Urgente: acabar con el
capitalismo, antes de que el capitalismo acabe con la humanidad
DIARIOOCTUBRE / septiembre 15, 2024
Socialismo o desaparición. Sin más, esta es la disyuntiva del momento histórico.
Al llegar a una
fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la
sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o,
lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de
propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de
desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas
suyas, y se abre así una época de revolución social.
— Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política. C. Marx 1859
C. Suárez (Unidad y Lucha).— Socialismo o desaparición. Sin más, esta es la
disyuntiva del momento histórico.
Si en ese
momento crítico, en el que se han formado las condiciones para la revolución
social, ya se ha formado el sujeto político que tenga la capacidad de entender
la coyuntura histórica, y actuar en consecuencia, bien. Si la formación de ese
sujeto va rezagada en el tiempo, y nuestras capacidades colectivas no alcanzan
a comprender estas coordenadas, mal, muy mal.
Alguien,
incluso de buena fe, puede preguntar: ¿Pero de verdad es tan crítico el momento
presente? Respuesta: Si.
Se puede
afirmar que no hay ningún aspecto de la vida que hoy no se encuentre ante el
riesgo de la quiebra de su continuidad existencial.
Sobreexplotación
de la clase obrera internacional
Sobreexplotación:
Situación en la que la cuantía del salario es inferior a aquella cantidad
socialmente necesaria para la reproducción de la fuerza de trabajo.
En esas
estamos.
La plusvalía es
una sola a nivel mundial (Marx). El capitalismo acumula sujeto a esta
lógica. Por ello el capital compra una parte de la fuerza de trabajo disponible
por salarios miserables, de incluso un euro al día, que luego, en las cadenas
de valor, terminan creando mercancías absolutamente inalcanzables para sus
productores. Pero, con esta artimaña, en ese proceso mundializado los dueños de
los medios de producción obtienen ingentes ganancias. Se lo apropian todo.
Una de las
consecuencias más violentas de esta lógica antisocial es la existencia de
numerosas poblaciones humanas, en las que se dan importantes crecimientos
vegetativos producto del desarrollo histórico de las fuerzas productivas, pero
que, privadas de cualquier posesión, viven en la indigencia y la miseria más
absolutas.
Esta es la base
material de las migraciones más desesperadas y del negocio con la pobreza. Las
migraciones de las poblaciones más expoliadas dejan una cadena infinita de
muertes, con la indiferencia más absoluta de las élites de los países del
capitalismo central, que además las reprimen violentamente con leyes de
extranjería y otras directivas europeas. Ni tan siquiera hay una mínima
protección para la infancia migrante. Trump los separó de sus padres y los
encerró en jaulas, no lo olvidemos.
Hoy, más que
nunca en la historia, la clase obrera es una sola clase mundial. Los centros
imperialistas ocultan esto con todo tipo de estratagemas, creando un velo que
impida a la misma clase obrera la toma de conciencia de esta condición.
Sencillamente porque esto provocaría a nivel planetario una onda revolucionaria
imparable. La producción de hasta las más pequeñas mercancías precisa hoy de la
participación de toda la clase obrera mundial. La paralización, en una huelga
sostenida, de cualquiera de las diversas etapas de esta producción mundializada
provocaría el colapso del sistema. Esa es la fuerza inmensa que tienen las
organizaciones obreras en esta situación.
Destrucción del
nicho ecológico de la especie humana
Un continente
de plásticos se ha formado en el Pacífico. Una superficie de 1.600.000 km2 es
una medición ampliamente aceptada. Los microplásticos lo inundan todo y se han
introducido ya en el mismo organismo humano.
Se desarrolla
un proceso imparable de destrucción progresiva de las tierras fértiles, como
consecuencia de toda una serie de impactos derivados de la lógica de la
acumulación capitalista, tanto por sobreexplotación como por contaminaciones
químicas diversas (uranio empobrecido, glifosato, derrames de combustibles
fósiles, minería, urbanización, etc). Las grandes maquinarias facilitan el arrasamiento
de millones de hectáreas en el más breve plazo.
