¿Cuál es la oscura estrategia de Alemania en la guerra
de Ucrania?
El Viejo Topo
20 julio, 2023
La hipótesis de que el eje anglosajón es fundamental para la guerra en Ucrania contra Rusia es solo parcialmente cierta. Alemania es en realidad el segundo mayor proveedor de armas de Ucrania, después de Estados Unidos. El canciller Olaf Scholz acaba de prometer en la Cumbre de la OTAN , en Vilnius, un nuevo paquete de armas por valor de 700 millones de euros, que incluye tanques adicionales, municiones y sistemas de defensa aérea Patriot, poniendo a Berlín, como dijo, a la vanguardia del apoyo militar a Ucrania.
El ministro de
Defensa alemán, Boris Pistorius, enfatizó: «Al hacer esto, estamos haciendo una
contribución significativa para fortalecer el poder de permanencia de
Ucrania». Sin embargo, la pantomima que desarrollan los alemanes puede
tener múltiples motivos.
Fundamentalmente,
la motivación de Alemania se remonta a la aplastante derrota propinada por el
Ejército Rojo y tiene poco que ver con los ucranianos. La crisis de
Ucrania ha proporcionado el contexto para acelerar la militarización de
Alemania. Mientras tanto, los sentimientos revanchistas asoman la cabeza y
existe un «consenso bipartidista» entre los principales partidos de Alemania
(CDU, SPD y el Partido Verde) a este respecto.
En una entrevista el
fin de semana, el principal experto en asuntos exteriores y de defensa de la
CDU, Roderich Kiesewetter (un ex coronel que dirigió la Asociación de
Reservistas de la Bundeswehr de 2011 a 2016) sugirió que si las condiciones lo
justifican, por la situación de Ucrania, la OTAN debería “cortar Kaliningrado
de las líneas de suministro rusas. Así veremos cómo reacciona Putin cuando
está bajo presión”, agregó. Berlín todavía sufre por la rendición de la antigua
ciudad prusiana de Königsberg en abril de 1945.
En ese año
Stalin ordenó a 1,5 millones de soldados soviéticos, apoyados por varios miles
de tanques y aviones, atacaran a las divisiones Panzer nazis atrincheradas en
la ciudad de Königsberg. La captura de la fortaleza de Königsberg por
el ejército soviético se celebró en Moscú con una salva de artillería de 324
cañones que dispararon 24 proyectiles cada uno.
Evidentemente,
los comentarios de Kiesewetter muestran que nada se olvida ni se perdona en
Berlín, incluso después de 8 décadas. Así, Alemania es el aliado más
cercano de Biden en la guerra contra Rusia. Ahora, el gobierno alemán ha
declarado que entiende la controvertida decisión de Biden de suministrar
municiones en racimo a Ucrania. El portavoz del gobierno comentó en Berlín:
“Estamos seguros que nuestros amigos estadounidenses no tomaron la decisión a
la ligera al entregar este tipo de municiones”.
El presidente
Frank-Walter Steinmeier comentó: “En la situación actual, uno no debe obstruir
a los EEUU.”. De hecho, la figura principal de la CDU, Kiesewetter,
sugirió en una entrevista con el diario «Taz” del Partido Verde, que “no solo
se le debe dar a Ucrania «garantías y, si es necesario asistencia nuclear, como
un paso intermedio para la membresía en la OTAN».
Coincidiendo
con la cumbre de la OTAN en Vilnius, Rheinmetal, la gran empresa alemana de
fabricación de armas de 135 años, ha revelado que abrirá una planta de
vehículos blindados en el oeste de Ucrania en un lugar no revelado. Para
empezar, construirán y repararán vehículos blindados de transporte de tropas
“Fuchs” mientras se ponen en marcha un programa para fabricar tanques ,
municiones y sistemas de defensa aérea.
El director ejecutivo de
Rheinmetall le dijo a CNN que, al igual que otras fábricas de
armas ucranianas, la nueva planta podría protegerse de los ataques aéreos
rusos. Alemania ha más que duplicado la asignación de 2.000 millones de
euros para mejorar las fuerzas armadas de Ucrania. Ahora suma alrededor de
€ 5,4 mil millones con planes adicionales para aumentar a € 10,5 mil millones.
¿Este frenesí
armamentista es por Rusia? Alemania no ignora que Ucrania no tiene ninguna
posibilidad de derrotar militarmente a Rusia. Alemania está jugando otro
juego, un juego más largo donde no es Rusia sino Polonia su adversario.
Desde que el
ejército zarista avanzó hacia Galicia en 1914, Rusia ha tenido una historia
difícil con los nacionalistas ucranianos. En la guerra actual Rusia no
quiere que el conflicto se extienda al oeste de Ucrania. Y si los rusos llegan
a dar ese paso será por un imperativo de seguridad.
