Aquí Augusto Zamora
argumenta que la idea de que Israel es «la mayor potencia militar de la región»
es una construcción propagandística sin ningún asidero real. Israel pone las
tropas que tendría que desplegar EEUU.
La guerra no es con Israel, es con EEUU
EL VIEJO TOPO
26 octubre, 2024
De Augusto Zamora
Es preciso, en
esta vida de incertidumbres, identificar la cuestión central de lo que se
quiere tratar. Esto así para que no nos engañen y, menos aún, para engañarse
uno mismo, unas veces por desconocimiento, otras -las más-, porque el bombardeo
mediático hace posible que veamos rojo lo verde y naranja lo negro. Como el
tema que trataremos es sobre el genocidio en Gaza, la agresión contra Líbano y
la guerra en ciernes entre Israel e Irán, es necesario examinar a sus
principales protagonistas -Irán e Israel-, para ir aclarándonos de qué va la
cosa. Y quiénes son, realmente, los titiriteros que mueven los hilos, dándonos
títere por liebre.
Israel
Empecemos con
Israel, que es, posiblemente, la mentira mejor construida en los últimos
ochenta años. Señalemos, como punto de partida, que Israel es lo que en Derecho
Internacional se conoce como Estados exiguos. No es término peyorativo, sino
una categorización determinada por el tamaño geográfico de un país. Israel
tiene 26.000 kilómetros cuadrados de extensión, una superficie un poco mayor
que la de El Salvador (21.000 km2) y similar a la de Macedonia del Norte
(25.713 km2). Bután casi le dobla en tamaño (45.000 km2). Nadie considera, en
el continente americano, a El Salvador como potencia mundial y, realmente, un
salvadoreño se reiría si alguien comentara que lo es. Igual ocurre con
Macedonia del Norte, que tiene tanto peso en Europa como un garbanzo en un
plantío de caña. Del bello Bután sabemos que mide, no su PIB, sino el Índice de
Felicidad per cápita de sus habitantes y poco más.
Como enseña la
geopolítica (conocida también como geografía política), la magnitud geográfica
es determinante en la configuración de los niveles de poder de un país. A mayor
extensión territorial, mayor disposición de tierras fértiles, riquezas
naturales y otras fuentes de riquezas varias. Rusia ha sido, es -y lo será aún
más en un futuro inmediato-. una potencia enorme porque, en la vastedad de su
territorio, tiene prácticamente de todo y en enormes cantidades. La política
soviética, de convertir un imperio de analfabetos en uno de los pueblos más
educados del mundo ha hecho el resto. Los comunistas chinos siguieron esos
pasos, convirtiendo a China en lo que es. En India ha ocurrido algo similar,
aunque sin la radicalidad de soviéticos y comunistas chinos, lo que explica los
enormes desequilibrios internos existentes, pero ello no hace demérito del
nivel de desarrollo general alcanzado.
Es pertinente
aclarar que la extensión no lo es todo. Canadá, el segundo país del mundo por
dimensión territorial, es rico por sus recursos naturales. Sus principales
exportaciones son petróleo crudo (123.000 millones de dólares); gas de petróleo
(24.300 mdd); petróleo refinado (17.200 mdd), y oro (14.700 mdd), exportaciones
dirigidas casi todas a EEUU (79% del monto). Por otro lado, el 90% del
territorio canadiense está deshabitado y la casi totalidad de su población vive
en la frontera con EEUU, lo que explica, en buena medida, que este país sea,
realmente, un mero apéndice de EEUU.
Irán
Irán posee
1.780.000 kilómetros cuadrados, casi la extensión de México, con 90 millones de
habitantes y una geografía múltiple que permite una diversidad de desarrollos,
desde el agrícola y pesquero hasta el científico-técnico, apuntalado en sus
vastos yacimientos energéticos. Irán produce la mayor parte del armamento del
país y ha logrado -a base de inversión en ciencia y tecnología-, convertirse en
el país musulmán más desarrollado. Todo ello a pesar de las brutales sanciones
económicas impuestas por el Accidente colectivo.
De Irán puede
afirmarse, sin dudar ni exagerar, que es la mayor potencia de Oriente Medio y
Próximo a partir de este dato esencial: Irán goza de una enorme autonomía militar,
científica, técnica, industrial y energética. Son esos los elementos que
determinan el poder real de un país y los que hacen la diferencia entre los que
son potencias derivadas o adminículos de una potencia mayor y real, de los
países que son potencias genuinas. Irán es una potencia. Israel, un adminículo.
Sin EEUU detrás, delante, abajo y arriba, Israel es un caniche ladrando a un
león.
Ser potencia o aparentarlo
Vamos a ampliar
la explicación de lo que es ser potencia y lo que es aparentarlo. Arabia
Saudita tiene una montaña, casi una cordillera, de recursos económicos,
procedentes de sus inmensos yacimientos energéticos, de los mayores del
planeta. Pero Arabia Saudita es sólo eso, una montaña de dinero. Todo su
armamento proviene de EEUU y, en minúscula medida, de otros países atlantistas.
Para usarlo, necesita del permiso de EEUU. Por su geografía desértica, importa
prácticamente todo, desde cemento hasta cebollas.
De su debilidad
estructural dio cuenta su criminal invasión de Yemen que, además de terminar en
derrota (fue su Afganistán: armas modernísimas contra guerrillas dotadas de
armas básicas), debió pararla cuando los drones yemenitas empezaron a destruir
sus oleoductos y terminales petroleras. En Riad fue despertar a una pesadilla.
No sólo que la guerra era carísima, pues hasta el último cartucho disparado era
de importación, sino que los yemenitas podían dañar gravemente su única fuente
de riqueza. La guerra terminó. A causa de cuatro centenares de drones
relativamente baratos.