Se esquilman
los recursos pesqueros por la lógica depredadora de la competencia de los
grandes monopolios del sector. Se empobrece a las poblaciones ribereñas por la
acción de las artes de arrastre, las localizaciones por satélite y las
maniobras militares. Fukusima vierte al mar, de forma continua, agua
contaminada con componentes radiactivos.
Las masas
boscosas son destruidas de forma acelerada bajo el impulso de las madereras, y
de la agroindustria que necesita extensiones inmensas para el cultivo de soja y
para la ganadería intensiva. Se quiebra el ciclo del agua. Sequía.
Millones de
personas mueren de hambre, aunque se producen alimentos suficientes para
alimentar a toda la población mundial de forma sobrada. El mercado, el precio y
la ganancia imponen su dictadura. La muerte.
Millones de
personas, especialmente niños, mueren por enfermedades fácilmente curables,
porque las multinacionales farmacéuticas no renuncian a su criminal negocio. La
sanidad es un derecho cada día más privatizado y sometido a la lógica del
mercado.
Guerra
permanente interminable
La guerra es el
recurso más extremo que tiene el imperialismo para tratar de resolver sus
crisis. En esta fase terminal esa guerra tiene una dimensión planetaria total y
absoluta. Es una guerra sin normas ni principios. Todo vale para el objetivo
de ganar. Palestina.
En buena medida
la guerra, en la medida que fracasa como vía de salida, va siendo sustituida
desesperadamente por el terrorismo de Estado más brutal y cobarde. Haniya, Al
Arouri, Soleimani, Kadafi, ….
Jugar al tiro
al blanco con centrales nucleares es la incontestable imagen de la
irracionalidad más absoluta de la guerra imperialista. Amenazar con pasar al
armamento nuclear es ya el delirio.
La guerra
imperialista solo puede ser frenada bajo la dirección de un movimiento
revolucionario mundial que tenga la capacidad de mantener una millonaria y
combativa movilización de masas, sostenida con firmeza en el tiempo, hasta
alcanzar el objetivo último: finalizar la guerra imperialista y abrir el
proceso revolucionario de inicio de la construcción de la sociedad socialista.
Las armas de
guerra consumen presupuestos de forma insaciable y, además, contaminan
amplísimos territorios, el aire y el agua, provocando todo tipo de enfermedades
a millones de personas. A pesar de ello no cesa hoy el uso de ese armamento,
por ejemplo en Ucrania o en Palestina. Hiroshima, Nagasaki, gas naranja en
Vietnam, uranio empobrecido en Afganistán o Irak, es el rastro de la muerte y
de la destrucción del planeta por el capitalismo imperialista.
La guerra es
hoy un elemento consustancial al proceso de acumulación de capitales. Dicho a
la inversa, no es posible ya la acumulación capitalista sin guerra permanente.
No hay límites
para esta guerra, todo puede ser destruido, todo puede ser asesinado. No hay
normas.
Alienación y
embrutecimiento de las sociedades humanas
Las masas son
embrutecidas y, así, son alejadas de cualquier posibilidad de desarrollo
cultural y/o intelectual. Masas más manipulables mientras más embrutecidas
están.
El genocidio de
Palestina se realiza con el consentimiento, cuando no con el aplauso, de las
principales potencias occidentales que se llaman “Comunidad internacional”.
El futuro de las intervenciones militares del imperialismo se desarrollará con
esta misma lógica, se acabó la guerra tradicional y se acabaron sus normas.
Ahora cualquier crimen es aceptado, no hay reglas, no se respeta nada.
La vigilancia
universal en tiempo real está implementada y coordinada por las grandes
potencias del capitalismo imperialista sobre toda la población. Cientos de
millones de personas en bases de datos, con sus perfiles, sus movimientos, y la
IA modelando las previsiones de actuación de cada una de ellas. No hay privacidad,
no hay libertad.
Las agencias
centrales de seguridad, CIA, MOSSAD, MI6, CNI, …., tienen una batería
clasificada de enemigos a batir, a nivel regional y a nivel mundial, según los
cambios de la situación. Cuentan con la información y la tecnología precisas
para ello. Pueden dar muerte a una selección de miles de personas de forma casi
inmediata.
