El ataque a la presa de Kajovka coincide con el guión occidental de “tierra
quemada” para Ucrania
DIARIO OCTUBRE / junio 9, 2023
El 6 de junio se desencadenó una gran catástrofe en el
río Dniéper, con miles de residentes desplazados tras la destrucción de la
presa de la central hidroeléctrica de Kajovka y el desbordamiento del agua
tierra adentro, inundando poblaciones enteras, bosques y granjas. Analistas
comentaron a Sputnik a quién beneficia esta situación.
Las consecuencias de la destrucción de la presa hidroeléctrica de Kajovka - Sputnik Mundo, 1920, 08.06.2023 © Sputnik / Dmitry Makeev
Las repercusiones del colapso del 6 de junio de la presa de Kajovka siguen aumentando y el Kremlin califica el incidente de “acto bárbaro” ordenado “por sugerencia de los conservadores occidentales [de Kiev]”, así como considera una calamidad que ha desencadenado un “desastre medioambiental y humano a gran escala”.
Una empresa
privada estadounidense que trabaja con imágenes de la Tierra publicó fotos por
satélite del antes y el después en la zona, donde se muestran las consecuencias
de la inundación, con gran parte de la ciudad de Nóvaya Kajovka, en la región
rusa de Jersón, completamente sumergida en el agua, junto con otros
asentamientos tanto en la orilla rusa como en la ucraniana del río.
Un satélite de
la Agencia Espacial Europea que siguió el nivel de las aguas los días 5, 6 y 7
de junio mostró la magnitud de la crecida en toda la región durante esos tres
días.
Funcionarios
ucranianos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) culparon
a Moscú del desastre, calificándolo de “catástrofe ecológica”.
Rusia, que ha
sufrido una parte igual de las consecuencias directas de la inundación, además
de las perspectivas de pérdida de agua en el Canal del Norte de Crimea y de
agua de refrigeración para la central nuclear de Zaporozhie, rechazó las
acusaciones, señalando que Kiev estuvo atacando la central hidroeléctrica de
Kajovka y sus alrededores durante más de un año antes de su colapso.
“Táctica de la
tierra quemada”
El desastre de
la presa de Kajovka es otro ejemplo de la absoluta indiferencia del régimen de
Kiev por las bajas y la destrucción en la actual guerra por poderes entre la
OTAN y Rusia en Ucrania, afirmó el destacado observador militar ruso Alexéi
Leonkov.
“Cuando no hay
victorias impresionantes en el campo de batalla, pero se necesita elevar el
grado de demonización de Rusia, se puede ir realmente a por todas. Al régimen
de Kiev y a quienes lo controlan no les importa en absoluto lo que le ocurra a
Ucrania en el futuro, o hablando con más precisión, a su pueblo. Quieren dejar
a Rusia un territorio de acuerdo con la táctica de la tierra quemada:
destrucción, una población amargada, preferiblemente con contaminación
medioambiental, residuos radiactivos o quizás [la lluvia radioactiva de] armas
biológicas”, comentó.
El analista
está convencido de que el Ejército y el Gobierno de Ucrania carecen de
independencia real y llevan a cabo la política de las potencias occidentales
que pagan las facturas. En sus palabras, a los patrones de Kiev “no les
interesan las tierras de Ucrania ni la gente que vive en ellas”.
“No les importa
cuánta gente morirá, cuántas ciudades y pueblos quedarán destruidos, a cuántos
desastres medioambientales y otras calamidades se enfrentarán. Les importa un
bledo”, cree Leonkov.
Para Rusia,
estos mismos territorios son una especie de “santuario”, agregó.
“Estas tierras fueron colonizadas y desarrolladas por nuestros antepasados.
Luchamos por
estas tierras en dos guerras mundiales. No somos indiferentes a estos territorios
ni a las personas que viven en ellos. Por eso intentamos llevar a cabo una
operación militar, no una guerra total que destruya todo y a todos.
