Hallados más de 100 plaguicidas diferentes en los alimentos que se consumen
en España
Rebelion / España
19/09/2024
Fuentes: El Diario
La Agencia Española Alimentaria halló más de un centenar de químicos en sus
controles, recopilados por Ecologistas en Acción, y cuyos datos indican que los
productos más contaminados son las frutas y verduras, que contenían
fitosanitarios en un 43% de los casos analizados.
Aunque en
España se analiza poco la presencia de insecticidas, herbicidas o fungicidas en
lo que comemos, la Agencia Española Alimentaria (AESAN) halló hasta 106 tipos
diferentes de plaguicidas en los alimentos que llegan a los consumidores, según la recopilación de datos hecha por Ecologistas en Acción.
Con datos de
2022, de los 106 plaguicidas que se han detectado, hay 59 considerados
disruptores endocrinos y otros 32 productos que no están permitidos (porque son
muy tóxicos) que llegan muchas veces por autorizaciones de uso excepcional.
Los resultados
del análisis de los datos oficiales que ha presentado este miércoles
Ecologistas revelan que los alimentos más contaminados son las
frutas y verduras, en las que un 43% de los productos analizados presentó
plaguicidas, muy por delante de los cereales, con un 9%.
En el grupo de
los tomates se han hallado 31 plaguicidas (19 posibles disruptores), en las
manzanas 22 fitosanitarios, en las naranjas otros 22, igual que en las
mandarinas. En las lechugas seleccionadas se encontraron 21 productos químicos.
“En el top de
alimentos con más plaguicidas siempre están los más utilizados, los que se
pueden comprar todo el año porque están disponibles en las estanterías”,
apostilla el responsable del trabajo, Koldo Hernández.
Lógicamente, a
los cultivos no se les aplica una única sustancia así que, una misma pieza
puede presentar un cóctel químico: se han analizado peras con nueve tipos de
plaguicidas, mandarinas con ocho o tomates también con ocho productos.
Este control de
plaguicidas, obligatorio por la legislación europea, es, a juicio de esta
organización, muy poco exhaustivo. Desde luego si se compara el nivel de
análisis en España con el resto de la Unión Europea, parece que es así.
España está a
la cola en muestras analizadas por 100.000 habitantes con 3,61. Muy lejos del
máximo de la UE, Bulgaria, que analizó más de 200. Tampoco se está cerca de las
otras potencias agrícolas de la Unión: Alemania controla 22 alimentos por cada
100.000 habitantes, Francia unas 19 muestras e incluso Portugal analiza más de
nueve.
En este
sentido, en España no se ha buscado, por ejemplo, Glifosato, el herbicida más
extendido, vendido y utilizado tanto por privados como las administraciones
públicas. “De 30 países que participan en estos análisis, 25 sí buscaron
glifosato, un producto que está en un tercio de los ríos y acuíferos
españoles”, remata Hernández para ilustrar el bajo nivel de análisis en España.
España es una
potencia agrícola en Europa. Y está a la cabeza en la venta y uso de
plaguicidas. De hecho, ha encabezado la lista de la UE en 2020 y 2021. En 2022
ha pasado a ser segunda, por detrás de Francia. Ese año hubo un descenso generalizado
en el uso de pesticidas y España, en particular, vio caer mucho el volumen: se
pasó de 76 a 56 millones de kilos en un año. “Se debió en gran parte al
incremento de los precios”, dicen los ecologistas.
España está a
la cabeza de ventas de plaguicidas en Europa. Ha encabezado la lista en 2020 y
2021 y fue la segunda en 2022. En 2022 hubo un descenso generalizado, según
reflejan las tablas de Eurostat, en el uso de estos productos “debido en gran
parte al aumento de precios”, explican los ecologistas: se pasó de 76 a 56
millones de kilos.
El uso
intensivo de pesticidas en la UE durante mucho tiempo ha hecho que los suelos
en los que se aplican presenten ahora niveles de
tóxicos mucho más elevados de lo que se había previsto y
calculado a la hora de autorizar el uso de esos productos. Los resultados del
estudio muestran que casi todos los suelos europeos contienen mezclas de
residuos de pesticidas y que la manera de calcular su presencia puede no ser
fiable“, concluyó el estudio de la Universidad de Wageningen que reveló esas
concentraciones inesperadamente elevadas.
De todos esos
pesticidas detectados en alimentos en España, en muy pocas ocasiones las
cantidades del compuesto incumplían los máximos permitidos por la normativa.
Apenas un 0,6%. “Pero el límite máximo es el mismo para los adultos hombres y
mujeres, que para los niños y los ancianos”, contrapone Koldo Hernández.
Además, una cosa es la regulación y otra la ciencia: no hay dictamen sobre la
acumulación en el tiempo de estos productos ni sobre el efecto combinado de
estar expuesto a varios tóxicos a la vez. “Nadie está expuesto a uno solo”, dice
Hernández. “¿Cómo se evalúa el efecto combinado de 50 sustancias? Vivimos en
una ficción que nos da seguridad”, remata.
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