Alemania:
las elecciones y los gobiernos pasan, pero la crisis y los recortes quedan
KAOSENLARED / Por Lucha
Internacionalista / 25 de febrero de 2025
Muchos artículos se han
escrito y mucho se ha dicho sobre las elecciones adelantadas en Alemania.
Estamos hablando de la cuarta economía mundial y el motor de la Unión Europea
(UE) y sin duda, aunque no tenga la importancia de las elecciones en EE. UU.,
lo que pasa en Berlín tiene una gran repercusión en la arena internacional y
sobre todo para Europa. Finalmente llegaron las elecciones a canciller y lo que
nos toca ahora es intentar sacar las primeras conclusiones e ir vislumbrado las
perspectivas sobre cómo va a seguir la situación tras las elecciones y las
tareas de la izquierda revolucionaria.
Los resultados electorales
La participación fue la más
alta desde la unificación de Alemania (84 %) y los resultados muestran lo
que más o menos las encuestan preveían. Una subida de las alternativas más
conservadoras y una bajada de los partidos integrantes del actual gobierno. De
forma distorsionada, es la expresión de un sector que, ante la falta de
alternativas por parte de la izquierda, castiga al gobierno encabezado por la
vieja socialdemocracia (SPD) y aliado a los Verdes y un partido liberal menor,
votando a la alianza conservadora la Unión Democristiana / Unión
Socialcristiana bávara (CDU/CSU) de Federico Merz, logrando un 28,5% de votos,
que ya gobernara durante años con Angela Merkel. O a la extrema derecha de
Alternativa para Alemania (AfD) con un 20,6%, casi el doble que en las
elecciones de 2021. Die Linke (La Izquierda), integrada por …ex integrantes del
PC, maoistas, grupos trotskistas, e independientes, por su lado tuvo una subida
importante confirmando la polarización y la búsqueda de opciones más radicales.
El Partido Socialdemócrata
(SPD) del canciller Olaf Scholz, quedó en tercer lugar con un 16%., haciendo la
peor elección de su historia. Sus aliados los Verdes son cuartos con casi un
12%.
El previsto avance
electoral de la ultraderecha, neonazi de AFD, expresa, como ha ocurrido con
Trump, Meloni, Le Pen o Milei en Argentina, un equivocado voto castigo de un
sector popular harto de los viejos partidos capitalistas tradicionales que ya
han gobernado y llevado a la crisis social, a la caída del nivel de vida de
millones.
En los días venideros
veremos a través de los medios de comunicación esta “timba electoral” donde se
negocian coaliciones y cargos como si fuera un mercado de ganado. Salga la
coalición que salga ninguno traerá soluciones de fondo a los problemas actuales
de vivienda, sanidad, educación, militarismo creciente, despidos en la
industria, etc.
La campaña electoral
La campaña electoral estuvo
marcada por un claro tinte xenófobo. Los partidos mayoritarios (SPD, CDU,
Verdes y AFD) parecían competir por ver quién tenía una política más
antimigratoria. El debate se centraba en demostrar que todos los males se deben
a la gran cantidad de extranjeros y que, por eso, hay que “regularlos” dicen
algunos, otros como la ultraderecha de AFD, expulsarlos directamente.
Pero cualquiera que haga un
análisis mínimamente serio sabe que este ataque a la inmigración no tiene más
que un uso meramente electoral y populista. Es un mero instrumento para
distraer a la mayoría de la población de los problemas reales que aquejan al
país y, así, evitar discutir las verdaderas soluciones. Está más que demostrado
que Alemania no puede echar a los inmigrantes, sino que, por el contrario,
necesita de la inmigración para cubrir cientos de miles de puestos de trabajo
sin ocupar por falta de mano de obra, y que también necesita de la inmigración
por los profundos problemas demográficos que tiene debido a su baja tasa de
natalidad. Si se llevara a cabo una política de expulsión de inmigrantes, la
producción capitalista alemana se vería paralizada prácticamente de
inmediato.
La estructura capitalista
alemana en crisis
El verdadero problema
reside en la crisis estructural de su economía o lo que muchos economistas
llaman el “fin del milagro alemán” o “fin de ciclo”. Esta situación de crisis
profunda se debe a varias cuestiones. Algunas de carácter internacional y otras
de carácter interno, que están entrelazadas. Veamos algunas de ellas.
Por un lado, está el
agravamiento de la crisis capitalista mundial que ha generado una fuerte
disputa inter imperialista, en la que Alemania quedó presa entre los dos
principales contendientes, EE. UU. y China, y aunque sea la cuarta o tercera
economía mundial, según las cifras que se tomen en cuenta, está muy por debajo
de las dos principales potencias. Esta situación le obliga a pelear por un
lugar en esa contienda con una mala relación de fuerzas. Además, es un país principalmente
exportador y esta “guerra comercial” con aranceles, cuotas aduaneras y fuertes
peleas por mercados, no le beneficia para nada.
