades son verdad, de tal manera que el ciudadano acabe por creer no lo que a él le interesa objetivamente, sino lo que le interesa al propietario del medio de comunicación que le facilita la "comunicación".
Por ejemplo: llueve y el que se moja es usted que está en cueros vivos en mitad del diluvio que está cayendo. La gracia, el salero, el rumbo y tronío de la comunicación consiste en que con el debido y adecuado tratamiento "comunicativo" acerca de la lluvia, resulta que el que se moja soy yo que estoy bien calentito en mi cama oyendo como llueve después de haber pasado una noche chiquiliguay con parienta ajena. Pero no se haga ilusiones, el de la cama soy yo que soy el que le facilito la comunicación, y el que se moja es usted, porque es que sigue lloviendo.
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