Hay una canción que dice
que a Cuba no la para ni Dios. No sabemos qué opina Dios al respecto, pero está
claro que Estados Unidos no ha conseguido pararla, por mucho bloqueo que
imponga.
Jóvenes de EE.UU. viajan a Cuba y rompen el cerco
Manolo De Los Santos, Kate Gonzales
El Viejo Topo
11 mayo, 2023
Es una calurosa
y concurrida mañana de martes en el Centro Cultural Yoruba, de La Habana, y el
aire se pega a la piel. Se oye el revoloteo de los papeles cuando la gente se
abanica, y un apagón inesperado apaga el equipo de sonido con un parpadeo de
las luces. En este contexto, 150 jóvenes activistas de los Estados Unidos se
sientan hombro a hombro, escuchando atentamente a dos líderes del movimiento
cultural en Cuba. Hacen cola a lo largo de la sala con la esperanza de poder
formular su pregunta –sobre el cambio climático, la vivienda, la lucha contra
el racismo, la esperanza en el futuro– antes de que se acabe el tiempo.
Esta energía
impregna e impulsa a la Brigada Primero de Mayo de 2023: un agudo sentido de la
curiosidad afinado por la responsabilidad de esta empresa histórica. La
Asamblea Internacional de los Pueblos invitó a jóvenes activistas de base de
toda la diversidad de luchas de los Estados Unidos a participar en un
intercambio crucial en Cuba, una experiencia de la que ellos y su generación se
vieron privados por el bloqueo de 60 años. Esta brigada, el mayor grupo que
viaja en décadas, es una interrupción en los interminables intentos de los
Estados Unidos por silenciar y estrangular los éxitos del proyecto socialista
cubano. Como dijo en el panel de la mañana Zuleica Romay, directora del
programa de Estudios Afroamericanos de Casa de las Américas: “Cuba también es
víctima de sus propios éxitos”.
Y, sin embargo,
estos éxitos son contagiosos y ganados a pulso. En su primer día, los jóvenes
se entrevistaron con líderes locales, movilizados en las mismas áreas de lucha
que ellos en su territorio. Las organizaciones de inquilinos se informaron
sobre la situación de la vivienda, ya que más del 80% de los cubanos son
propietarios (el resto está en vías de serlo), pero también sobre la dificultad
de construir lo suficiente para una población creciente agobiada por el bloqueo.
Los líderes negros preguntaron por los esfuerzos contra el racismo después de
que 500 años de colonialismo sembraran la semilla de la segregación y la
violencia en la isla. Quienes luchan por la liberación queer en los Estados
Unidos conocieron el histórico Código de las Familias, aprobado y editado por
seis millones de cubanos que propusieron cientos de miles de cambios. El
innovador código abarca todas las cuestiones de la unidad familiar, desde el
matrimonio entre personas del mismo sexo hasta el cuidado de ancianos, pasando
por la maternidad subrogada y las estructuras familiares no normativas. Abel
Prieto, presidente de Casa de las Américas, nos dijo: “Hay algo que el Gobierno
de EE.UU. nunca ha entendido y es que algo se plantó aquí en Cuba, este principio
de justicia social, de democracia popular, de igualdad, de participación del
pueblo en el proceso político. Y esto no se ha debilitado”. Mientras tanto,
estos jóvenes activistas explican repetidamente el actual retroceso de los
derechos de las personas trans en Florida, a medida que el Estado aprueba una
amplia prohibición de la atención a las personas trans (una prohibición que
llega incluso a despojar de sus derechos parentales a quienes apoyan a sus
hijos trans). Muchos de los presentes asienten con la cabeza.
Sin embargo, a
estos jóvenes activistas no se les escapa que han llegado a Cuba en un momento
de profunda crisis económica. Mientras admiran los famosos coches cubanos de
los años 50 rodando por La Habana Vieja, saben lo preciado que es el combustible
en este preciso momento, impedido por el bloqueo. Biden no da señales de
levantar las sanciones, ni de sacar al país de la lista de Estados
patrocinadores del terrorismo que le impide acceder al sistema financiero
mundial. Es este sistema de medidas coercitivas unilaterales el que hace casi
imposible que los jóvenes sean testigos de los logros de un proceso socialista.
Es la política exterior de los Estados Unidos en su forma más irracional y más
mortífera, mientras continúa su asedio a Cuba. Nunca ha sido más urgente
levantar el bloqueo, por la supervivencia del pueblo cubano y por el futuro de
los Estados Unidos. Estos jóvenes activistas están luchando por un mundo mejor,
y este primer día es sólo un atisbo de un futuro con relaciones normales entre
los Estados Unidos y esta isla a sólo 90 millas de distancia.
Este artículo fue producido para Globetrotter.
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