El agua en contra del capital
KAOSENLARED
17 de mayo de 2023 / Por
Muchas de las poblaciones
más pobres del mundo ya están privadas de agua hasta el punto de morir, pero
esta epidemia pronto nos alcanzará en esta zona pedestre del Capitalismo y nos
privará de nuestro elemento vital constitutivo, incluso si eso significa morir
de ella misma.
Por Floreal M. Romero para
Kaosenlared
Nacido en un pueblo de los
Alpes franceses, desde muy pequeño veia correr el agua en abundancia, cantando
alegremente en los numerosos ríos y arroyos de las laderas de estas verdes
montañas. En este pueblo, como en todos los de esta región, se encontraban
muchas fuentes de piedra (bachal) con un buen caudal que no paraba nunca y
donde, en verano, íbamos a beber al pasar y los rebaños de vacas se reunían
para saciar su sed antes de ir al campo y a la vuelta. Era allí donde, a falta
de máquina, mi madre lavaba las sábanas con esa agua clara y fría. Yo la
ayudaba a enjuagar y a llevar la colada con una carretilla. Recuerdo que mi padre,
oriundo de Extremadura, les decía a los aldeanos lo afortunados que eran por
tener un agua tan buena y abundante. Tal vez ellos no lo entendieran bien, pero
yo tenía unos doce años cuando sufrí mi primer choque emocional ecológico. Por
primera vez vi una tienda que vendía agua. Me disgustó y entristeció mucho ver
agua capturada en una botella de plástico para ser vendida. Agua que, para mí,
pertenecía a la vida, tanto a los humanos como a los animales y las plantas.
Tuve un flash: un día, el aire nos será vendido.
Contrariamente a la opinión
popular, los sentimientos y la intuición, sobre todo cuando proceden de un
niño, no deben oponerse a la razón. Esto me fue confirmado recientemente:
En el mundo del libre
mercado, la propiedad privada y la “democracia”, todo se vende sin tener en
cuenta el bien común. Sólo cuentan el beneficio, la ganancia, la utilidad, el
dinero y el poder. Y como vivimos en una sociedad dominada por el Capital, todo
tiene un precio y todo se compra, y ahora incluso el agua, que ha empezado a
negociarse en Wall Street, en futuros sobre el agua en California, Estados
Unidosi.
I- ¡Viva el agua, viva la
vida!
1) Nuestra madre tierra y
su placenta: el agua
Nos olvidamos a
menudo que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son una misma cosa, como
nos lo recordaba Cousteau. Unos siglos antes, Leonardo da Vinci también definió
el agua como la fuerza motriz de toda la naturaleza. Sin
embargo, nuestra modernidad acelerada no sólo niega la historia sino que,
huérfana de toda cosmogonía, le da la espalda a los orígenes de la humanidad.
Sin embargo, evocar nuestros orígenes es comprender la vida, comprendernos como
terrícolas. Recordar la aparición de la vida en la Tierra, la evolución de la
biodiversidad marina, es celebrar su nacimiento, hace más de cuatro mil
millones de años, en las cálidas profundidades marinas, cuando los océanos se
extendían por todo el planeta.
2) El alma de nuestro ser
biológico
La bebida más peligrosa es
el agua, te mata si no la bebes, bromeaba el escritor,
dibujante y humorista catalán El Perich. Si el planeta azul es efectivamente un
72% de aguaii,
nosotros lo somos casi tanto: un 65% en un ser humano adulto y un 75% en un
bebé.
II- El agua que para todo
sirve
El agua sucia no se puede
lavar (proverbio africano)
1) El agua codiciada
A partir de ahora, ya no
podemos negar la crisis climática que nos golpea con fuerza y de la que Murray
Bookchin ya nos advertía en los años 60 y 70. Se trata de una crisis
multiforme, en bucle, con efectos ambientales múltiples, imprevisibles e
incalculables que se están activando retroactivamente con un efecto de bola de
nieve: aumento de las temperaturas, artificialización de los suelos del orden
de 50.000 hectáreas al año sólo en Francia (España le sigue de cerca),
perturbación de los ciclos pluviales, sequías, incendios gigantescos,
degradación de los ecosistemas, reducción de la biodiversidad… Estos fenómenos
conducen a su vez a una disminución de la fotosíntesis, a una menor captación
de CO2 y, contra todo pronóstico, a pesar del aumento general de la
temperatura, a una menor evaporacióniii,
lo que conduce a una pluviosidad cada vez menor y, por tanto, a un aumento de
la sequía y así sucesivamente. .. En consecuencia, la situación de nuestras
sociedades, surgidas de esta primera naturaleza, se ve profundamente afectada
de manera muy desigual, es cierto, incluso si, en nuestra casa en
llamas, la mayoría de los ciudadanos miran por la ventanaiv,
como se ven obligados a hacer por el bombo publicitario desde las marcas de
ropa hasta el ridículo espectáculo de las pugnas electorales.
