Los libertarios, los «buenos» y los marxistas
Rebelion / América
Latina y Caribe
05/04/2024
Fuentes: Rebelión
La doctrina
social católica, iniciada con la Encíclica Rerum Novarum (1891)
del Papa León XIII, tuvo notables avances a partir del Concilio Vaticano II
(1962) convocado por Juan XXIII y adquirió especial relevancia en América
Latina con la II Conferencia del Episcopado realizada en Medellín (1968) y el
desarrollo de la Teología de la Liberación. El capitalismo fue concebido como
sistema de pecado, al servicio de los ricos. En plena Guerra Fría, la iglesia
popular fue acusada de “comunista” y perseguida. Pero ha sido el Papa Francisco
quien ha provocado un nuevo avance doctrinario, atacando la explotación laboral
y al capitalismo depredador (https://t.ly/PW27N).
A diferencia de los Papas anteriores, el origen argentino de Francisco y su
vida (relatada en su reciente libro Vida. Mi historia a través de la
historia), le han permitido entender la inequidad social en América Latina
y sus realidades. En consecuencia, el Papa no es querido por las derechas
neoliberales de la región, por más que existan entre ellas quienes se reconocen
católicos. Les ha representado Javier Milei, antes de llegar a la presidencia
de Argentina (diciembre, 2023). Sentenció que el Papa era “comunista” y,
además, el «representante del maligno en la Tierra«. Pero como
Presidente, fue al Vaticano (febrero 2024) y abrazó al Papa, reconociéndole
como “la persona, la institución argentina más importante, es el líder de
los católicos en el mundo» (https://t.ly/tEw1P). El gesto puede aliviar tensiones
diplomáticas, pero no conceptos. Milei obsequió al Papa tres libros: La
Acción Humana de Ludwig von Mises (1881-1973), La fatal
arrogancia: los errores del socialismo de Friedrich Hayek (1899-1992)
y una obra sobre la teoría económica de Jesús Huerta de Soto, profesor de la
Universidad Rey Juan Carlos (https://t.ly/DEP1V).
Mises y Hayek eran, ante todo, fanáticos antimarxistas y anticomunistas
pertenecientes a la “escuela austríaca de economía”, cuyo eje es la “libertad”
privada y de los mercados, contra cualquier intervención del Estado. Hayek fue
confrontado por John M. Keynes (1983-1946). Huerta de Soto es un “libertario”
del Instituto Ludwig von Mises (https://t.ly/HiQgU). El mensaje de los libros parece ser
evidente: usted que es “comunista” lea a quienes son “libertarios”.
Milei ha aprovechado del Foro Económico Internacional de las Américas (2024)
para volver nuevamente a la carga: «Lamentablemente en Argentina, la
educación pública… ha hecho muchísimo daño lavando el cerebro de la gente”;
allí se promueve la lectura de autores «verdaderamente nefastos para la historia
de la humanidad, y en especial para Argentina”; “Si ustedes van a la
Universidad de Buenos Aires, a la Facultad de Ciencias Económicas y preguntan
quién es Ludwig von Mises, le van a decir que es el 9 de Holanda. Para otros,
es el mejor economista de todos los tiempos junto a Murray Newton Rothbard. Eso
si, al barbudo sí lo conocen, al barbudo alemán, a ese empobrecedor de Marx, sí
lo conocen”. Y en el discurso de apertura de sesiones ordinarias del
Congreso de la Nación, había expresado: «En los profesorados e institutos de
formación docente proliferan currículas educativas de izquierda, abiertamente
anticapitalistas y antiliberales, en un país en el cual lo que se necesita es
más capitalismo y más libertad» (https://t.ly/GUuFV). Pero el ataque no solo va por el lado de
las teorías, sino abiertamente contra los gobiernos de Brasil, Colombia, Cuba,
México o Venezuela, entendidos como la amenaza “roja” de América Latina.
Recientemente tildó de “ignorante” a Andrés Manuel López Obrador y calificó
como “asesino terrorista” y “comunista” a Gustavo Petro (https://t.ly/6SsJa).
Ninguno de los padres fundadores de la escuela austríaca conocía las realidades
de América Latina. Sus teorías fueron elaboradas considerando las economías de
los países capitalistas centrales donde, paradójicamente, tampoco se han
aplicado con la extensión deseada por los teóricos anti-Estado. Neoliberales y
libertarios desconocen la historia económica de la región y su combate al
marxismo se ha ampliado en contra de los derechos laborales, sociales y
ambientales, que consideran simples “beneficios públicos” y, por tanto, pueden
abolirse porque implican gastos estatales. Los cien días del gobierno de Milei
han servido para que Argentina experimente un cuadro social rumbo al desastre,
con directa afectación a las clases medias, trabajadores, jubilados,
desempleados y pobres. El ataque a los gobiernos “rojos” de la región se
incrusta en la geoestrategia continental americanista encabezada por Estados
Unidos, cuya finalidad es combatir a todo progresismo de izquierda y detener el
“avance” de China y Rusia.
En todo caso, la figura de Milei despierta interés mundial. En Italia se
publicó a fines del año pasado el libro de Leonardo Facco titulado Javier
Milei. Il primo presidente libertario. Storia, idee e programma del professore
prestato alla política, que destaca al economista que pocos años atrás era
desconocido por la comunidad internacional. En Ecuador, entre los fanáticos
seguidores de Hayek y ahora del libertarianismo, no hay economistas capaces de
lucir como Milei. Los “libertarios” que fueron incorporados al gobierno del
banquero Guillermo Lasso resultaron un fiasco. Y la promoción del capitalismo
neoliberal es mucho más modesta: el interés se centra en los equilibrios fiscales,
la supresión y evasión de impuestos, garantizar la salida de capitales fuera
del país y en paraísos fiscales, la privatización de los recursos públicos y la
rentabilidad a costa de precarizar la fuerza de trabajo. No existen propuestas
para el desarrollo con bienestar social, sino para el mantenimiento de una
economía sustentada en el sector primario-exportador, las rentas fáciles y el
capital financiero especulativo. El dominio político se compagina con la
subordinación al americanismo neomonroísta y al FMI.
Ecuador se ha vuelto un país comparable con lo que ocurre en Argentina, incluso
porque ambos forman dos polos de acción geoestratégica continental-militar
entre el Pacífico y el Atlántico. El gobierno de Daniel Noboa no podrá
encontrar el camino para enfrentar con eficacia al desate de la criminalidad y
la delincuencia porque le resulta imposible desembarazarse de los intereses de
la élite empresarial-oligárquica dominante. Ante las reacciones sociales que
empiezan a acumularse, redefine posiciones: es una lucha de los “buenos” contra
los que ha calificado como “antipatria”, “violentos”, “terroristas”,
“conchudos”, “atrasa-pueblos”, “tontos útiles” (https://t.ly/G4hi3). Al mismo tiempo se agudiza el conflicto
con la CONAIE, por la seguridad que se brinda a una compañía extranjera que
pretende operar en territorios indígenas (https://t.ly/IpmZI). En definitiva y parafraseando a Milei,
“la casta” sigue en pie.
Blog del
autor: Historia y Presente
www.historiaypresente.com
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