Ladrillos
mesopotámicos revelan antiguas variaciones del campo magnético de la Tierra
TERCERAINFORMACION /
20.12.2023
Una misteriosa anomalía y otros cambios en el campo magnético terrestre quedaron grabados en granos de óxido de hierro de antiguos ladrillos de Mesopotamia, que se han podido datar gracias a los nombres inscritos de Nabucodonosor II y otros reyes, según un nuevo estudio de «arqueomagnetismo».
Ladrillo del reinado de
Nabucodonosor II (604 a 562 a.C.), un objeto saqueado de su contexto original
antes de ser adquirido por el Museo Slemani (Irak). A la derecha, ilustración
del sistema de campos magnéticos de la Tierra. / Museo Slemani/NASA's Goddard
Space Flight Center
Investigadores de EE UU, Israel y Reino Unido
describen en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)
cómo los cambios en el campo magnético de la Tierra dejaron su
huella en los antiguos ladrillos de Mesopotamia, en el actual Irak.
El equipo espera que el uso de este «arqueomagnetismo»
mejore los conocimientos y dataciones tanto del propio campo magnético
terrestre como de algunos objetos arqueológicos que no se podían fechar hasta
ahora.
“Los ladrillos de barro cocidos y con
inscripciones de aquel periodo, entre los milenios III y I a .C proporcionan
una base excelente para comprender las condiciones del campo magnético porque
esos artefactos están bien datados gracias a sus inscripciones, que nombran a
reyes individualmente”, apunta a SINC el autor principal, el profesor Matthew
D. Howland, investigador de la Universidad Estatal de Wichita (EE UU).
El profesor explica que aquellos ladrillos de
barro o arcilla se fabricaban con una tecnología similar a la de los actuales:
con tierra y paja compactadas en un armazón de madera, antes
de ser secados al sol o cocidas en un horno. “Solo los ladrillos
cocidos pueden utilizarse para el análisis arqueomagnético”, subraya.
Como eran más caros, solo se empleaban en
palacios y templos, sobre todo en las zonas que necesitaban un alto nivel de
resistencia al tránsito peatonal o al agua. Los reyes inscribían sus nombres en
ellos como señal de su poder para construir esas edificaciones monumentales, y
como muestra de devoción a sus dioses.
Granos con óxido de hierro
Por su parte, el campo magnético de la Tierra se
debilita y refuerza con el tiempo, cambios que imprimen una firma distintiva en
los minerales calentados sensibles a este campo. El equipo analizó la firma
magnética latente en granos de óxido de hierro incrustados en 32
ladrillos de arcilla procedentes de yacimientos arqueológicos de toda
Mesopotamia. Para realizar las mediciones, el equipo astilló cuidadosamente
diminutos fragmentos de las caras rotas de las piezas y utilizó un
magnetómetro.
La fuerza del campo magnético del planeta quedó
impresa en estos minerales cuando los ladrilleros cocieron las piezas por
primera vez hace miles de años. Los nombres de los reyes inscritos y la
intensidad magnética medida en los granos de óxido de hierro permitieron crear
un mapa histórico de los cambios en la intensidad del campo magnético de
la Tierra.
Misteriosa perturbación en el campo magnético
Así pudieron confirmar una misteriosa
perturbación en el campo magnético terrestre ocurrida hace 3.000 años. Se
denomina “anomalía geomagnética de la Edad de Hierro levantina«, un
periodo en el que ese campo fue inusualmente intenso alrededor del actual Irak
entre 1050 y 550 a. C. por razones poco claras. Se han detectado indicios de
esta anomalía en lugares tan lejanos como China, Bulgaria y las Azores, pero
los datos sobre el sur de Oriente Próximo hasta ahora habían sido escasos.
Además, al cartografiar cambios en el campo
magnético de la Tierra a lo largo del tiempo, los arqueólogos disponen de
una nueva herramienta para ayudar a fechar mejor objetos
antiguos. Los reinados de los reyes duraban de años a décadas, y esta nueva
técnica ofrece una mejor resolución que la datación por radiocarbono, que solo
permite precisar la fecha de un artefacto con unos pocos cientos de años.
En palabras del coautor Mark Altaweel,
del University College de Londres: «A menudo dependemos de métodos de datación
como esas fechas de radiocarbono para hacernos una idea de la cronología en la
antigua Mesopotamia. Sin embargo, algunos de los restos culturales más comunes,
como los ladrillos y la cerámica, no se pueden datar fácilmente porque no
contienen materia orgánica. Este trabajo contribuye ahora a crear una
importante base de datación que permite a otros beneficiarse de la datación
absoluta mediante el arqueomagnetismo».
Por su parte, Howland añade: «Este estudio
sienta las bases para la futura datación arqueomagnética de objetos no inscritos
de Mesopotamia, como los tiestos de cerámica, que normalmente solo
pueden datarse por su tipología, un método de datación tosco e
impreciso. Así, por ejemplo, los investigadores descubrieron que su
técnica coincidía con una interpretación de los reinados de los reyes conocida
por los arqueólogos como «cronología baja».
El equipo también encontró en cinco de sus
muestras, tomadas durante el reinado de Nabucodonosor II, entre los
años 604 y 562 a.C., que el campo magnético de la Tierra parecía cambiar
drásticamente en un periodo de tiempo relativamente corto, lo que añade pruebas
a la hipótesis de que es posible que se produzcan picos rápidos de intensidad.
Según Lisa Tauxe, coautora del
Instituto Oceanográfico Scripps (EE UU): «El campo geomagnético es uno de
los fenómenos más enigmáticos de las ciencias de la Tierra.
Los restos arqueológicos bien datados de las ricas culturas mesopotámicas,
especialmente los ladrillos inscritos con nombres de reyes concretos, brindan
una oportunidad sin precedentes para estudiar los cambios en la
intensidad del campo en alta resolución temporal, rastreando cambios
ocurridos a lo largo de varias décadas o incluso menos».
«Nuestro estudio proporciona una base para la
datación absoluta de algunos de los sitios más importantes en la historia
del desarrollo del urbanismo y la complejidad social en la región de
Mesopotamia, una región increíblemente importante para entender nuestro
pasado», concluye Howland.
Referencia:
Matthew D. Howland et al. “Exploring Geomagnetic Variations in Ancient
Mesopotamia: Archaeomagnetic Study of Inscribed Bricks from the
3rd-1st Millennia BCE”. PNAS, 2023. Investigación financiada por la
Fundación Binacional para la Ciencia Estados Unidos-Israel.
Fuente: SINC
No hay comentarios:
Publicar un comentario