Son estos mismos medios
quienes nos ofrecen la catástrofe como un reality show, una ecología del
espectáculo, de la teatralidad y de la performance en la que
se lucen las élites políticas, culturales y económicas desempeñando el papel de
salvadores. El objetivo es aturdirnos, tranquilizarnos y sobre todo, impedir
que actuemos. Así es como la inmensa mayoría se encuentra cada vez más inhibida
e indefensa. A pesar de todos sus informes científicos (IPCC) y de las Cumbres
de la Tierra, organizadas a bombo y platillo desde 1972, nada va en la buena
dirección, sino todo lo contrario. La expansión contínua de las industrias,
energética, digital, agrícola y la continua expansión de las megaciudades,
además de provocar la escasez de precipitaciones, necesita acelerar la
producción de energía. El extractivismo resultante conduce a una demanda cada
vez mayor de agua y su contaminación es prácticamente irreversible.
Así, este elemento central
de la vida es cada vez más escaso y menos seguro, poniendo en peligro nuestra constitución
biológica, su contenido en agua del 70%, pero también la salud y el
abastecimiento de sus células a través de los alimentos. En nuestra sociedad
capitalista, conflictiva por naturaleza, esta situación no puede sino agudizar
la codicia y las tensiones en torno a este bien común que está en proceso de
sernos robado y convertido subrepticiamente en un bien privado, y objeto de
especulación del mismo modo que cualquier materia prima minera o energéticav.
Si el capitalismo nació
efectivamente de la mayor violencia, hijo del tumultuoso matrimonio de la
colonización, el cercamiento y desalojo de las comunidades campesinas en
Inglaterra en el siglo XVI, al despojarnos de nuestros medios de producción, en
primer lugar la tierra, todo hace pensar que después de haber subsumido a la
sociedad, la despojará de su agua. Muchas de las poblaciones más pobres del
mundo ya están privadas de agua hasta el punto de morirvi ,
pero esta epidemia pronto nos alcanzará en esta zona pedestre del Capitalismo y
nos privará de nuestro elemento vital constitutivo, incluso si eso significa
morir de ella misma.
2) El negocio que riega las
venas del Capital
En opinión de la mayoría de
los inconformistas y anticapitalistas, son los industriales de todo tipo los
que provocan y se benefician de estas catástrofes. Por supuesto que lo son como
parte de la mayor complejidad del fenómeno de la valorización del valor, pero
esta se nutre cada vez más de la especulación, en promesas de rentabilidad
imposibles de cumplir. Asistimos a otro fenómeno de bucles de causas y efectos
que se retroalimentan y precipitan al sujeto autómata del capitalismo (Marx)
directamente al vacío sideral.
III- En el corazón del
Capital: la energía
Ya en los años 70, los
directivos de las empresas petroleras y mineras (capitalismo fósil) conocían
los efectos perversos de sus actividades. Suministraban un combustible que
todavía hoy es indispensable para las industrias que generan mercancías para el
mercado mundial. Pero para atajar las críticas ecologistas durante esa edad de
oro de la abundancia y en previsión de la disminución progresiva del volumen de
sus extracciones, y por tanto de sus beneficios, muchos empresarios y
accionistas dan la alerta del cambio climáticovii.
Detrás de esta aparente toma de conciencia, se trata en realidad de poner en
marcha un nuevo modo de producción de energía, complementario del primero.
Tanto más cuanto que, según un informe de The Shift Projectviii,
los dieciséis países productores de petróleo que abastecen a la Unión Europea
experimentarán un fuerte descenso de su producción a partir de 2030. En cuanto
el petróleo desaparezca de la ecuación, se paralizará el transporte internacional
y, por tanto, el sistema económico mundial. Lo mismo ocurrirá con toda la
ingeniería pesada indispensable para la producción industrial y la
agroindustria.
Por tanto, la consigna es
la energía limpia, la energía renovable, y se está poniendo en práctica a
través del Green New Deal. Al igual que en el
anterior New Deal, la idea debe ser respaldada por la
intervención directa y el apoyo del Estadoix.
La idea de la energía renovable gracias al viento y al sol está tomada de los
ecologistas que la preconizan desde los años setenta. Salvo que, lejos de una
energía concebida por las comunidades humanas para su autonomía energética que
escaparía a su monopolio, se trata más bien, con esta oposición disfrazada
entre energías renovables y energías fósiles, de aumentar la producción
diversificando y multiplicando las fuentes de abastecimiento. Se abren así
nuevos mercados fabulosos en nombre de una noble causa: luchar contra el
calentamiento climático y la contaminación con energías limpias. Coches
eléctricos limpios que funcionan con fuentes de energía limpias y renovables:
electricidad e hidrógeno. El escenario del mercado está preparado, pero queda
por ver qué ocurre entre bastidores.
1) Agua para el lavado
ecológico
a) Para exprimir la tierra
en busca de oro verde
Para cada uno de los cuatro
grandes polos del comercio mundial (Norteamérica, Europa Occidental, Rusia y
Asia Oriental), la obtención de metales raros es un imperativo estratégico. Así
lo ilustra el discursox del Vicepresidente
de Estudios Prospectivos de la Comisión Europea, Maroš Šefčovič,
pronunciado el 12 de septiembre de 2022 en la Conferencia Europea sobre
la Seguridad de las Materias Primas. Tras citar a Margaret Thatcher,
(No hay alternativa)… afirmó la necesidad de abrir minas en Europa con
urgencia, de construir la economía descarbonizada y digital a la que todos
aspiramos, y de garantizar nuestras capacidades de defensa militar.
