Esta carta del
07/02/2003, dirigida a los profesores de Humanidades de la UPF ha sido
localizada por Salvador López Arnal en el Archivo FFB de esa Universidad. FFB
escribe un mes antes de la intervención norteamericana (y aliados, España entre
ellos) en Irak.
Sobre el concepto de lo político
El Viejo Topo
24 junio, 2024
Colegas y
amigos,
Ha empezado a
circular por ahí un concepto de política de lo más peregrino, según el cual
protestar contra la guerra y la barbarie es hacer política en la universidad
mientras que decir amén a los que mandan en el mundo o callarse
convenientemente cuando los mandamases preparan la guerra preventiva no es
hacer política sino limitarse a los quehaceres académicos acordes con el
“Gaudeamus”1.
Este concepto
de política trae a la memoria el viejo chiste aquel, atribuido al General
Franco, que solía decir a los amigos próximos: “Usted haga como yo, no se meta
en política.”
La perversión
del concepto está llegando a un punto paradójico: alguien puede decir que la
universidad no está para hacer política, que para eso están los partidos
políticos, a continuación poner a parir a los partidos políticos y luego
concluir, en estricta lógica académica, que el único lugar en que se puede
hacer política (puesto que la universidad no está para eso y los partidos
políticos son un horror) es en la casa de uno, o sea, en la intimidad de la
conciencia o charlando con el pariente o la parienta.
Por lo demás, y
por lo que yo sé, ni siquiera en los departamentos de las universidades
norteamericanas se ha llegado a tal perversión. Las mayorías y las minorías
sobre la guerra que se nos viene encima pueden ser distintas de las que hay
aquí, pero se dice y se escribe lo que se piensa sobre la guerra igual que
aquí. Incluso firmamos juntos manifiestos que han salido de esos departamentos.
Lo cual está bien, pues de lo contrario, acabaría ocurriendo que en los
departamentos universitarios estaríamos abocados a formar humanistas sin decir
una palabra de la inhumanidad realmente existente; juristas sin preocupación
por el cumplimiento de las leyes internacionales; politólogos especializados en
el estudio profundo de las leyes que rigen entre los marcianos; y economistas
que no se enteran de la diferencia entre economía y crematística2 ni de la relación existente entre guerra y
petróleo.
Un esfuerzo,
pues, para acabar con ese concepto de política según el cual toda política es
mala menos la que hayo yo (y mis amigos),
PFB
Notas
- Referencia al himno universitario “Gaudeamus igitur”. https://www.youtube.com/watch?v=SfSocEiPYns
- Distinción atribuida a Aristóteles (Etica a Nicómaco, Política).
La economía sería una actividad natural orientada a la satisfacción de las
necesidades materiales de los seres humanos. Se asociaría a la
administración del hogar y al arte de vivir en forma virtuosa, y por lo
tanto preocupada por determinar las formas de proveerse de los valores de
uso necesarios para una buena vida. Aristóteles veía la economía volcada
en la búsqueda de un equilibrio, en la “justa proporción”, y como tal,
confinada a determinados límites éticos y estéticos de lo que configura el
bienvivir.
En la
crematística, distinguía dos tipos de actividades distintas: una que servía de
complemento a la economía en la medida en que permitía adquirir mediante el
comercio los bienes y servicios no producidos por la familia o por la ciudad
(nación), y otra, considerada moralmente inferior y antinatural, que buscaba
obtener un beneficio pecuniario; el arte de ganar dinero, de acumular riquezas.
Sin caer en anacronismos históricos, el capitalismo sería un ejemplo de este
último modo de producción, comercio y distribución.
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