España:
el gobierno más militarista desde la ‘Transición’
kaosenlared
4 de diciembre de 2025
Más de 93.000 millones de
euros para el militarismo han pasado a lo largo de este año por las sesiones
del Consejo de Ministros sin que nadie levantara un dedo
Acabamos noviembre con una
cifra inaudita del gasto militar que ha pasado por la mesa del Consejo de
Ministros para su autorización, aprobación o compromiso de gasto asumido.
Nada menos que 93.580,6
millones de euros que, como quien dice, pueden pasar tan desapercibidos como un
elefante en mitad de una habitación, lo que quiere decir que, salvo prueba en
contrario, los ministros del gobierno no tienen excusa ni pretexto en su
colaboracionismo miserable con el militarismo que se está construyendo a pasos
agigantados en toda Europa.
Entre los meses de mayor ardor aprobatorio por parte del militante Consejo de Ministros militarista, pues otro nombre mejor no se nos ocurre, figuran junio y julio (con el gran protagonismo de Hacienda y de la autorización de nuevos programas de armas en estos) y octubre y noviembre, donde tomó el relevo defensa e industria con la financiación de gran parte de lo autorizado antes.
Pero para salvar equívocos
no es un cuadro del gasto a ejecutar en 2025, ni tampoco un cuadro «limpio» del
gasto militar a futuro, sino que contiene una mezcla de techo plurianual, más
refinanciaciones y reprogramaciones de gasto anteriormente asumido, más gasto
duplicado (es decir, aprobado en una primera fase por hacienda, pongo por caso,
y luego dispuesto por Defensa o por Industria o por otro cualquiera de los
ministerios colaboracionistas).
Conviene hacerle un
seguimiento (y ojalá alguien más se anime a hacerlo porque estoy un poco
cansado del tema) por dos razones básicamente: una, porque las otras fuentes
«oficiales» del gasto ejecutado no cuadran entre sí y se «despista» por el
camino gasto militar. Y dos, porque demuestra la militancia galopante del
militarismo gubernamental, ya sea de este gobierno ya en fase de pato cojo o
del que venga después, que seguirá probablemente la misma senda, si es que no
la empeora.
Como alguna gente me pide
que explique el gasto de 2025 y el que mandan, de una patada a seguir, hacia el
futuro y hacia los compromisos que nos atan al militarismo y que hipotecan
nuestras vidas y las de las generaciones futuras, voy a intentar, repasando los
datos de la IGAE, de la AIREF, de Hacienda y del seguimiento de las ejecuciones
de contratos púbicos, del BOE, de los acuerdos del propio Consejo de Ministros
y de otras fuentes oficiales y oficiosas una especie de reflejo de lo que se
han atizado en los once meses que llevamos de 2025 y de lo que han mandado al
futuro, cuando estos pájaros no estén y manden los mismos perros pero con
distintos collares.
Ello ha exigido una depuración del cuadro «en bruto» que he venido ofreciendo
semana a semana.
Lo que se atizan en 2025
Empecemos por el gasto que,
según mis cálculos, irá a parar a las cuentas de 2025.
Aunque lo aprobado es equívoco y aparecen descuadres entre unas cuentas
oficiales y otras, puedo decir que en 2025 estamos hablando de un gasto
aprobado y comprometido de más de 40.000 millones de euros.
Es un gasto que ya se
encuentra por encima del 2% PIB prometido para congraciarse con el torpedo
americano (aunque es un símil bélico. no me refiero a un artefacto sino a ese
señor de carácter voluble y facha patética que sale de vez en cuando en la tele
amenazando urbi et orbi a quienes no le dejan hacer América grande otra vez).
Que nuestros chapuceros
gestores militares tengan o no la capacidad de ejecutar este pastuzal en un año
es harina de otro costal. Yo me la jugaría a que no, a tenor del grado de
ejecución real del presupuesto que llevan hasta la fecha.
Hechas las oportunas depuraciones, resulta que el cuadro general de gasto ya en ejecución, valiéndonos de los cuadros de IGAE y las previsiones de la AIREF. para 2025, sería como sigue:
Aquí estamos contemplando
básicamente lo que se defensa ha autorizado o ejecutado en 2025 por una parte
en su propio presupuesto (incluyendo por ello todos sus programas), con lo que
se ha aprobado por el Consejo de ministros como gasto militar extraordinario,
pero no estamos incluyendo las partidas que se han reconocido desde otros
ministerios o que ya formaban parte del presupuesto de estos otros ministerios
opacos.
La gran diferencia global
con los 93,583,95 millones que han pasado por el consejo de ministros se debe
principalmente a que, en los meses de junio, julio, octubre y noviembre, se
concentran los grandes paquetes plurianuales (nuevos programas, artillería,
helicópteros, etc.) que no van destinados a su ejecución en 2025 y a que hemos
eliminado algunas duplicidades Hacienda/Industria/Defensa.
Al gasto depurado debemos sumar ahora otras partidas autorizadas por el Consejo de ministros y que no han ido a parar al gasto de 2025 de defensa o de Industria, por importe de 3.227 millones de euros más, con el siguiente desglose:
Nos encontramos ya en un escenario de 30.179 millones de euros en números redondos que estimamos como gasto autorizado en Defensa.