Sin embargo, para estos
predicadores del llamado desarrollo sostenible, la oda a la estabilización del
calentamiento global en torno a 2°C se traduce en una multiplicación por 42 de
la demanda de litio de aquí a 2040, por 25 de la demanda de grafito, por 21 de
la demanda de cobalto y por 19 de la demanda de níquel, principalmente para la
fabricación de baterías, sobre todo para los vehículos eléctricos. Lo mismo
cabe decir del sector digital, que por sí solo consume una cantidad astronómica
de energía y, en su versión renovable, requiere una gran cantidad de metales
raros. Por ejemplo, la mitad de toda la producción de plata se destina a este
sector y a la carrera espacial y armamentística. De ahí la inquietud de la
Unión Europea y su prisa por no verse privada de ella por la competencia.
Además, Ucrania está en el punto de mira de esta encarnizada lucha por las
tierras raras ya que, como señala Célia Izoard, ocupa el quinto puesto
mundial por sus reservas de hierro, grafito y manganeso, dos elementos críticos
para la fabricación de baterías eléctricas. También es el sexto productor mundial
de titanio, metal estratégico para la producción aeronáutica, y posee grandes
yacimientos de litio, cobre, cobalto y tierras raras, que se utilizan tanto en
el sector energético como en la electrónica y la defensa.
b) El secuestro y la
profanación del agua
Aparte de la acentuación
del colonialismo minero desenfrenado de los cuatro grandes polos del comercio
mundial ya mencionados (por ejemplo, el litio en Bolivia, el hierro en la
India, el petróleo en Ecuador, etc.) con sus dramáticas consecuencias como,
entre otras, la devastación de los bosques tropicales, la contaminación de
lagos y ríos, etc. xihabrá
que convencer a las poblaciones europeas de que acepten este boom minero en sus
propios territorios. Tanto más cuanto que las minas que antes se abandonaban
por su baja concentración de metales, al generar más residuos que en el pasado,
requieren ahora cantidades de agua aún mayores: una gran mina de cobre puede consumir
40 millones de m3 en un año. Dentro de diez años, ¿cómo abasteceremos a las
minas de cobre del sur de España o de Portugal, cuando asistimos a un estrés
hídrico sin precedentes?
Pero el Estado, como
guardián del capital, está tomando precauciones tanto en Francia como en España
para dar prioridad absoluta a la industria, en primer lugar a la minería y
después a la agricultura. En Andalucía, por ejemplo, las actividades mineras
están declaradas inequívocamente de Interés Público Superiorxii.
En Francia, incluso cuando se trata de la minería del uranio, el gobierno
quiere tranquilizar a la población adoptando las llamadas medidas estrictas
relativas a la pos-mineríaxiii.
Pero en ambos casos, ¿cual es el impacto para las poblaciones locales?
Como lo explica Célia
Isoard, es toda Europa la que está afectada, pero Andalucía más todavía: En
Río Tinto, Atalaya Mining promueve su sistema de circuito cerrado destinado a
ahorrar recursos. Parte del agua de tratamiento se reinyecta en el sistema, que
también se alimenta de las extracciones de aguas ácidas acumuladas en el fondo
de los antiguos pozos. Pero sin darle mayor importancia, la empresa también
toma “agua dulce” (ése es el término técnico) de las presas a razón de 18
millones de litros diarios, lo que representa el consumo diario de 130.000
personas de la zonaxiv.
Además de la contaminación
derivada del propio extractivismo, tambiém está el
almacenamiento, que es ahora mucho mayor. Y
lo más preocupante de todo, los residuos mineros tienen el potencial de
producir jugos ácidos y tóxicos durante siglos, e incluso mileniosxv
c) Continuación del maratón
del agua: su loca carrera por la energía verde
Más allá de esta voracidad
por el agua, la extracción de metales raros (iridio, rutenio u osmio, cobalto,
litio, níquel, etc.) requiere tanta energía de principio a fin que todo apunta
a que esta glotonería mineral más bien aumentará la crisis climática en lugar
de paliarla. Pero en este mundo de frenesí empresarial, todo se justifica.
Además de la industria digital, la industria armamentística, la carrera
espacial y los coches eléctricos, este extractivismo sirve también para
producir células para paneles fotovoltaicos y otros componentes para turbinas
eólicas. Y a pesar de todas las operaciones preliminares impresionantemente
contaminantes y consumidoras de energía y agua, el objetivo, nos dicen, es
obtener una energía eléctrica tan limpia e ilimitada como el sol que la mueve,
y realizar una transición ecológica hacia la producción de energías renovables.
2) El gran objetivo: el
hidrógeno verde
a) El desbordamiento
eléctrico
Más que ningún otro lobby,
el de los aerogeneradores busca desarrollarse a cualquier precio. Con la
etiqueta renovable, al igual que los paneles fotovoltaicos, tienen
el viento en popaxvi y
se construyen parques eólicos en tierra y mar, de forma masiva para reducir el
coste de instalación, aunque esta masificación provoque una ralentización del
viento y, por tanto, de la producción. La obsesiva propaganda del Green Washing
quiere convencer a las poblaciones, a través del bombo mediático, de la necesidad
ecológica de instalar parques eólicos o fotovoltaicos en sus territorios,
apoyándose en normativas europeas que declaran querer proteger a sus
habitantes, desde la flora y la fauna hasta los seres humanos.