Racismo,
colonialismo y supremacismo, alimentan el avance hacia un nuevo fascismo
internacional. La UE y la OTAN son superestructuras productoras y legitimadoras
de todo tipo de violencias sistémicas. Esa dictadura de clase deriva hacia el
fascismo según persisten sus dificultades, y se apoya en el sionismo, como el
nuevo nazismo necesario para provocar la barbarie sin barreras.
Por si no fuera
suficiente todo lo que aportan las últimas tecnologías, el capitalismo
encuentra un recurso más de su deriva actual en la reactivación de las
violencias más ancestrales. Tira de lo más degradado y atrasado de la especie
humana, de todo aquello que el proceso de cambio histórico no terminó de
eliminar. Racismo, xenofobia, religión, misoginia, ….. Una y otra vez se
retroalimenta la violencia contra las mujeres con los valores más
reaccionarios, la religión, la apropiación privada, el amor posesivo.
Matar/violar a la mujer del otro es un botín de guerra, una forma de humillar
al enemigo, que no es capaz de defender a “sus mujeres”. Siempre en
todas las ocasiones, Esto es posible a partir de la perpetuación del papel
subordinado y cosificado de la mujer en la sociedad patriarcal de todos los
días.
Se podrían
seguir analizando otros aspectos más, pero valga lo expuesto como indicativo de
la situación actual, para a continuación entrar en el análisis de algunas
causas y conclusiones
Contradicción
entre el desarrollo de fuerzas productivas y las relaciones de producción
capitalistas
La triunfante
Revolución de Octubre debió dar inicio a un ciclo de cambios revolucionarios en
la escena mundial que llevara a la civilización a una etapa superior de su
desarrollo, con la progresiva demolición del sistema capitalista internacional.
Esto fue así durante un tiempo, y los avances fueron extraordinarios, pero las
potencias capitalistas consiguieron frustrar la continuidad de este proceso y
recuperar su ventajosa posición anterior.
La historia no
es lineal. Tiene avances y retrocesos, aunque en otros tiempos pensamos que eso
no podría ocurrir con esa dimensión.
El capitalismo
consiguió contener y bloquear la extensión del proceso revolucionario, pero
para ello tuvo que dar un gran impulso al desarrollo de las fuerzas
productivas, para conseguir una posición de ventaja en la competencia con las
experiencias socialistas que estaban en construcción, y que eran entonces un
referente excepcional para la clase obrera mundial.
Se produce así
un salto cualitativo extraordinario dentro de la formación capitalista –lo que
entonces se denominaba la revolución científico-técnica-, sin que
ello conllevara el desarrollo de nuevos procesos revolucionarios. Analizar cómo
esto fue posible es una tarea que no está concluida.
Como
consecuencia de estos cambios, de amplia hegemonía ideológica del capitalismo,
se empieza a formar la base material necesaria para el tránsito revolucionario
a la sociedad socialista y al comunismo. Al tiempo que se contenía el desarrollo
de procesos de cambios políticos revolucionarios, en una compleja lucha
ideológica.
El comunismo
occidental tiene mucho que ver con el hecho de que las cosas ocurrieran de esta
forma. Las organizaciones revolucionarias no fueron capaces de interpretar estos
grandes cambios, y tuvieron una alta responsabilidad en el desarme ideológico
de la clase obrera del entonces llamado primer mundo. Eso quedó
escrito con todo detalle en “Eurocomunismo y Estado”, Carrillo.
La introducción
masiva de la robótica más avanzada y de la IA, en una sociedad socialista,
significaría reducción del tiempo de trabajo y aumento del tiempo libre para
otras actividades humanas. En el capitalismo ese proceso de innovación
tecnológica significa aumento del paro y reducción mayor de los salarios.
Conscientes los
capitalistas de esta contradicción creciente sus centros intelectuales
desarrollan toda una variada batería de estrategias para que la clase obrera, y
la sociedad en su conjunto, no adquieran conciencia de estas condiciones concretas
del momento histórico.
