jueves, 19 de junio de 2008

CRECIMIENTO ECONÓMICO

Frente al paradigma dogmático del capitalismo: inversión de capitales y economía de libre mercado, representado socialmente por la derecha política, cuyo máximo e indiscutible nivel de medida es el crecimiento económico (definición sencilla): aumento de la cantidad de bienes materiales e inmateriales producidos, servicios y nivel de rentas (definición de la renta), hay otros que criticando ese paradigma capitalista, proponen diferentes procedimientos como motor del bienestar social, como por ejemplo, Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia o Daniel Ortega en Nicaragua.
Un hombre nada sospechoso de cuestionar ni los presupuestos ideológicos del dogmatismo capitalista y mucho menos los económicos, como Roberto Lagos, ex presidente de Chile y Presidente del Club de Madrid, viene a decirnos lo evidente: que el crecimiento económico, unidad de medida oficial del “progreso” de los pueblos, por sí sólo no resuelve nada.
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Ya sabíamos que el crecimiento económico por sí sólo no resuelve nada, pero sin embargo es la vara de medir que tienen, tanto economistas como políticos afectos al “régimen” y las diferentes instituciones oficiales para “informarnos” del estado de la economía.
Y parece no llamar la atención de los políticos del mando, que en un mismo espacio geográfico, como puede ser Aragón, las condiciones de vida de toda la población, lejos de mejorar empeoren.
En Aragón, una de las regiones más despobladas del Estado español, se dan índices de crecimiento elevados y continuos, gracias, fundamentalmente, a la Multinacional del automóvil, General Motors, sin embargo, en Zaragoza, capital política de la Comunidad Autónoma Aragonesa, existen más de cincuenta mil jóvenes que ni con el empleo precario que tienen, ganan lo suficiente para llegar a final de mes. También en Zaragoza viven solas unas cien mil personas mayores, después de haber pasado toda su vida produciendo bienes y contribuyendo a la creación de una riqueza que no pueden disfrutar.
Zaragoza dista de Teruel ciento ochenta y un kilómetros, y recorrer esa distancia en ferrocarril puede costar ocho horas, cuando en automóvil puede ser recorrida en menos de tres. Zaragoza – Madrid, algo más de trescientos kilómetros, en automóvil se puede hacer en unas tres horas y dos en ferrocarril. Parece, pues, que con el cuento del crecimiento económico tampoco se resuelven ni las comunicaciones ni el equilibrio territorial.
Sin duda la multinacional del automóvil General Motors, instalada en Figüeruelas, Zaragoza, ha contribuido al crecimiento económico de Aragón, contribuyendo igualmente al incremento de la renta percápita (ingreso por cabeza) de los aragoneses, de modo que, como ese concepto de la renta percápita representa el total del ingreso en todo Aragón dividido con una operación aritmética, sobre el papel, para toda la población aragonesa, resulta que, la General Motor sobre el papel ha hecho más “ricos” a todos los aragoneses.
Teniendo como consecuencia esa “riqueza” aragonesa sobre el papel, gracias a la multinacional del automóvil General Motors, que al hacernos más “ricos”, siendo más pobres relativamente, nos ha sacado del nivel de ingresos requerido por la Unión Europea para que Teruel recibiera determinadas ayudas que, lógicamente no ha recibido.
Manuel Pizarro, ex Presidente de ENDESA, de la provincia de Teruel, por dejar de ser Presidente le han soltado 13 millones de euros, que también se divide sobre el papel como ingreso para los aragoneses, siendo la realidad (sin división sobre el papel ni gaitas) que uno de esos cincuenta mil jóvenes zaragozanos ya mencionados, gana entre seiscientos y ochocientos euros al mes.
Se puede afirmar, pues, que ese concepto del crecimiento económico que se utiliza para la medida del bienestar de las personas, no tiene el carácter de neutralidad y objetividad que se le atribuye, sino que es un claro instrumento político al servicio de los interese de las clases dominante, con el cual, don Marcelino Iglesias, Presidente del gobierno de Aragón, se muestra tan partidario.
No tiene nada de extraño que aquellos que se opongan al modelo de desarrollo capitalista, como Hugo Chávez, Evo Morales o Daniel Ortega, sean echados a los pies de los caballos por los denominados grandes medios de comunicación, ligados, claro es, a los grandes grupos capitalistas.
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[1] No basta con poner el plato, Andrés Ortega, El País, hoja 10, 12/11/07.

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