No es así; la vida marina
se ve perturbada por las vibraciones de las aspas por lo que las actividades de
los pescadores se ven gravemente comprometidas y las empresas verdes acosan a
los aldeanos para quitarles sus tierras de cultivo. En la provincia de Málaga
donde vivo, como en la mayor parte de España, las empresas instaladoras de
energías renovables practican una estrategia que raya la de las mafias,
amparándose en una vaguedad legal que les permite esgrimir el masivo argumento
de Utilidad Pública.
Estas empresas verdes no
corren peligro de ver desatada su agresividad ya que, adoptando la máxima del
despotismo ilustrado Todo para el pueblo, pero sin el pueblo, el
24 de enero de 2023, en sesión extraordinaria, el Congreso de los Diputados
convalidó el Real Decreto-Ley 20/2022. Los artículos 22 y 23 de este
RDL permiten que los proyectos renovables MACRO de más de 50 MW queden exentos
de evaluación ambiental y aprobación por silencio administrativo. Y no
importa si vulnera la normativa europea.
En España, por ejemplo, las
energías renovables bien pueden ocupar actualmente el equivalente al 10% de las
tierras cultivadas y los pastos. Según la Delegación del Gobierno de Granada,
se prevé arrancar un millón de olivos para ocupar el terreno con paneles
fotovoltaicos. Extremadura cuenta ya con más de 30.000 hectáreas de plantas
fotovoltaicas y 50.000 hectáreas de terreno estarán cubiertas de paneles
solares en 2030. No hace falta ser profeta para adivinar el impacto
medioambiental. Basta con mirar a California y los desastres que han seguido a
la aplicación de esta política de energías totalmente renovablesxvii
Pero, ¿por qué cada vez más
electricidad?
a) Ante el estancamiento
nuclear
Mientras algunos, en nombre
de la descarbonización, siguen defendiendo el mito de la energía nuclear, Naoto
Kan, primer ministro de Japón en el momento de la catástrofe, se está
convirtiendo en uno de los grandes detractores de la energía nuclear en el
mundo: Cierren las centrales nucleares lo antes posible porque una
central nuclear segura es una central cerrada. Gregory Jaczko, experto
en seguridad nuclear en Estados Unidos, opina que los reactores
nucleares representan un peligro inaceptable. Además, la extracción de
uranio es la mayor fuente de riesgos para la salud humana en todo el mundo a lo
largo de todo el ciclo minero, relacionados tanto con la radiactividad como con
la toxicidad del uranio.
En segundo lugar, por cada
tonelada de uranio extraído, hay entre cuatro y cien toneladas de residuos
radiactivos, por no hablar del agua utilizada para refrigerar las centrales,
que calienta el agua de los ríos.
b) Por el hidrógeno verde
Las compañías eléctricas,
tras haber recibido luz verde, prosiguen inexorablemente su carrera
productivista por el valor, condenadas como están a una competitividad feroz,
que se traduce en crecer, ganar o morir en la arena del mercado mundial. No es
fácil aumentar el consumo de electricidad por encima de los niveles actuales,
máxime cuando el consumo eléctrico en España y en la UE lleva cayendo desde
2008. Además, la electricidad es un vector energético muy útil, pero sólo
representa el 20% del consumo final de energía en el mundo, y menos del 25% en
los países más avanzados. De ahí el reto de sortear parcialmente el problema de
las energías renovables transformando la electricidad en hidrógeno, una
solución ruinosa en términos energéticos, pero la única salida que han
encontrado las grandes petroleras para que con sólo cambiar gasolina por
hidrógeno, o mejor hidrógeno por “gas natural”, todo siga igual.
Las dos tecnologías por las
que apuesta el Green New Deal para aumentar el consumo eléctrico plantean un
dilema. Tanto el coche eléctrico como el hidrógeno verde, por hidrólisis del
agua con electricidad procedente de fuentes renovables, no pueden producirse en
masa por su necesidad de metales raros, su dependencia de la energía fósil y su
ineficiencia, como han señalado los reiterados informes de la Agencia
Internacional de la Energía, la Agencia Europea de Medio Ambiente y el IPCC. De
hecho, este proceso provoca importantes pérdidas de energía: entre el 20 y el
30% de la electricidad que entra en la planta de electrólisis, y otro 20-30% en
la energía utilizada para calentar el agua.
Por otra parte, a
diferencia de las economías con grandes centros de producción, como es el caso
de los combustibles fósiles, la producción de energías renovables es por
definición muy dispersa, con baja densidad energética y considerables
fluctuaciones en la producción. Una dificultad añadida es que el hidrógeno no
es fácil de manipular ni de transportar. Debido a su molécula muy pequeña,
tiende a derramarse con facilidad y corroe las tuberías convencionales. Por
ello, hay que almacenarlo con mucho cuidado, ya que es un gas que se inflama
dos veces más rápido que el propano o el metano, que explotan en contacto con
el aire. Además de su falta de eficiencia, una tonelada de hidrógeno en la
atmósfera equivale a liberar 13 toneladas de CO₂ equivalente.