No es exagerado pensar que
liquidaremos 2025 alrededor de los 55.000 millones de euros, si no más, antes
de contabilizar las imputaciones de deuda pública que nuestro gasto militar
arrastra.
Para ello tenemos que
considerar que Sánchez el gobierno durante 2025 tiene previsto llegar al 2,1%
PIB en gasto directo del ministerio de Defensa y programas de armamento, de los
que hasta el momento no se ha contabilizado el toral, y que al gasto ordinario
de defensa para el mes de diciembre hay que sumar el que igualmente se
producirá en las clases pasivas militares por el mes de diciembre, el de la
guardia civil y el resto (dos de las partidas que incorporan una alta cantidad
todavía por gastar en pago de salarios y/o prestaciones) y aproximadamente un
10% del gasto presupuestado y no ejecutado en los ministerios y capítulos donde
se disfraza el gasto militar español.
Ejecución del Plan Rearme
Los principales programas del Plan Rearme que anunció Sánchez al principio del año se han aprobado ya de forma casi integral e, incluso, se ha superado la cifra inicialmente prometida:
El estado de eje cución de estos programas no alcanza ni siquiera el 50% del total, poniendo en duda las capacidades de gestión del ministerio de defensa español.¿Dónde va a parar el resto
del gasto que ha pasado por el Consejo de Ministros?
Ya tenemos localizados casi
11.000 millones de euros del gasto que ha pasado para su autorización por las
sesiones del Consejo de ministros: se han autorizado (o se van a autorizar) en
2025 el plan Rearme, tal como anunció Sánchez.
También hemos localizado
más de 3.100 millones de euros que han ido a otros presupuestos,
fundamentalmente al fondo de contingencia y a ciberseguridad pagada por
Transformación digital, que se computarán fuera del presupuesto de Defensa o de
industria.
Nos queda perseguir el
volumen bruto de unos 65.000 millones «de más» que han pasado por las sesiones
del consejo de ministros. ¿qué sabemos de ellos?
Hay una suma duplicada, que ha pasado por diversas fases de aprobación 7
autorización final, referida a los programas
1.
Del Satélite Paz
2. De
Munición 5,56 mm
3. De
Munición 9 x 19 mm:
4. De la
Enmienda F 18 / asientos eyectables
Estas cantidades restan a
los 65.141, 66 millones de euros la cantidad de 2.196 milllones de euros más.
A ellas hay que sumar partidas que han sido aprobadas por Hacienda, pasando luego a materializarse ya sea para créditos de Industria o compromisos de gasto de Defensa, por un importe de 17.437 millones de euros.
La patada hacia adelante
que el gobierno más militarista desde la transición ha dado al gasto militar
mediante compromisos de pago de carácter plurianual asumidos durante 2025 y que
se pagarán en otros ejercicios es de 45.508,66 millones de euros, algo similar
al rescate de la banca del 2008 una vez descontadas las recuperaciones y ventas
de dicho rescate.
Una señal de esta brutal
hipoteca que el gobierno nos ha endosado se encuentra en las cantidades
comprometidas y retenidas para pagos plurianuales del ministerio de Defensa que
vienen contemplados en el avance de la liquidación de gasto emitida por la IGAE
y referida a octubre de 2025, con un importe retenido de 59.833,55 millones de
euros, un gasto autorizado (es decir, ya listo para pagar) de 33.310.19 y un
gasto comprometido (aun no listo para pagar) de otros 33.183.66 millones de
euros.
El brutal rearme
Acudo ahora a otra fuente,
el desglose interno que maneja el Plan Industrial y Tecnológico para la
Seguridad y la Defensa (prevé un gasto para 2025 de 10.471 millones de euros).
Según este documento las previsiones de reame a futuro incorporarán un aumento sobre el presupuesto ordinario de defensa de cerca de 36.000 millones de euros para adquirir armas nuevas y consolidar el rearme español. Se trata de un gasto de carácter plurianual, una hipoteca para el futuro.
Según este documento las
previsiones de reame a futuro incorporarán un aumento sobre el presupuesto
ordinario de defensa de cerca de 36.000 millones de euros para adquirir armas
nuevas y consolidar el rearme español. Se trata de un gasto de carácter plurianual,
una hipoteca para el futuro.
Para reunir este dineral no
sólo se acude a pagos por parte de defensa con cargo a los presupuestos anuales
de defensa y a medida que las armas se van entregando, sino que, además,
Industria adelanta mediante créditos a interés cero las cantidades de
«prefinanciación» que las principales industrias involucradas (EADS y Navantia
e INDRA principalmente) acapararán en este ciclo de rearme.
Se deben hacer dos
advertencias sobre la cantidad prevista:
- La primera, que desde
las previsiones iniciales hasta el gasto final de los sistemas de armas.
