Golpe en marcha
Rebelion / Venezuela
01/08/2024
Fuentes: La Jornada - Imagen: Movilización de trabajadores venezolanos en defensa de
la paz y en respaldo al gobierno de Maduro.
De nueva
cuenta, Venezuela se encuentra asediada por la amenaza de un golpe de
Estado en busca de restaurar el régimen oligárquico dirigido desde Washington
que controló al país hasta el triunfo de la revolución bolivariana en 1998. Los
personajes y organismos que hace unas horas llamaban a respetar la democracia y
propiciar la reconciliación nacional tiraron las caretas desde el instante en
que se dieron cuenta de que su candidato fue derrotado en las urnas por el
presidente Nicolás Maduro.
El intento en
curso para deponer al gobierno constitucional venezolano e imponer una
administración títere ha seguido un guion calcado del que ya padeció la nación
caribeña en 2002, 2014, 2017 y 2019, mismo que se ha replicado en otros puntos
de América Latina: los grandes medios de comunicación corporativos reproducen
las acusaciones de fraude como si fueran hechos probados, desconocen la
legalidad venezolana y pintan a los grupos de choque de la ultraderecha como
heroicos luchadores por la democracia; organismos multilaterales de claros
sesgos conservadores ponen en duda los resultados y legitiman las acciones
violentas azuzadas por la oposición; cuyos líderes se proclaman triunfadores de
manera unilateral y ponen en marcha mecanismos de desestabilización
perfectamente coordinados, en los que han ganado destreza a lo largo de lustros
de golpismo.
Debe recordarse
que el candidato de paja Edmundo González y la verdadera líder de la derecha
venezolana, María Corina Machado, no son sino los más recientes elegidos por la
Casa Blanca y la CIA para apoderarse del Palacio de Miraflores y, con él, de
las mayores reservas petroleras del planeta. Apenas en 2019, el entonces
diputado Juan Guaidó fue el tonto útil con el que Occidente montó la opereta de
un gobierno paralelo, treta mediante la cual Washington y sus aliados robaron
los activos de Caracas en el exterior y recrudecieron el bloqueo homicida con
el que impiden al país adquirir todo tipo de bienes, incluidos alimentos y
medicinas. Hoy relegado al basurero de la historia, Guaidó infligió un daño
inconmensurable a su país, y es responsable directo del hambre, la enfermedad y
la miseria de millones de sus compatriotas que no pueden hacer una vida normal
por culpa de la agresión imperialista. Como en los peores tiempos de la guerra
fría y del Plan Cóndor con el que Washington orquestó el genocidio de los
dirigentes y militantes de izquierda en el hemisferio, una serie de gobiernos
latinoamericanos se unió a la embestida contra Venezuela y respaldó a los
golpistas. Se han dado episodios vergonzosos como el del mandatario chileno
Gabriel Boric, quien llegó al poder gracias a un vigoroso movimiento social
impulsado por el hartazgo con el neoliberalismo, las élites alineadas con
Washington y el pinochetismo enquistado en la democracia nominal chilena a
través de una Carta Magna redactada en dictadura.
Es imperativo
que las potencias occidentales y los medios afines a ellas saquen las manos de
Venezuela y dejen que sean los venezolanos quienes arreglen sus diferencias por
la vía institucional y democrática: sin el financiamiento, la asesoría y la
cobertura mediática externa, la derecha local no se atrevería a ensayar una y
otra vez el derrocamiento el chavismo al que no ha podido vencer a través del
voto.
Fuente: https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/07/30/editorial/venezuela-golpe-en-marcha-5408
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