Por eso debemos evitar caer
en la trampa de las falsas promesas tecnológicas. Sin embargo, la iniciativa
política de los responsables políticos estatales, obsesionados con estas dos
tecnologías, condena la acción pública a la inanidad y los países más ricos
siguen imponiendo la ley del Mercado.
c) La ley del más fuerte
Según Antonio Turiel,
científico e investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona
(CSIC), Alemania está tomando medidas para obtener la mayor cantidad
posible de hidrógeno, y un ministro alemán ya ha declarado que los países del
sur de Europa deberían colaborar con Alemania en nuevos proyectos de energías
renovables y de producción de hidrógeno. España recibe más fondos de
resiliencia de los que le corresponderían teniendo en cuenta su población y su
PIB. El 37% de estos fondos son para proyectos que conduzcan a la
descarbonización, así que Alemania se está frotando las manos porque los españoles
estamos montando un montón de proyectos y no estamos trabajando en hidrógeno,
pero Alemania se está implicando. A corto plazo, España podría convertirse en
el Congo de Alemania. En Europa tienen muy claro que no se puede mantener la
industria en toda Europa, intentarán mantenerla en Alemania y en parte en
Francia y el resto se irá a pique. Nosotros nos convertiremos en
suministradores porque España tiene un buen potencial de energías renovablesxviii.
d) Para el sur, la paradoja
persiste
Si los paneles
fotovoltaicos que cubren muchas hectáreas pueden efectivamente proporcionar la
electricidad renovable necesaria, ¿qué pasa con el segundo elemento, el agua?
Sabiendo que esta producción requiere mucha agua, no sólo para la electrólisis
sino también para refrigerar los equipos. Un electrolizador de 40 gigavatios
(GW) necesitaría 254 millones de m³ de agua al año. Y esto en un país
semiárido, afectado más que ningún otro de Europa por el calentamiento global y
los problemas de escasez de agua.
IV- Las otras industrias
del Capital
1) Agroindustria
a) La alerta que dió el
pistoletazo en Francia
Según el Monde del 27 de
abril de 2022, el 40% de las tierras del planeta están hoy degradadas, por
artificialización (hormigón, asfalto, etc.) y desertización, lo que afecta
directamente a la mitad de la humanidad. La agricultura industrial tiene mucho
que ver con ello, además de ser una gran depredadora de este precioso líquido.
A primera vista pasa a ser más desapercibida en este paquete de agresiones al
medioambiente, y sin embargo es la que, sin saberlo, ha disparado la alarma
generalizada del problema que afecta directamente a las poblaciones.
Las megabalsas no son más
que la punta del iceberg de esta agroindustria productivista cuyo único
objetivo es el valor monetario, gracias a una producción agrícola convertida en
pura mercancía en el mercado mundial. Infraestructuras gigantescas, cada una
del tamaño de diez a veinte campos de fútbol, estas gigantescas balsas no
recogen el agua de lluvia. Se llenan bombeando agua de los acuíferos en
invierno. Sin embargo son estos acuíferos quienes aseguran el ciclo del agua y
se les vacián de su contenido.
Como consecuencia, el agua ya no alimenta los ríos,
que se transforman en caminos pedregosos e inertes a lo largo de cientos de
kilómetros, eliminando toda una biodiversidad a lo largo de su recorrido.
Además, estas reservas sólo benefician a un puñado de agricultores para el
cultivo intensivo -sobre todo de maíz-, que consume mucha agua y es muy
contaminante.
El movimiento del Soulèvement
de l’eau (Levantamiento del agua) tiene el mérito de haber alertado al
mundo entero sobre el secuestro y la contaminación del agua por parte de la
industria agrícola. Esto se consiguió al reunirse unos 30.000 manifestantes de
todo el mundo el 25 de marzo de 2023 en el departamento francés de Deux-Sèvres
para oponerse a las megabalsas, defender el agua y la tierra. La violencia
policial, casi militar, reveló al mundo entero hasta qué punto el Estado está
dispuesto a defender su alter-ego, el Capital, a cualquier precio.
b) España se estanca en la
resignación
Aquí las megabalsas no son
una novedad, llevan ahí más de 40 años, precedidos por las presas promovidas por
el franquismo, unos 17.000 de las cuales, unas 1.200, las más grandes destruyen
los ríos. El trasvase Tajo-Segura es una infraestructura de 300 km de longitud
que atraviesa Castilla-La Mancha hasta el embalse del Talave, desde donde se
distribuye el agua a Murcia, Alicante y Almería. Gracias a esta gigantesca obra
hidráulica, concebida antes de la Guerra Civil y ejecutada en 1960, el agua se
conduce a través de un canal con una capacidad de 35 m3 de agua/segundo, con
tramos en túneles y otros en acueductos.
c) El coste de la riqueza
agrícola española
Esta titánica obra ha
permitido la expansión de la horticultura intensiva actual en el sureste de
España, convirtiéndola en una de las mayores zonas de Europa para la producción
de hortalizas de contraestación al aire libre. En el ámbito político, esto ha
dado lugar a lo largo de los años a una guerra del agua, un
conflicto que ha estallado no sólo entre partidos políticos, sino también entre
varias regiones españolas como Castilla-La Mancha, Murcia o Valencia. La
situación ha empeorado con las últimas sequías.