Cuando estas
estrategias tienen la capacidad incluso de cooptar a una parte del mismo campo
revolucionario el capitalismo consigue la estabilidad necesaria para perpetuar
su barbarie, con paz social.
Algunos
personajes
Hoy el capitalismo
internacional imperialista se personifica en una serie de líderes que realizan
un muy estimable trabajo de legitimación de la barbarie dominante. Brevemente
algunos de ellos:
Pedro Sánchez, envía barcos de guerra a Asia occidental para apoyar el genocidio
contra el pueblo palestino. Legitima con toda frialdad la masacre de la valla
de Melilla en 2022. Se considera no solo un demócrata, sino un progresista.
Felipe 6, vive de las rentas ideológicas del pasado. Su objetivo es parar el tiempo
histórico. Mientras dure hay lujos y dinero. Si un día se acaba habrá una gran
fortuna depositada en otro país para garantizar su futuro. Se vende como apolítico.
Es clave de bóveda del capitalismo español.
Biden, (ahora K. Harris), es el ala progresista del imperialismo
yanki. Comete crímenes de guerra con total impunidad en Afganistán, Yemen,
Palestina, …. Capataz al servicio de las petroleras, y de otros monopolios, que
arrasan el planeta y destruyen nuestro nicho ecológico.
Macrón, desde la República, sigue conspirando para derrotar los procesos
soberanistas que se levantan en el Sahel. Igual que hicieron sus antecesores
asesinará a cualquiera que le lleve la contraria. Patricio Lumumba, Crhis
Hanny, Thomás Sankara, Kadafi, ,,,,, Hoy tiene en la mira de su sistema
judicial a Durov, en defensa de la libertad de expresión ….
Bukele, singular personaje al que se le permite todo tipo de violaciones de los
derechos humanos, pero en ningún caso los media del sistema hacen la más mínima
crítica de este dictador de comic futurista.
Mohamed VI, es el valido del eje imperialista anglosajón en el continente
africano. Tortura, asesina, viola, desaparece, invade, roba, ….., pero nunca
será denunciado por tales actos. Es la democracia de
occidente. La que dicen que quieren llevar a Cuba estos maestros de
todas las dictaduras.
Netanyahu, el carnicero. Sin ética, sin moral. Capitalismo en estado puro.
Todos estos
sujetos, y otros en su misma línea, pueden cometer cualquier tipo de acción
criminal sin que se les pida responsabilidades por ello. Son elementos
imprescindibles para el mantenimiento del statu quo actual.
Son su careta política. La esclavitud asalariada, la militarización y la
guerra, el recorte de libertades, la impunidad, la destrucción del nicho
ecológico, los golpes de Estado, el colonialismo, ……, todo está permitido a
estos civilizados sirvientes de los oligarcas mundiales.
El camino a la
revolución
La descripción
de la actual barbarie podría ser más extensa y diversa, es necesaria una
comprensión más abarcadora de la violencia que impone el capital para tratar de
perpetuar su reproducción mediante la esclavitud asalariada. A partir de ello
será posible desarrollar las capacidades de la transformación revolucionaria de
la sociedad actual.
El camino hacia
la revolución social, socialista, se recorre a través de la práctica,
y de la confianza en las masas.
Estos dos
factores son decisivos para salir del impase actual. Partido Comunista.
Sin teoría
revolucionaria no hay práctica revolucionaria. Sin práctica revolucionaria
no habrá avance hacia la revolución social, y sin confianza en las masas no se
encontrará salida a la actual situación.
Estos dos
elementos constituyen el reto mayor para el pensamiento revolucionario
occidental, hoy atascado en una indolente generalización de las ideas del
cambio social, y del mismo análisis de la crisis terminal del sistema
capitalista internacional. Ello le sitúa en una incapacidad paralizante para
tocar la realidad concreta de la lucha de clases, y la hegemonía actual de la
oligarquía internacional monopolística.
Frente a esta
parálisis resulta oportuna, una vez más, la consigna imprescindible en los
grandes momentos históricos: ¡Audacia, audacia y más audacia¡
El camino a la
revolución se recorre mirando a Lenin, Ho Chi Minh, Fidel, Sankara,
Bumedian, ….
