En esta conversación con Bárbara Navarrete, Secretaria
General de las Juventudes Comunistas de Chile, esboza un análisis de la
situación actual en Chile y de las dificultades que enfrenta su gobierno. Un
gobierno del que el Partido Comunista forma parte.
Entrevista a Bárbara Navarrete
El Viejo Topo
23 julio, 2023
Chile: Ninguna
constitución garantiza la transformación del país
“Pertenezco a un bloque etario totalmente interesado en tomarse el poder”,
afirma Bárbara Navarrete, la nueva Secretaria
General de las Juventudes Comunistas de Chile. Esta
generación alcanzó la mayoría de edad con ejemplos como Gabriel Boric,
Presidente de Chile, que sólo tiene 37 años, y Camila Vallejo, Jefa de Gabinete
de la Presidencia, que sólo tiene 35. Al estar constantemente en la palestra
pública y llegar incluso a las más altas esferas del Gobierno, “personas como
Boric y Camila” –dice con naturalidad Bárbara– “nos impulsan a involucrarnos, a
tomar partido”. Cincuenta años después del Golpe que asoló Chile, personas como
Navarrete oscilan entre la esperanza en un Gobierno dirigido por antiguos
líderes estudiantiles y la devastación por la derrota del primer proyecto de
nueva Constitución en el 2022, así como
el repunte de la derecha en cargos
claves del poder legislativo (incluida la Presidencia del
Senado).
La propia
historia personal de la joven dirigente es una muestra de lo que, en sus
palabras, son “los cruces de experiencias que golpean a estas nuevas
generaciones en su forma de hacer política”. Nacida pocos años después del fin
de la dictadura, con una familia que vivió directamente las consecuencias de
ésta y criada en una comuna periférica de la ciudad de Santiago, Barbara se
formó políticamente en las movilizaciones estudiantiles de
2011, mientras estudiaba en un emblemático colegio de
mujeres en la capital chilena. Las estudiantes tomaron el colegio durante nueve
meses, en rechazo al privativo sistema educacional chileno. En este contexto,
dos tendencias políticas predominaban en la escuela: el anarquismo y el
comunismo; Barbara optó por este último.
Durante su
tiempo en las protestas estudiantiles (escolares y universitarias), Barbara
dice que pudo ver claramente “la no-pertenencia institucional y sistémica” de
su generación. Crecieron después de la dictadura, pero rodeados de sus
instituciones (incluida la Constitución golpista de 1980). “Sentimos”, dice,
“un desapego de las leyes y la institucionalidad” así como una sensación de
“incomprensión y poca legitimidad de las instituciones actuales”. Esto se
tradujo, dice, en “una imperiosa necesidad de cambiarlo todo, pasando por la
Constitución”.
Los resultados no son azarosos
Redactar una
nueva constitución para Chile antes del 50 aniversario del golpe de 1973 habría
sido un gran logro. Pero el proyecto de constitución –elaborado con inmensos
aportes democráticos– fue derrotado en las
elecciones del 4 de septiembre de 2022. Tras esas elecciones, el Gobierno
convocó a un “comité de expertos” para elaborar un nuevo proyecto que debe ser
revisado y aprobado por 51 “consejeros constitucionales” (elegidos por votación directa el
7 de mayo de 2023). El Partido Republicano, de extrema derecha, obtuvo el 35,5% de los votos,
lo que le dio 23 consejeros (y poder absoluto de veto).
Para Barbara,
este resultado “no es una sorpresa ni un hecho aislado”. En la primera vuelta
de las elecciones presidenciales de 2021, el candidato del Partido Republicano,
José Antonio Kast, fue primera mayoría. “La derecha ha ido
instalando un relato de polarización” dijo, y sigue haciéndolo “a través de las
caricaturas que construye sobre el Gobierno y programa”. Como resultado de
esto, una parte importante de Chile, dice, “se siente más representado por las
posiciones de la derecha reaccionaria”.
El segundo
partido más votado en las elecciones de mayo fue el Partido Comunista de Chile,
que junto con el pacto Unidad por Chile– obtuvo el 28,6% de los votos.
“No es el escenario óptimo”, dice Barbara, pero “no es un proceso cerrado.
Somos minoría, pero se puede seguir disputando”.
Ninguna Constitución garantiza el cambio
“El ejercicio
democrático que se está haciendo con respecto a la constitución actual es, en
sí mismo, mejor a como fue diseñada la que tenemos actualmente”. Afirma la
dirigenta, e insiste en que a pesar de que el cambio constitucional es
importante en el camino de un cambio social en Chile, esta no es la única ruta.
“Si se hubiese aprobado la primera propuesta de Constitución, las condiciones
materiales e institucionales para un cambio podrían ser mejores”, dice
Navarrete, “pero eso, en sí mismo, tampoco nos garantizaba la transformación
del país”.
Desde su punto
de vista, los resultados de septiembre reflejan un profundo desencuentro o
desconexión entre lo que estaba sucediendo en la convención [constitucional] y
lo que los partidos de izquierda más institucionalizados estaban pensando y
buscando proponerle al país. Esta “desconexión” está vinculada al desarrollo
propio del estallido social y lo que configuró como fuerzas políticas.
“Terminamos convenciéndonos a nosotros mismos”, dice Navarrete, “un error que
nos costó una elección”, concluye. Hay que cerrar la brecha entre los partidos
políticos y los movimientos sociales, ya que son éstos, dice, “son el principal
motor de cualquier transformación del país”.
Contra el negacionismo
El Partido
Comunista de Chile tiene 111 años. Forma parte del gobierno de Boric. Es la
cuarta vez que el Partido está en el gobierno, una de estas, en el Gobierno de
la Unidad Popular del Presidente Salvador Allende (1970-73). A 50 años del
golpe de Estado, Navarrete señala que durante las conmemoraciones no es
importante solamente la reflexión en cuanto a la memoria, sino que es también
el momento preciso para robustecer los compromisos del Estado con respecto a la
reparación, la justicia y la no repetición.
La situación en
Chile es “de una importante fragilidad” dice, porque se está “robusteciendo el
negacionismo”. Las leyes contra el negacionismo han sido rechazadas por el Parlamento chileno. “No
podemos permitir que avancen y se consoliden esos discursos”, dice Navarrete.
“Siendo Gobierno, tenemos una profunda responsabilidad por no romantizar la
memoria o la democracia en sí misma, sino ponerlas en valor como las mejores
condiciones para desarrollar la política y hacer los cambios que se requieren
para las y los más necesitados”.
El 28 de mayo,
Luis Silva, uno de los consejeros constitucionales electos, miembro del Partido
Republicano, declaró durante una entrevista a Icare
TV que en este momento histórico “debe hacerse una lectura un
poco más ponderada” del gobierno de Augusto Pinochet. “Fue un hombre que supo
conducir el Estado”.
Sobre estas
declaraciones, la joven dirigente comunista alega que “la derecha cree que
fundados en la libertad de expresión todas las opiniones son igualmente válidas
y eso no tiene cabida. No tiene justificación un genocidio del que fuimos
victimas como país y miles de familias. Hay gente que sigue buscando a sus
seres queridos”.
Fuente: Globetrotter.
No hay comentarios:
Publicar un comentario