Según Rafael Seiz, técnico
de WWF España: Es una especie de suicidio del agua…. Hemos confiado en
las infraestructuras para salvarnos: retener el agua en embalses y
distribuirla. Esto ha creado una sensación de garantía, pero cuando la demanda
de agua aumenta, gran parte del agua embalsada tiene que ser liberada, lo que
reduce la garantía. España cuenta con casi 4 millones de hectáreas de
regadío, frente a los 2,5 millones de hectáreas de Italia, los 1,2 millones de
Grecia y los 1,4 millones de Francia. El aumento sostenido de las tierras de
regadío ha provocado claramente un incremento de la demanda de agua.
A pesar de su acusado
déficit hídrico, esta huerta de Europa se está convirtiendo en el líder europeo
de las exportaciones con el 60% de su producción. Esto demuestra la presión que
esta agricultura intensiva ejerce sobre los recursos hídricos,
sobreexplotándolos, incluso antes del auge de las energías renovables. Con sólo
el 17% de la superficie cultivada, aportan el 65% de la producción final
agraria del país.
En los últimos meses, los
medios de comunicación han destacado la situación de los humedales de Doñana
(Huelva), Parque Natural, Reserva de la Biosfera y zona de refugio de numerosas
especies de aves, muchas de ellas endémicas y algunas al borde de la extinción.
Además de la disminución de las precipitaciones, también se extraen aguas
subterráneas para el cultivo de fresas y frutos rojos en invernaderos situados
cerca del espacio natural. No sólo entra en juego la contradicción entre el
valor ecológico del agua y su valor económico (minería y energías renovables),
sino que también provoca conflictos entre los agricultores de la misma zona:
los que se han abastecido hasta ahora con regadíos legales y los que han
utilizado pozos ilegales y se beneficiarían de la medida de extinción.
En la Axarquía, comarca
situada al este de la provincia de Málaga, antaño cubierta de viñedos y olivos,
cultivos típicos de tierras áridas, se ha convertido en la primera productora
de aguacates de Europa, con más de 10.000 hectáreas de cultivos subtropicales.
Estos cultivos dependen casi exclusivamente de un embalse de agua (La Viñuela)
que actualmente está seco. La visión de estos árboles secándose y siendo
talados para sobrevivir a la espera de una dudosa lluvia que los salve es
angustiosa. A menudo se culpa a estos agricultores por plantar aguacates, que
consumen mucha agua, pero ¿podemos culpar a estos pequeños agricultores por
haberlos plantado en sus parcelas, que no superan las dos hectáreas? Mientras
que las naranjas ecológicas se pagan, en el mejor de los casos, a 30 céntimos
el kilo, los aguacates, con el mismo trabajo, se pagan a 2,50 euros. Conozco
bien a estos agricultores, ya que trabajo con ellos en relación con las AMAP en
Francia. No se parecen en nada a los grandes exportadores de aguacates, que han
invertido comprarndo todas las tierras que podían para plantar el mayor número
posible de aguacates. Además, a menudo recurren a la exportación desde Sudamérica,
a bajo precio, en lugar de comprarlos localmente, haciéndolos pasar por fruta
local.
b) La fiebre tecnológica
Para hacerle frente a la
sequía, los grandes se adelantan y los pequeños se resignan. Además de las
costosas desalinizadoras, los pozos de la costa, a los que se ha vaciado el
agua dulce, precipitan en ellos el agua de mar, pero esta agua salada mata las
plantas. Para suavizarla, los grandes terratenientes, ayudados por las
instituciones, trabajan para traer agua dulce a través de largas tuberías procedentes
de las aguas residuales de ciudades vecinas, a veces a 40 km, como Málaga. La
idea parece ingeniosa pero, según Thierry Uso, miembro de Eau secours 34 en
Francia: Alrededor de dos tercios de los proyectos no son
económicamente viables. A menudo requieren kilómetros de tuberías
para llevar el agua desde las estaciones hasta las parcelas agrícolas, con
presión y, por tanto, energía. Además, las aguas residuales suelen ser
demasiado saladas para los cultivos, debido a nuestra orina, por lo que requieren
un tratamiento adicional, que puede resultar costoso.
2) Para colmo, el
turismo
Para España, el sector
turístico tiene una importancia cardinal, ya que representa el 13% de su PIB y,
con 55,6 millones de visitantes (+6%). España fue el segundo destino turístico
mundial en 2005, por detrás de Francia. Además de la enorme huella de carbono
producida por el tráfico aéreo y otros medios de transporte, su contribución al
estrés hídrico no es desdeñable.
a) Su impacto sobre el agua
Santa Olalla, la mayor
laguna permanente de Doñana, la última en retener agua el pasado mes de agosto,
ha desaparecido definitivamente, completamente seca debido a un periodo de
intensa sequía y a la sobreexplotación del acuífero por parte del complejo
turístico onubense de Matalascañas.