Partido de la
revolución, militantes de la revolución
El Partido
revolucionario, desde los postulados ideológicos más rigurosos, tiene que
definir su programa en función de las condiciones más concretas de la lucha de
clases, de la correlación de fuerzas y del acumulado de las luchas anteriores
en su contexto. La violencia revolucionaria es parte de la acción del Partido
de vanguardia, hay que asumirlo, hay que preparar a la organización.
Es un reto
constante definir la forma concreta del Partido, lo que en concepción leninista
son las normas.
Un Partido
revolucionario, cuya limitada acción quepa dentro de los límites del sistema de
dominación burgués, sin crear ningún tipo de conflicto, tiene que revisar su
concepción práctica política, y analizar qué aspectos de su accionar no se
corresponden a las exigencias del momento presente.
Elevar la
conciencia de las masas requiere de un ejercicio práctico, muy concreto, de
conducción revolucionaria. Esa es la gran tarea del Partido de vanguardia hoy.
Internamente
eso se tiene que concretar en un fortalecimiento del centralismo democrático y
del carácter colectivo de la Dirección política. Una línea política de
intervención, elaborada colectivamente, y aplicada por toda la organización de
forma unitaria. Sin más.
Un Partido que
no se sujete a los límites impuestos a su intervención política por la clase
dominante, sino un Partido que decide su intervención política en función de
sus objetivos de conducción revolucionaria de las masas. Creando las
estructuras de seguridad y protección adecuadas a esta situación, para no
naufragar en la primera confrontación.
Recuperar las
mejores tradiciones militantes de la III Internacional, ajustadas a las
condiciones concretas del momento actual. Recuperar el reconocimiento y el
liderazgo del Partido Comunista entre las masas. Eso se gana a pulso.
El MCI avanzará
por el camino de su recuperación político-ideológica cuando algunos Partidos
revolucionarios (la vanguardia de la vanguardia), con su práctica concreta
diaria, vayan colocando los referentes y las posiciones que se corresponden con
el actual momento histórico de la lucha de clases y de avance hacia la
revolución socialista. La resolución de las actuales debilidades del MCI no
será producto de un acuerdo por arriba, en lo esencial, será producto de un
proceso que se desarrollará bajo el impulso de Partidos, y prácticas concretas,
que cambien la subjetividad de la fracción de la clase y de las masas que
tienen mayor disposición y potencialidad para el combate
El socialismo,
y el comunismo
La sociedad
socialista, como transición hacia la sociedad comunista, es una sociedad nueva,
completamente nueva.
La ruptura
mental/conciencia entre el presente capitalista y la era del socialismo será
producto de un acumulado de experiencias prácticas. También de una radical y
combativa lucha ideológica, vinculada a las masas obreras y populares.
Pero los
avances del presente deben ser valorados como factores decisivos del cambio
superestructural por el cual combatimos. Cuba, China, Vietnam, RPDC, …..,
también otros procesos recientes -que pueden llegar a ser o no-, son
valiosísimas experiencias prácticas, sobre las que hay que apoyarse como
baluartes frente a lo que viene, y frente a lo que es necesario hacer.
Médicos y no bombas. Magnífica síntesis de la confrontación entre dos mundos, dos
cosmovisiones.
El mundo nuevo
que es la sociedad socialista representa un sistema de valores superiores a
cualquier momento de la sociedad capitalista. Hay que hacer bandera de esos
valores, contraponerlos, exaltarlos, hasta que se conviertan en el programa de
aspiraciones de las grandes masas obreras y populares, en sus sueños.
Millones de
militantes comunistas han de aprender este arte de la explicación de las
grandes ventajas del nuevo mundo socialista. Las direcciones centrales han de
trabajar para su formación en el plazo más breve posible.
Todo está
preparado, existe ya la base material necesaria, las fuerzas productivas
altamente desarrolladas no caben dentro del viejo y rancio capitalismo
imperialista, que intenta constreñirlas para que no se desarrollen más, porque
su desarrollo significa un incremento mayor de la crisis del capitalismo.