Explicado lo
anterior, bajemos ahora a Israel. Tiene, hemos dicho, 26.000 kilómetros
cuadrados y 7,5 millones de habitantes judíos (oficialmente; en la realidad son
menos pues, en el último año, más de medio millón de judíos han retornado a sus
países de origen; después del último ataque de Irán, es de suponer que otro
número largo tomará la ruta del retorno). En ese exiguo territorio no hay
minerales, apenas se dispone de suficiente tierra fértil, el agua es un bien
sumamente escaso y, lo peor, eso lo deben compartir con ocho millones de
palestinos. ¿Van agarrando la seña? Dejados a sus propias posibilidades, en
Israel apenas tendrían para mal comer. Es el diluvio de fondos externos lo que
les permite mantenerse vivos con respiración asistida. Dicho de otro modo,
Israel es un país artificial, que existe por la masiva ayuda externa.
¿De dónde llega el dinero?
Empecemos con
Alemania. En 1952 fue firmado el Acuerdo de Luxemburgo, por el cual, además de
establecerse relaciones diplomáticas, se acordaron los pagos de reparación
alemanes a Israel. Desde entonces y hasta 2021 los pagos de Alemania a Israel
habían ascendido a más de 80.000 millones de euros. Al margen de esos pagos
directos, Alemania quedó comprometida a proporcionar asistencia económica y
técnica a Israel para fines múltiples, entre ellos -y en plano principal-,
fortalecerlo militarmente. Los submarinos que posee el régimen sionista han
sido todos donados por Alemania, que, en el presente, está comprometida a donar
otros tres submarinos, mucho más modernos, a 3.500 mdd cada uno.
Vamos con EEUU.
Desde 1948 Israel ha recibido 330 mil millones de dólares, sólo en asistencia
militar, de EEUU. Es, con absoluta diferencia, el mayor receptor del mundo de
‘ayuda’ exterior estadounidense. Cada año, Israel recibe más de 3.000 mdd en
asistencia militar de EEUU, como aporte fijo, al margen de la ‘ayuda’ que
recibe en casos de emergencia.
Recientemente,
el Senado de EEUU aprobó un proyecto de ley de ayuda exterior por un monto de
95.000 millones de dólares, de los cuales 14.000 millones serán para Israel.
Según The Times of Israel, alrededor de 5.200 millones se destinarán a sistemas
antimisiles y otras amenazas aéreas. Otros 4 mil millones se utilizarían para
adquirir sistemas antimisiles de corto alcance para el sistema de defensa
antimisiles «Cúpula de hierro».
Desde el 7 de
octubre de 2023, Israel ha recibido apoyo militar masivo de EEUU, en toda su
amplia gama. Para diciembre de ese año, EEUU había enviado 230 aviones de carga
y 20 barcos con armas y equipo militar. Según un informe de The Wall Street
Journal de ese mes, las municiones enviadas estaban compuestas por:
-Más de 5.400
bombas MK84 y 5.000 bombas MK82 no guiadas.
-1.000 bombas de pequeño diámetro GBU-39 y unas 3.000 municiones de ataque
directo conjunto.
-15.000 bombas y 57.000 proyectiles para artillería, enviadas en aviones de
carga C17.
-En los últimos meses de 2024, según Al Jazeera, EEUU ha enviado más 1.000
bombas MK82 de 500 libras (227 kilogramos) y municiones de ataque directo
conjuntas KMU-572, que pueden convertir municiones no guiadas en bombas
guiadas.
-Según otros informes periodísticos, Washington habría enviado también
espoletas para bombas FMU-139, por valor de decenas de millones de dólares.
-EEUU ha facilitado aproximadamente 21.000 misiles guiados de precisión desde
octubre de 2023, según los informes de los medios.
-También se han enviado diversos tipos de municiones y armas variadas, entre
las que se incluyen decenas de miles de proyectiles de artillería de 155 mm,
miles de municiones rompe-búnkeres y 200 drones kamikazes.
A todo eso debe
agregarse el enorme despliegue militar de EEUU y de sus aliados atlantistas en
la región, que, considerando lo que cuesta este despliegue (una hora de
patrullaje de un F-35 puede costar hasta 45.000 dólares), EEUU se estaría
gastando cientos de millones de dólares por mes para amedrentar a los enemigos
de Israel. Podríamos seguir y no pararíamos de contar.
¿Qué es entonces Israel?
Israel es un
apéndice de EEUU, no una gran potencia militar autónoma. La idea de que es «la
mayor potencia militar de la región» es una construcción propagandística sin
ningún asidero real. Israel es, en Oriente Próximo, el Estado ficticio que pone
las tropas que, si no existiera, tendría que desplegar EEUU. Al apoyar, financiar,
armar y, de cualquier forma, sostener la existencia de un Estado ficticio, lo
que EEUU hace es sostener y defender a su principal portaaviones terrestre en
la región del petróleo y del gas. En ese sentido, Israel juega un papel similar
al de Taiwán, al que Eisenhower llamó «el principal portaaviones de EEUU frente
a China».
El papel de
Israel como guardián de los intereses estadounidenses se ha visto revalorizado
por la deriva de Arabia Saudita hacia China, hoy su principal cliente, y la
creciente alianza entre Rusia e Irán.
Resumen: Israel aguantará lo que aguante EEUU. Cuando el poder estadounidense
termine de diluirse, Israel seguirá los pasos del Reino Cruzado. Así son las
cosas. Hoy como hace mil años, eso producen las oscilaciones del poder. Hoy
arriba, mañana abajo. Un Estado judío en Australia sería una buena opción.
Mejor que en Canadá. Es más fácil domar canguros que osos polares.
Fuente: Observatorio de la crisis
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