viernes, 19 de febrero de 2010

MATERIALES DE REFLEXION

Publicado por el Ateneo Confederal Rojo y Negro de la Confederación General de Trabajadores (CGT), acaba de ver la luz un documento que titula “Más allá del sueño de los Borgia”, de los autores Raquel Casiron; Emilio Alba y María José Moya.
Este documento, fragmentado en diez partes irán apareciendo en este Blog en días sucesivos a partir de hoy.
Sin duda es un documento que debería inducirnos a la reflexión, y que viene a demostrar que los déspotas que nos dirigen no solo nos explotan y se quedan con el producto de nuestro trabajo, sino que además nos envenenan poco a poco. Muy completitos que nos han salido estos déspotas.
10/10


• En cuanto a electrodomésticos, muebles y construcción de edificios, de algunos de sus materiales ya se ha confirmado su toxicidad… (lo que no ha impedido no obstante que el interés por los beneficios económicos inmediatos haya seguido primando sobre cualquier intento de sustitución real por otros de carácter ecológico).
• Mención aparte merecen los sitios públicos como colegios, oficinas o piscinas (por cierto, cuyas aguas contienen gran variedad de productos aparte de cloro), en donde se multiplican los elementos acabados de reseñar a través de fumigaciones preventivas continuas (cuyo efecto se potencia en edificios cerrados o defectuosos), comedores basados en alimentos con “buena presencia” y alta caducidad, instalación masiva de ambientadores, limpieza rutinaria con productos agresivos tales como desinfectantes y lejía, etc.
En definitiva, estamos utilizando miles de químicos, dentro de una dinámica de locura colectiva de “síndrome de hospital” frenético y compulsivo, con el objetivo puesto en la conveniencia de una supuesta esterilización a través de tales productos que, como es lógico promueve la industria química a través de agresivas campañas publicitarias al respecto. ¡Como si es que en vez de estar realizando una simple labor rutinaria de limpieza y mantenimiento de un entorno normal en el que es lógico que haya bacterias, estuviéramos intentando desterrar de nuestro entorno la peste bubónica!.
Inexplicablemente, las mismas personas en lucha por hacer de sus casas pseudo-hospitales son las que luego suelen omitir directrices básicas verdaderamente importantes para evitar o minimizar enfermedades, y que de lógicas resulta incomprensible que no se incorporen, aún por intuición.
Por ejemplo, a nivel personal, lavarse las manos cada vez que sea necesario (como antes de manipular la comida o después de ir al baño), comer sano y sin añadidos químicos, y vivir en sitios despejados de tóxicos. Y a nivel social, estornudar tapándose la boca y girando a un lado ; y mantener las calles limpias no escupiendo en el suelo, no orinando en la vía pública, haciendo uso de las papeleras, etcétera. Y poco más...
La cuestión es que el exceso de químicos en el que vivimos, y su constatación tóxica, es una realidad cada vez más evidente para todos, pero sobretodo para los que por ello hemos enfermado o hemos visto agravar nuestras patologías.
En este sentido, cada vez es mayor el número de afectados por alteraciones inmunológicas, formas específicas de cáncer, alergias, asmas, Sensibilidad Química Múltiple, fetos con problemas, y en general patologías varias derivadas de la pérdida de contacto del Ser Humano con la Naturaleza y su inmersión brutal en este cóctel de químicos sintéticos abrumador en que vive -al igual que el Planeta-, para mayor loa de los bolsillos de unos cuantos.
Pero ese mismo Ser Humano sigue sin darse por aludido... Prefiere pensar que “son exageraciones de un puñado de neuróticos” y que si todos esos químicos están en el mercado es porque se habrán probado y son inocuos... que pensar, y dudar.
A ellos decirles (si no escogen la estrategia del avestruz de meter la cabeza bajo tierra
como si no pasara nada), que se informen de por qué fue necesario crear por parte del Parlamento Europeo tanto la Directiva REACH, en 2006 (nacimiento que intentó frustrar el lobby industrial durante largos años); como la resolución europea de 2008 con la expresa preocupación parlamentaria por los problemas cada vez más evidentes entre salud y químicos sintéticos tóxicos.
Pero claro, es más fácil tranquilizar nuestras conciencias mirando a otro lado y hacer “como si no pasara nada” -ni para uno mismo, ni para los suyos-, que despertar de este Matrix en que vivimos, para actuar en consecuencia.
En este contexto, la Sensibilidad Química Múltiple (enfermedad ambiental emergente
crónica, invalidante, multisistémica, y que obliga al enfermo al aislamiento en los casos más severos para no agravar la patología), aún siendo la patología más directamente relacionada en cuanto a causa-efecto con los químicos sintéticos tóxicos dado que cualquier colonia, ambientador, etc. que sus afectados huelan les crea múltiple sintomatología ; sin embargo, a día de hoy, la SQM sigue sin ser reconocida oficialmente por la Organización Mundial de la Salud a través de su Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) -. Con ello, la OMS ofrece el marco “adecuado” para que sus afectados sean ignorados a todos los niveles (médica, jurídica y socialmente). Y es que no debe ser cómodo (ni útil económicamente) admitir desde arriba que algo se debe estar haciendo mal cuando el ecosistema del Planeta entero se está viendo alterado en su totalidad, y el número de enfermos con patologías directa o indirectamente relacionadas por los químicos sintéticos que, o promueves (caso de la industria), o toleras (de ser político u organismo oficial), está creciendo tan espectacularmente. ¿Pero cuándo rechazar un problema lo ha hecho desaparecer o ha evitado que sus afectados dejen de luchar por lo que es justo? (en este caso, el reconocimiento oficial de los que ya hemos enfermado, y la creación de políticas de prevención -eficaces- para el resto).
Entonces, ¿qué sentido tiene seguir negando nuestra existencia, sino es el de mantener el status de los grandes intereses en los que el ciudadano vive inmerso, y por los que su único valor real de cara a la industria y las administraciones es el de convertirlo en mero comprador compulsivo?.
Lamentablemente, dentro de esta vorágine de influencias la salud es el precio que estamos pagando por vivir en un mundo cegado por los intereses económicos de una Sociedad del Bienestar de valores engañosos. Y esa evidencia, cada vez es más abrumadora por mucho que quiera obviarse.

“MI ESTRELLA DE MAR”
(adaptación artículo 2007 del mismo título) http://mi-estrella-de mar.blogspot.com/2007/03/ tal-y-como-est-el-mundo-de-contaminado.html
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