En esta
situación la formación capitalista imperialista actúa a dos niveles para tratar
de sobrevivir:
·
En lo micro hay un sistema permanente de parcheo a
todo tipo de situaciones que manifiestan la crisis. La socialdemocracia en
primer lugar. El fascismo-sionismo después.
·
En lo macro, la dictadura de clase explícita, la
rapiña mundial y la guerra sistémica y permanente. El terrorismo de Estado sin
límites. Colapso informático del suministro eléctrico en Venezuela. Terrorismo
mundial.
Pero de ninguna
de las formas consigue el capitalismo imperialista parar el mundo. Ni darle
marcha atrás, que es aún más ilusorio.
Epure si muove, y se mueve hacia adelante y de forma incesante. Se profundiza la
crisis general sistémica. Cae y cae, y cae la tasa de ganancia, y se hace
necesario movilizar ingentes cantidades de capital para mantener la cuenta de
resultados. La deuda crece y crece. El dólar es un papelito verde con un valor
simbólico. La deuda es impagable.
La
concentración y centralización del capital no cesa. Cada crisis económica
cíclica termina con un nuevo impulso a este proceso centralizador. Gigantescos
monopolios se forman. Recursos inmensos de la economía mundial quedan en cada
vez menos manos. Una cada vez más reducida oligarquía mundial concentra un
inmenso poder, que no para de crecer. Algunos de estos oligarcas sueñan con un
gobierno mundial absoluto bajo condiciones capitalistas. Un sistema de alta
fragilidad que se mantiene en pie por la velocidad con que se mueve.
Con la
desaparición de la propiedad privada la sociedad humana pasará a estar formada
por productores libres asociados. Esa será la base material necesaria para la
construcción de los nuevos valores comunitarios que elevarán a la Humanidad a
un estado superior, totalmente imposibles en el capitalismo. La justicia
social, la igualdad, la paz y la libertad es el mundo que está por venir. Los
capitalistas se esfuerzan todos los días por ocultar esta verdad incuestionable
a las más amplias masas.
No hay que
esperar más. Al asalto del poder y a la conquista de la nueva sociedad.
Todo empieza.
¿No sabes cómo?
No importa, lo aprenderás en la lucha práctica. Empieza ya.
La urgencia
inaplazable del momento histórico
Se rompe,
estalla, salta hecha añicos, la estructura sistémica que en el período
histórico anterior tuvo la capacidad de mantener la cohesión de un sistema de
dominación que en su nacimiento fue transformador y progresista. Hoy precisa
destruir toda la superestructura anterior: ONU, Comisión de DD HH, Acuerdos de
desarme, UNESCO, etc. Ya es imposible contener su proceso de implosión. Los
intentos de la clase dominante por remendar esas situaciones se convierten en
una nueva agresión, que afecta al equilibrio general de la especie humana en su
relación con su nicho ecológico, a la vida toda.
Cada día que
pasa millones de seres humanos sufren violentamente en la mayor indigencia.
Cada día que pasa el mundo avanza un escalón más en su proceso de degradación,
el capitalismo no para en la destrucción de nuestros medios de vida. Cada día
que pasa aumenta el riesgo de una guerra nuclear que lo destruya todo.
La acción libre
de las bárbaras fuerzas capitalistas, multiplicadas en sus capacidades
destructivas por el altísimo desarrollo de las fuerzas productivas, está
haciendo colapsar aceleradamente todos los sistemas humanos, naturales y
artificiales. La muy alta movilidad internacional de mercancías y personas, que
exige el proceso de acumulación de capitales, traslada de forma casi inmediata
cualquier disfunción del sistema desde lo más local a toda la sociedad mundial.
Ante semejante
situación histórica se plantea como inaplazable y urgente el tránsito
revolucionario a la nueva sociedad, aquella que disponga todas las fuerzas
productivas al servicio de la construcción de la sociedad socialista.
¿Capitalismo?
No gracias.
Poder obrero y
revolución socialista.
La victoria es
nuestra.
Fuente: unidadylucha.es
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