Otros elementos a tener en
cuenta son que, desde la II Guerra Mundial, sigue siendo un país muy controlado
por EE. UU.; su principal industria, la automotriz, está muy tocada por la
crisis del sector; la guerra entre Rusia y Ucrania provocó que dejara de
recibir gas y petróleo a bajo coste para hacer funcionar su industria; es un
país muy atrasado en todo lo que se refiere a la digitalización; etc. A
todos estos problemas se le sumó lo que fue el detonante para que se
adelantaran las elecciones, que fue que la Constitución alemana le prohibiera
al gobierno, encabezado por el socialdemócrata Scholz, poder aumentar el endeudamiento
para reactivar la economía.
Ninguna alternativa real
para las y los trabajadores
Lamentablemente no hubo
ningún partido con un mínimo de representación que levantara un programa
alternativo para la clase trabajadora y el pueblo.
Así CDU, AFD o BSD (el
partido de Sara Wagenknecht, ex dirigente de Die Linke) centraron su campaña en
la inmigración, ocultando de este modo su incapacidad de dar una propuesta
económica que dé respuesta a la situación actual. El SPD y Los Verdes, por su
parte, hicieron eje en la campaña del “cuidado que viene la derecha” para
tratar de movilizar a su electorado y, de esa manera, obviar el desastre que
está siendo su actual gobierno y esconder también que no tienen una propuesta
alternativa para salir de la crisis.
Centrar el debate alrededor
de la inmigración les sirvió a los partidos del régimen para evadirse de
presentar propuestas concretas, y las pocas veces que se habló de soluciones
económicas, algunos partidos plantearon la política del “déficit 0”, es decir
recortes en todos los aspectos para equilibrar los números; y otros,
propusieron el viejo modelo de endeudarse más para reactivar el mercado
interno. Y como ya sabemos ninguno de estos dos proyectos trae beneficios para
los/las trabajadores/as y el pueblo. Todos estos partidos, con sus matices,
gobiernan y gobernarán para el gran capitalismo alemán.
Algunas conclusiones de las
elecciones y las perspectivas
Es muy probable que surja
una coalición de gobierno, encabezada por el conservador Merz, que no
tenga una mayoría y una unidad clara para poder implementar el plan de recortes
que necesitan para que las empresas alemanas recuperen confianza y mejoren sus
tasas de ganancia. Los números muestran la falta de una clara mayoría y eso
hará complicado conseguir un nuevo gobierno sólido. Pero más allá de cuan
sólido sea el futuro gobierno o de si será capaz de terminar su mandato, lo que
es seguro, es que, ya sea con el modelo de “déficit 0” o el modelo de aumento
de la deuda, lo que le espera a la clase trabajadora son más recortes en
cuestiones sociales como educación, sanidad y jubilaciones, más flexibilidad
laboral “para que las empresas alemanas sean más competitivas”, aumento del
presupuesto militar, apoyo al genocidio en Palestina, etc.
Como decíamos al principio
las elecciones tuvieron que ser adelantadas y esto fue un acontecimiento que no
es para nada normal en Alemania, sino un signo evidente de crisis política. La
estabilidad que reinó durante décadas va llegando a su fin y va dando paso a
una polarización social creciente. Está claro que la crisis ya no golpea sólo
en la periferia, sino que ha entrado y ha venido para quedarse en el corazón de
Europa. Hay un descontento social manifiesto y un aumento de los conflictos
políticos y sindicales. En los últimos dos años hubo huelgas y protestas por
aumento de salarios o mejores condiciones de trabajo en el metal, ferroviarios,
portuarios, personal de tierra de Lufthansa, entre otros.
Ante esta situación la
clase trabajadora tiene que dejar de ser mera espectador de este cine de terror
capitalista y estar a la cabeza de las luchas, junto a la juventud y los
sectores populares, que se van dando y las que vendrán. Habrá que enfrentar
desde el minuto uno al nuevo gobierno. En los centros de trabajo y de estudio
tenemos que elegir delegados/as combativos/as, tenemos que exigirles a las
cúpulas sindicales que se pongan a la cabeza de las luchas y tenemos que
levantar programas que representen nuestros intereses y den respuestas de fondo
y de clase a los problemas presentes. En ese proceso es en el que programas y
partidos se van poniendo a prueba. Esa es la base para que pueda desarrollarse
una organización política alternativa y de clase, de una izquierda realmente
independiente, que también sea una alternativa para enfrentar y derrotar el
crecimiento de la ultraderecha. Es el momento en que se hace necesario, y
también posible, construir un partido socialista y revolucionario. En esa
perspectiva estamos trabajando las y los militantes de la UIT-CI en Alemania
Patrik König
*++
No hay comentarios:
Publicar un comentario