jueves, 27 de marzo de 2008

VAYA, VAYA CON EL REY (AQUÍ HAY TOMATE)

(1)
Mi pueblo es Patria, o sea, que es de España. He dicho. Y en mi pueblo el más tonto hace relojes de madera. Verbigracia: en España el más tonto hace relojes de madera, de donde no es difícil deducir que, si es mucho más complejo y dicifil hacer de un cacho de palo un reloj que un negocio, puede afirmarse que también el más tonto de mi pueblo es capaz de hacer un negocio de esos de meter la mano y llevarse, y por extensión, cualquier tonto de España.
Sin embargo, cuando el negocio es de zaragata, o sea, de dar un zaragatazo y empaquetarse de un millón de euros hacia arriba, la cosa ya pinta de otro color. Se hace necesario un selecto ramillete de delincuentes que asesoren en apuntes contables-silenciosos-madeja-sociedades-y-de-opinión-publica-oculta, al tonto que da el zaragatazo, porque delinquir no pagando impuestos a la Hacienda Pública, que más parece privada o corrala de Paquita la Mondoñera que pública, tiene su cosa. Exige sus asesoramientos, comidas, bebidas, dormideras y toda la pesca, etc.
Ahora bien, el tonto sigue siendo tonto, dado que es tonto porque así lo quiso Dios por siempre jamás, y no puede Dios estar todos los días deshaciendo lo que con tanto amor hizo.
Y así, por este camino del zaragatazo llegamos a toparnos no con la Iglesia, sino con la Casa Real, con la Monarquía española, con Don Juan Carlos I, Rey que reina sobre sus súbditos españoles, que somos todos mas majos que las pesetas.
Nos topamos, pues, con que “Comercializadora Penimsular de Viviendas” (CPV), implicada en una estafa que afectó a 1,200 personas fue declarada en quiebra el 5 de Diciembre de 2002(*), cuya Comercializadora Penimsular de Viviendas pago al Rey de España y varios familiares de su dinastía una comisión de 1,5 millones de euros. No parece ilógico, pues, que Comercializadora Penimsular de Viviendas haya quebrado y estafado a 1.200 personas pagando semejantes comisiones. Es que dos pellizcos como ese que le de Su Majestad al Moncayo nos quedamos sin monte, y no es eso tampoco.

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(*) 20 Minutos, 26/03/08, Hoja 8.

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