Nuestro
enemigo, y esto está claro, está formado por [30 países], todos ellos miembros
del bloque de la OTAN. Este adversario (…) ya declaró que [se esforzará por]
realizar sus objetivos ‘hasta el último ucraniano'”.
Relación con el
estancamiento de la contraofensiva
Leonkov considera que el ataque a la presa de Kajovka está directamente relacionado con el fracaso de la tan esperada contraofensiva ucraniana, ya que la inundación de la región dio al Ejército de ese país la oportunidad de retirar tropas de la dirección de Jersón, sabiendo que las fuerzas rusas no tendrán oportunidad de avanzar.
Las consecuencias de la destrucción de la presa hidroeléctrica de Kajovka |
© Sputnik / Dmitri Makeev / Acceder al contenido multimedia.
“Creo que ahora tendrán la oportunidad de reunir una fuerza mucho más significativa e
intentar abrirse paso en una zona determinada. Eso teniendo en cuenta el hecho de que se enfrentan a graves limitaciones en las fuerzas y medios disponibles tras el trabajo de nuestra aviación en sus zonas de retaguardia durante todo el mes de mayo, que destruyó hasta el 40% del equipo que se estaba preparando para la contraofensiva, y el 60% de su munición”, enfatizó el experto.
Ahora,
prosiguió, es obvio que este equipo y munición ya no están disponibles, y no
aparecerán a corto plazo.
“Pero también
están las fuerzas que pueden retirarse de una parte del frente. Ahora Jersón se
convirtió en la zona más adecuada para hacerlo, convirtiéndose en una barrera
de agua. Mientras continúen las inundaciones, nadie asaltará esta barrera”,
precisó.
El jefe de la
Oficina de Análisis Político y Militar, un grupo de expertos militares rusos,
Alexandr Mijáilov, se hizo eco de la opinión de Leonkov, afirmando a Sputnik
que la inundación dará a Kiev una ventana de dos a tres semanas, en el curso de
la cual pueden retirar tropas del frente de Jersón.
“Se trata de
otra etiqueta que colgar a nuestro país, ‘una vez más contra la comisión de
algún tipo de crimen contra la humanidad’, una oportunidad para acusarnos de
volar la presa, inundar esos territorios y poner en peligro a miles de civiles
que viven allí. Desde el año pasado era bastante previsible que un escenario
así se materializara”, destacó, señalando las advertencias rusas en las
Naciones Unidas sobre la presa de Kajovka del pasado octubre.
¿Quién se
beneficia?
“Cuando se
producen ciertos acontecimientos a lo largo de la línea de contacto, siempre es
necesario buscar a quién benefician. Está claro que la voladura de la [presa]
de Kajovka no nos benefició [a las tropas rusas]. Incluso cuando abandonamos la
cabeza de puente de Jersón, solo destruimos el paso elevado que permitía
utilizar la estación como una especie de arteria de transporte”, resaltó
Leonkov.
“Lo destruimos
de tal manera que resultó imposible reconstruirlo desde el lado ucraniano. Al
mismo tiempo, no tocamos la presa, conscientes de las consecuencias. Porque el
Canal de Crimea del Norte, que alimenta a Crimea, también toma agua del embalse
de Kajovka. Así, bajando su nivel, la crecida del Dniéper no nos beneficia en
absoluto”, abundó.
Pero para EEUU
y sus aliados, que siguen perdiendo terreno en el tribunal de la opinión
mundial, la destrucción de la presa de Kajovka —y el ataque de sabotaje del 5
de junio contra el oleoducto de amoníaco Toliatti-Odesa, en Járkov— sirven como
poderosos “argumentos que pueden usar para manipular a la comunidad mundial”,
al tiempo que alivian la presión en casa, mientras la opinión pública se
pregunta a dónde han ido a parar los 200.000 millones de dólares enviados a
Kiev desde febrero de 2022, resumió el observador.
FUENTE: sputniknews.lat
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