Según el informe del
Tribunal de Cuentas que analiza diversos programas de armas, existe un desvío
medio de entre el 35-40 % de sobrecostes en los programas de armas
españoles, con programas de autos sobrecostes ((Eurofighter y Leopard con
incrementos muy abultados de más del 45%), otros con un sobrecoste medio de más
del 35% (NH-90 o Helicóptero Tigre) y unos terceros con sobrecostes más bajos,
como las fragatas F100 y los BAM con menos del 10%).
Caso paradigmático es el
submarino «made in Spain» que ya alcanza un sobrecoste de más del 85%, sin
contar con las necesarias adaptaciones del muelle de Cartagena para poder
fabricarlo (una vez se vio necesario ampliar su eslora para que no se hundiera
de forma irreversible), con los sistemas de torpedos que no se han
contabilizado y con que el plan preveía tres y de momento se ha entregado solo
el primero.
- La segunda, que el
hecho de que se les entreguen cantidades de crédito a interés cero (que se
supone que devolverán cuando se entregan las armas años después) no
implica un ahorro, sino, al contrario, una pérdida económica por partida
doble:
A) en primer lugar, porque
si el tiempo de devolución de estos créditos es, por ejemplo, de 10 años, el
coste implícito para el Estado (diferencia entre el coste del dinero con el que
el Estado adquiere deuda y el coste cero de los costes de prefinanciación
(Coste0), será el coste al que el Estado compra deuda por el mismo importe que
concede los créditos a interés cero todo ello prolongado por el número de años
en que las operaciones permanecen.
Supone un coste de
oportunidad para el Estado que podemos calcular con la fórmula CO =P x i x
(T+1)/2, donde CO= a coste de oportunidad, P = préstamo concedido, i= tipo de
interés medio de la deuda pública y T= tiempo de devolución.
Para poner un ejemplo práctico, 10.000 millones de euros en préstamos a interés
cero para entregar armas dentro de diez años, a un tipo medio del 3% (tipo de
deuda pública asumida por el estado) supone un coste que paga el estado (o una
subvención encubierta a la industria militar si se quiere) de 150 millones al
año o, si se quiere, de 1.500 millones de euros al final del ciclo.
B) Pero, en segundo lugar,
es que los créditos a interés cero que industria ofrece a la industria no
regresan pura y llanamente a industria, lo que supondría una cierta
recuperación pasado el ciclo de rearme, sino que, según son devueltos,
industria vuelve a emitir créditos a interés cero, con lo que vuelven al circuito
de la deuda y a las manos de la industria militar, con lo que en realidad no
son devueltos en los términos normales nunca.
Podríamos hasta encontrar
una tercera implicación: en este caso relacionada con el verdadero coste de
oportunidad del gasto militar, porque el dinero empleado por el estado para
estos créditos militares deja de pedirse para la construcción de bienes útiles.
En este caso, el problema
no es la deuda, sino el destino perverso de ésta.
- Deuda militar
El peso de defensa sobre el
total del gasto no financiero del estado supone algo más del 5% de éste.
Una modalidad simple y
prudente de cálculo del peso del gasto militar en la deuda sería aplicar el
porcentaje de 5% sobre el 1,7 billón de euros de deuda pública acumulada, lo
que supone que al menos 87,417 millones de euros de la deuda pública que
arrastra España se deben al gasto militar español.
Por otra parte, en una
estimación ajustada, si estimamos que el gasto militar español supera el 4% PIB
y que el gasto público español alcanza aproximadamente el 44% del PIB,
podríamos considerar que el gasto militar supone un 11,3% de la deuda pública
contraída por España implica 197.563,18 millones de euros.
La cantidad puede ser
superior si además aplicamos el impacto de los programas de armamentos.
Vamos a quedarnos con el
11,4 % para aplicarlo sobre la cantidad que según la IGAE España pagará de
deuda en 2026 de no aprobarse nuevos presupuestos.
Además, hay que tener en cuenta los compromisos plurianuales de defensa, los más altos de todos los compromisos plurianuales que mantiene el estado, según el siguiente cuadro de la IGAE referido a octubre de 2025.
En este caso estaríamos hablando de unas cantidades estimadas de deuda a abonar imputable a defensa que proponemos según los siguientes cuadros:
- ¿Qué nos espera
para 2026?
Vamos a hacer unas
previsiones. Adelantamos que, dado que el gobierno ha perdido la votación en el
parlamento sobre el techo de gasto y que no habrá presupuestos nuevos,
tendremos que valernos de previsiones y suposiciones para calcular el gasto
militar de 2026.
En breve presentaremos,
como otros años, el informe que anualmente realizamos el Grup Antimilitarista
Tortuga y un servidor en el que intentaremos afinar más.
No obstante, podemos adelantar tres escenarios futuros, según cual sea nuestro nivel de optimismo/pesimismo:
Hay quien nos dice que
exageramos y que el gasto aprobado no alcanzará el 2% PIB, menos aún el
ejecutado.
No lo parece, a la luz de
estos datos y tampoco parece que sea la expectativa de la OTAN, que ya reconoce
el alineamiento de España con el rearme comprometido por occidente en su loca
carrera de dominación violencia y fomento del militarismo.
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