No es de extrañar, ya que
Andalucía es la comunidad autónoma con mayor superficie ocupada por campos de
golf, con 4.300 ha. Esto requiere un riego intensivo y enormes cantidades de
pesticidas que contaminan los acuíferos. Las necesidades de riego de un campo
de golf medio de 18 hoyos (40-50 hectáreas) superan los 500.000 m3 anuales, con
un consumo diario durante los meses de verano de unos 3.000 m3. (equivalente al
consumo doméstico de más de 8.000 personas),
V- El agua como espejo
1) La guerra del agua
Ya mencioné al principio mi
temprana ofensa al ver el agua aprisionada en una botella de plástico para ser
vendida. Poco antes de instalarme en la parcela donde vivo, un agricultor mató
a otro en un desacuerdo sobre los horarios de riego de sus parcelas vecinas.
Unos años más tarde, en 1995, el Banco Mundial publicó un informe en el que
predecía que muchas guerras del siglo XX habían sido causadas por el
acceso a los recursos petrolíferos, y que el agua sería la causa de las guerras
del próximo siglo.
Esta institución, que opera
en el corazón mismo del capital y que se alimenta esencialmente de su dinámica
bélica dentro del mercado mundial, está bien situada para diagnosticarlo sin
riesgo a equivocarse. Desde el año 2000, se han registrado en el mundo 1057 conflictos
armados por el agua, en Oriente Medio, Yemen, India, Somalia, Bolivia, etc…
Aquí en ello estamos, o
casi. En Francia, y más aún en España, los agroindustriales luchan entre sí por
el acceso al agua. A su vez, estas industrias compiten con otros sectores
industriales como el turismo, la minería y las energías renovables. Pero
además, como toda industria es prioritaria para el negocio, esta dinámica está
en vías de privar a la población de sus medios de subsistencia hídricos pero
también de sus necesidades alimentarias ya que la producción agrícola también
depende del agua.
2) El indispensable
levantamiento del agua
¿De qué se trata? ¿de
ignorancia en materia agronómica o ecológica, de una serie de pasos en falso,
de errores políticos o de una tecnología deficiente?
Pensador de la ecología
social y del comunalismo, Murray Bookchin ya respondió en 1962: Acumular
para debilitar, comprar, absorber o dominar de cualquier modo al
competidor es una condición de supervivencia en el orden económico capitalista. Como
hemos visto, actualmente la competencia es feroz y ya no se juega sólo entre
empresas de la misma especialización, sino entre todos los lobbies, sean cuales
sean. La mayoría de ellos están pintados de verde y se benefician de
subvenciones estatales (Green New Deal), y monopolizar el agua como recurso
esencial que hay que explotar se ha convertido en una cuestión de
supervivencia. Esta despiadada guerra económica y tecnológica, latente o
declarada, entre lobbies, con la ayuda de los Estados que dependen de ellos,
continuará en detrimento de la naturaleza (los ecosistemas, la sociedad y sus
poblaciones). Sus actividades, cada vez más numerosas e indiscriminadas, en
esta actitud del sálvese quien pueda sin finalidad práctica determinada, a
pesar de los discursos oficiales, sólo buscan el beneficio a corto plazo,
apostando por promesas que no pueden cumplir. Esto no es más que especulación
basada en el capital financiero (véase el hidrógeno verde, el ahorro energético
y los efectos rebotexix,
etc.) De hecho, esta guerra que se está librando no sólo está acentuando la
desertización de la tierra, su contaminación y la del agua, sino que también se
está apoderando del agua, que es un componente esencial de nuestras vidas y de
nuestros cuerpos.
Por eso es vital que
nosotras, personas hechas de agua, nos levantemos y luchemos para detener como
sea esta barbarie pero sin perder de vista la necesidad vital de poner fin a
este sistema económico mortífero. Para ello es imprescindible entender que el
Capitalismo, a través de su sistema político de Democracia representativa,
nunca facilitará a sus oponentes las instituciones democráticas que necesitamos
para luchar contra él. El Capitalismo y la biosfera simplemente no pueden
coexistir indefinidamente… Cada vez más la elección parece clara: o
establecemos una sociedad ecológica, o los cimientos de la sociedad se
desmoronarán. Así pues, la recuperación del campo político y de la ciudadanía,
no sólo es la condición previa para una sociedad libre; es la condición para
nuestra supervivencia como especie. La cuestión ecológica exige una
reconstrucción fundamental de la sociedad y es lo que la ecología social y el
comunalismo se proponen.
Floréal M. Romero, autor
de Actuar aquí y ahora. Pensar la ecología social de
Murray Bookchin Édiciones Kaikron.
