LA JUNTA ELECTORAL DE MADRID DICE NO (¿Y QUIEN HA DICHO ESO…?)

(Tanto da el uno como el otro, verbo quitar)

La Junta Electoral de Madrid, que es institución para la duermevela del derecho del súbdito al voto, porque no hay que echar en saco roto que España es un reino lleno de fieles súbditos, ha dicho que los jóvenes que le han empezado a buscar las cosquillas al sistema desde el pasado día 15 de Mayo, son más malos que malos, torcedores de votos y perturbadores de la paz del votante-súbdito y ateniéndose a esos hechos probados y en virtud del artículo treinta y tres, barra, punto y treinta y tres otra vez, que ni se les ocurra concentrarse en la Puerta del Sol de Madrid, que es que además molestan y le ponen la cabeza como un bombo a la señora Aguirre, esperanza del PP en Madrid (lo que son las cosas, en cambio la esperanza del Real Zaragoza es Aguirre).
Ay, qué risa que da. Que cosas tiene la Junta Electoral de Madrid, y por ello, los jóvenes dicen que monta aqui que verás Madrid, que ellos han dicho que se concentran y se concentran, y si le duele la cabeza a doña Esperanza Aguirre que se tome un buchito de agua que es cosa sana.
Al que sin duda habrá de ser enchiquerado es Zapatero (lo siento mucho, presidente, la ley es la ley) por calabacete y por su pertinaz enconñamiento e ilegaloso comportamiento al pretender cambiar la voluntad del súbdito votante, limpio, puro y transparente de espíritu, cuando es un hecho incontestable que todas las encuestas dicen que de votarle verdes las han segado, en virtud también del mismo articulo treinta y tres, barra, punto y treinta y tres otra vez.
Lo justo, necesario y ajustado, no al derecho, sino a la ciencia, sería proponer a la Plataforma DEMOCRACIAREALYA al premio Nóbel de química por haber obtenido mediante síntesis pirulina a partir de dos elementos extraños y contrapuestos históricamente la unidad miérdica, según la tesis voceada a los cuatro vientos en las
manifestaciones a lo ancho, alto y grueso del Estado español de: “PSOE, PP, LA MISMA MIERDA ES”, lo que evidentemente, no representa torcedura de voluntad vótica alguna, como ha pretendido endosarles la Junta Electoral de Madrid, sino constatación cientifica de un hecho para mayor gloria de la ciencia política, y eso hay que premiarlo y no castigarlo, por ejemplo, NO VOTANDO NI AL PSOE NI AL PP.

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