Las élites del Norte
global tratan de amordazar las voces que defienden al pueblo palestino ante el
genocidio israelí. Influyen en los medios, y reprimen a los que se manifiestan.
Alemania y Estados Unidos están a la cabeza de la represión.
Hablar sobre Palestina
El Viejo Topo
6 mayo, 2024
LAS ÉLITES DEL
NORTE GLOBAL TIENEN DE HABLAR SOBRE PALESTINA
Las bombas
israelíes siguen cayendo sobre Gaza, asesinando civiles palestinos a mansalva.
Al Jazeera publicó un reportaje sobre la destrucción de 24
hospitales en Gaza, cada uno de ellos bombardeado sin piedad por el ejército
israelí. La mitad de las 35.000 personas asesinadas por Israel eran niños y
niñas, y sus cadáveres se acumulan en las saturadas morgues y mezquitas de
Gaza. El ex secretario general adjunto de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Andrew Gilmour, declaró a Newsnight de
la BBC que el pueblo palestino está sufriendo un “castigo
colectivo” y que lo que estamos viendo en Gaza es “probablemente la tasa de
asesinatos más alta de cualquier ejército, desde el genocidio ruandés de 1994”.
Mientras tanto, en la sección palestina de Cisjordania, Human Rights
Watch muestra que el ejército israelí ha
participado en el desplazamiento de palestinos de 20 comunidades y ha
desarraigado al menos siete comunidades desde octubre de 2023. Estos son hechos
probados.
Sin embargo,
estos hechos – según un memorando filtrado – no pueden ser
mencionados en el “periódico oficial” de los Estados Unidos, el New
York Times. Se pidió a los periodistas de este diario que evitaran los
términos “genocidio”, “limpieza étnica” y “territorio ocupado”. De hecho, en
los últimos seis meses, los periódicos y programas de televisión de los Estados
Unidos han escrito generalmente sobre la violencia genocida utilizando la voz
pasiva: cayeron bombas, murió gente. Incluso en las redes sociales, donde el
terreno suele estar menos controlado, el hacha cayó sobre frases clave; por
ejemplo, a pesar de su constante apología de la libertad de
expresión, Elon Musk dijo que términos como “descolonización”
y frases como “del río al mar” estarían
prohibidas en X.
Silencio en los
campus universitarios
En la
Universidad del Sur de California (USC), Asna Tabassum, una estadounidense de
origen sudasiático, iba a pronunciar un discurso en el campus ante 65.000
personas, como valedictorian de la promoción de 2024. Por estar involucrada en
las discusiones en torno a la guerra israelí contra los palestinos, Tabassum
fue blanco de activistas proisraelíes que afirmaron sentirse amenazados.
Basándose en este sentimiento de peligro (la universidad se negó a revelar su fuente) la USC
decidió cancelar su discurso. En una respuesta reflexiva, Tabassum –que se
especializó en ingeniería biomédica e historia (con una especialización en
resistencia al genocidio)– instó a sus compañeros y compañeras “a pensar con
originalidad, a trabajar por un mundo en el que los gritos de igualdad y
dignidad humana no se manipulen para convertirlos en expresiones de odio. Nos
retó a responder a la incomodidad ideológica con diálogo y aprendizaje, no con
fanatismo y censura”. Tabassum tiene 21 años. El preboste de la USC que canceló
su discurso, Andrew Guzman, tiene 56 años. Sus razones para anularla son menos
maduras que su llamado al diálogo.
Estudiantes
universitarios de todos los Estados Unidos han intentado desesperadamente
concientizar sobre lo que está ocurriendo en Gaza y han tratado de conseguir
que sus campus se desliguen de empresas con inversiones en Israel y en los
Territorios Palestinos Ocupados. Las primeras protestas fueron toleradas, pero
luego los políticos estadounidenses se involucraron con audiencias en el
Congreso y comentarios temerarios acerca de que
estos estudiantes estaban siendo financiados por chinos y rusos. Los
administradores universitarios, temerosos de sus donantes y de la presión
política, cedieron y comenzaron a censurar a los estudiantes de un extremo del
país (Universidad de Columbia) al otro (Pomona College). Los presidentes
universitarios invitaron a los departamentos de
policía locales a sus campus, les permitieron arrestar a los estudiantes y los
suspendieron de sus universidades. Pero el ambiente es innegable. Los
sindicatos estudiantiles de todo el país –desde Rutgers hasta Davis– votaron para obligar a sus
administraciones a desinvertir en Israel.
¿Qué es
repugnante?
El 12 de abril
de 2024, la policía de Berlín clausuró una conferencia sobre Palestina que
reunía a personas de toda Alemania para escuchar a diversos oradores, quienes
venían de otras partes de Europa y de Palestina. En el aeropuerto, la policía
detuvo y luego deportó al médico británico-palestino Ghassan Abu Sitta, que
había trabajado como voluntario en Gaza y había sido testigo directo de la guerra genocida.
El ex ministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis iba a pronunciar un discurso
en la conferencia. No sólo se le impidió dar ese discurso, sino que también se
le impuso un betätigungsverbot –o
prohibición de cualquier actividad política en Alemania (prohibición de entrada
en Alemania y prohibición de hacer un acto en línea). Esto, dijo Varoufakis, es esencialmente la
“sentencia de muerte de las perspectivas de la democracia en la República
Federal de Alemania”.
Unos días antes
de la conferencia de Berlín, la profesora Jodi Dean publicó un ensayo en el blog Verso titulado
“Palestina habla por todos”. El ensayo se basa en la simple, e inobjetable,
idea de que los pueblos oprimidos tienen derecho a luchar por su emancipación.
Esta es la base de la Declaración Internacional de los Derechos Humanos, también
citada con frecuencia por Varoufakis. Al día siguiente de la clausura de la
conferencia sobre Palestina en Berlín, el empleador de Jodi Dean, el presidente
Mark Gearan de Hobart and William Smith Colleges en los Estados Unidos, publicó
un comunicado en el que anunciaba que la
profesora Dean no podía impartir el resto de sus clases este semestre. Gearan
escribió que no sólo estaba en “completo desacuerdo” con Dean, sino que también
encontraba sus comentarios “repugnantes”. Es interesante que, desde octubre,
Gearan sólo haya hecho una declaración pública condenando a
Hamás, pero nada sobre la horrenda violencia genocida contra los palestinos.
¿Qué escribió
Jodi Dean que fuera tan “repugnante”? Gearan se centró en la palabra
“estimulante”, que Dean utilizó para describir su reacción ante los parapentes
que sobrepasaron la valla de ocupación israelí que rodea Gaza. En realidad,
Dean no celebró los atentados del 7 de octubre, sino que se limitó a utilizar
los parapentes como metáfora para considerar la política de esperanza y
liberación desde un punto de vista palestino (citando el último poema de Refaat
Alareer, asesinado por Israel el 6 de diciembre de 2023, con su meditación
sobre las cometas para resaltar la idea de elevarse por encima de la opresión).
Gearan no quería un diálogo sobre la ocupación ni sobre el genocidio. Al igual
que los directores y editores del New York Times, al igual que el
Gobierno alemán y al igual que otros presidentes de universidades
estadounidenses, Gearan quería restringir la conversación. El alegato de Tabassum
a favor del “diálogo y el aprendizaje” fue amordazado. Demasiado asustadas para
hablar realmente de Palestina, personas como Gearan prefieren “el fanatismo y
la censura”.
Fuente: Globetrotter