La victoria soviética en Ucrania en octubre de 1944, la ocupación del este de Europa por parte del Ejército Rojo y la diplomacia aliada dieron como resultado un nuevo trazado en las fronteras occidentales de Polonia con Alemania y de Ucrania con Polonia. En pocas palabras, con la compensación de los territorios alemanes en el oeste, Polonia cedió Volhynia y Galicia en el oeste de Ucrania; un intercambio de población que creó, por primera vez en siglos, una clara frontera étnica polaco-ucraniana.
Una herencia de la Segunda Guerra Mundial
Esta entre los
cálculos de los estrategas que la guerra en Ucrania cambie radicalmente los
límites territoriales de Ucrania en el este y el sur. Posiblemente,
también pueda reabrir el acuerdo posterior a la Segunda Guerra Mundial con
respecto al oeste de Ucrania. Rusia ha advertido repetidamente que Polonia
tiene como objetivo revertir la cesión de Volhynia y Galicia en el oeste de
Ucrania. Semejante giro de los acontecimientos traerá sin duda a primer
plano la cuestión de los territorios alemanes que forman parte de Polonia en la
actualidad.
Tal vez fue en
previsión de la turbulencia que se avecinaba que en octubre pasado, ocho meses
después que comenzara la intervención rusa, Varsovia exigió a Berlín reparaciones por
la Segunda Guerra Mundial, un problema que, según Alemania, se
resolvió en 1990, por una suma de 1,3 billones de euros.
En la Conferencia de Potsdam (1945),
los “antiguos territorios del este de Alemania” –que comprenden casi una cuarta
parte de la ex- República de Weimar– fueron cedidos en su mayoría a
Polonia. El resto, ubicado en el norte de Prusia Oriental, incluida la
ciudad alemana de Königsberg (rebautizada como Kaliningrado), se asignó a la
Unión Soviética.
No hay que
equivocarse sobre la importancia que tiene para la cultura y la política
alemana su frontera oriental. De hecho, siempre hay algo muy volátil en la
actitud de esta “Gran Potencia discapacitada”. Cuando aparecen nuevas
circunstancias políticas, económicas e históricas las nueva realidad impulsa a
quienes detentan el poder a recuperar paulatinamente los discursos revanchistas
e imperialistas. Estos existen de manera silenciosa debajo de la superficie
desde hace mucho tiempo en Alemania. Hoy mediante cuidados esfuerzos los
diplomáticos alemanes empiezan a sondear que pasaría con una nueva expansión de
su país.
En
retrospectiva, el papel de Alemania —en particular, el del entonces ministro de
Relaciones Exteriores y actual presidente Steinmeier— para alinear a Alemania
con los elementos neonazis durante el cambio de régimen en Kiev (2014) y la
subsiguiente perfidia alemana en la implementación del Acuerdo de Minsk
(«Steinmeier fórmula”), no debe olvidarse (hasta lo admitió la
excanciller Angela Merkel).
Baste decir
que, mientras Rusia está ganando la guerra, la principal preocupación de la
política exterior alemana se expresa en la necesidad de redefinir lo que era
parte de Alemania. Por lo tanto, la guerra en Ucrania es solo el medio
para un fin que la opinión pública desconoce.
Armamentismo alemán
Informes recientes sugieren
que Berlín puede estar avanzando para satisfacer la demanda de Ucrania de misiles
de crucero Taurus con un alcance superior a 500 km y una «cabeza de guerra
multiefecto» . Supuestamente única arma que puede cambiar las reglas del juego
en el campo de batalla y crear los requisitos previos para la victoria.
Del mismo modo,
los soldados alemanes son aproximadamente la mitad del grupo de batalla de la
OTAN que ya está presente en Lituania. El ministro de Defensa, Boris
Pistorius, dijo hace dos semanas que
Alemania está preparando la infraestructura para establecer una base permanente
de 4.000 soldados («una brigada robusta») en Lituania para tener capacidad
militar en el flanco oriental. La decisión cuenta con el apoyo tanto de la
coalición gobernante como del principal partido de la oposición.
El experto en
política exterior de la CDU y miembro del Bundestag, Kiesewetter, calificó la
idea de establecer una base alemana en el Báltico como una “decisión
razonable”. Y no hay que olvidar que, históricamente hablando, ha habido intentos
anteriores de crear un dominio alemán en los Estados del Báltico (Estonia,
Letonia , Lituania); esta pretensión está basada en los reclamos de los colonos
alemanes que se habrían asentado en esos territorios en los siglos XII y XIII.
Fuente: Obsevatorio de la crisis.
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