Para saber más: https://florealmromero.blogspot.com/
i https://www.iagua.es/blogs/luis-lujan-cardenas/wall-street-negocio-agua-encima-derecho-humano-0
iiOcéanos : 97,5%, agua dulce : 2,5%, de las cuales hielo y nieves
eternas: 69,8%, aguas subterráneas: 29,9% y lagos y ríos: 0,3%
iii Ver:
https://www.lemonde.fr/blog/huet/2019/08/15/climat-la-croissance-vegetale-en-panne-seche/
iv Una declaración de pompidou en un momento de lucidez
vhttps://www.iagua.es/blogs/luis-lujan-cardenas/wall-street-negocio-agua-encima-derecho-humano-0
vi La escasez de agua afecta realmente a todos los continentes. Cerca de
1.200 millones de personas, casi una quinta parte de la población mundial,
viven en una zona donde hay escasez física de agua, y 500 millones de personas
están en peligro. Otros 1.600 millones de personas, casi una cuarta parte de la
población mundial, se enfrentan a la escasez económica de agua (países que
carecen de infraestructuras para utilizar el agua de los ríos y las aguas
subterráneas. Ver: https://www.un.org/fr/waterforlifedecade/themes/scarcity.shtml#:~:text=La%20p%C3%A9nurie%20d’eau%20touche,des%20conditions%20de%20stress%20hydrique.
vii Por su trabajo contra el calentamiento
global, Al Gore, mentor de Greta Thumberg (ahora a favor de las centrales
nucleares), político y empresario obtiene, junto con el IPCC, el Premio Nobel
de la Paz en 2007. Y va más allá en el Foro de Davos de enero de 2023: Miren
la xenofobia y la tendencia política autoritaria que han surgido después de
sólo unos pocos millones de refugiados (climáticos). ¿Qué ocurrirá cuando haya
mil millones? Perderemos nuestra capacidad de gobernar en este mundo. https://www.capital.fr/economie-politique/ouverture-de-davos-long-oxfam-veut-abolir-les-milliardaires-1457433
viiihttps://reporterre.net/L-Europe-a-dix-ans-pour-se-preparer-au-pic-de-petrole
ix El New Deal es el nombre de la política aplicada a
partir de 1933 por el Presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt para
sacar a Estados Unidos de la recesión creada por la crisis económica de 1929.
El New Deal fue un estímulo económico mediante créditos y órdenes estatales y
una reforma del capitalismo estadounidense.
xhttps://ec.europa.eu/commission/presscorner/detail/en/SPEECH_22_5484
xihttp://www.samarco.com/en/rompimento-de-fundao/
o bien http://www.wise-uranium.org/mdaf.html
xiihttps://www.chguadalquivir.es/documents/10182/2564531/PHGuadalquivir_ANEJO8_Apendice6.pdf/d110f478-4411-4a65-ca0c-eff06ad4c556
xiii En Francia, el nuevo Código Minero, el gobierno se ha
comprometido a obligar a las empresas a garantizar la seguridad de sus
instalaciones y residuos: tendrán que garantizar su seguridad durante treinta
años después del cierre de una mina. Estas garantías parecen irrisorias
teniendo en cuenta los plazos de la contaminación minera.
Célia Izoard en Reporterre : No hay
secuelas felices de la minería
xiv A unos cuantos kilómetros de Río Tinto, la mina de
cobre Cobre Las Cruces es considerada pionera en minería
sostenible y, como tal, cuenta con el apoyo de la Comisión
Europea a través del programa público-privado EIT Raw Materials. El
principal yacimiento explotado en esta mina a cielo abierto se encuentra justo
debajo de un acuífero que alimenta la ciudad de Sevilla. Se trata de una de las
principales fuentes de agua subterránea del semiárido Valle del Guadalquivir.
La empresa First Quantum Minerals ha obtenido el derecho a
iniciar la explotación proponiendo un revolucionario sistema de drenaje
por reinyección. El agua del acuífero se drena y luego se reinyecta
río abajo para evitar que entre en contacto con las sustancias del yacimiento.
Pronto se descubrió que el acuífero estaba contaminado con arsénico. En 2016 y
de nuevo en 2021, la empresa fue multada con varios millones de euros por
contaminación y extracción ilegal de aguas subterráneas. Esto no impidió que
First Quantum Minerals obtuviera tiempo después el derecho a ampliar la
explotación y extraer hasta 6 millones de m³ de agua subterránea al año del
mismo acuífero.
Con la amabilidad de Celia Isoart, de su
libro todavía por editar: La Ruée minière au xxie siècle. Enquête
sur les métaux à l’ère de la transition, Seuil, enero de 2024
xv El ejemplo de España es muy esclarecedor al respecto: debido a
la extracción de oro durante el Imperio Romano, en Andalucía, por ejemplo, algunos
ríos y suelos siguen contaminados con plomo, bismuto, arsénico y antimonio.
https://www.cairn.info/revue-z-2018-1-page-50.htm
xvi El Parlamento Europeo, reunido en sesión plenaria
en Estrasburgo esta semana, ha decidido aumentar la cuota de energías
renovables en el consumo eléctrico de la Unión Europea hasta el 45% en 2030, en
lugar del 22% actual. Peródico Les Echos del 14 de septiembre de
2022
xvii https://information.tv5monde.com/international/climat-le-green-new-deal-dalexandria-ocasio-cortez-peut-il-changer-la-donne-32077
xviii Entrevista del 13 de Junio 2021 en Astorga
Redacción
xixUn ejemplo de los efectos perversos del Green New Deal, la subvención de
los pellets : https://www.slate.fr/story/222620/bruler-granules-bois-rien-ecologique-biomasse-pas-neutre-carbone-bioenergie-renouvelable-polemique-gaz-effet-serre
Imagen de portada: Reserva da Represa Jaguari/Jacarei no sistema
Cantareira, em São Paulo. Foto: Mídia NINJA – Licencia Creative
Commons
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