Científicos y activistas de
Rebelión Científica se encadenan a la Giralda de Sevilla para denunciar la
inacción climática y defender Doñana
TERCERAINFORMACION
/ 22.05.2023
Cinco
científicas (Rebelión Científica) y tres activistas (Extinction Rebellion) se
encadenan en la Giralda de Sevilla. Otras treinta personas, miembros de la
comunidad científica y activistas, han protestado en la Plaza Virgen de los
Reyes, pidiendo un «Plan de acción ya» y bajo el lema «Doñana resiste».
Durante dos horas se ha cortado el acceso a la torre
donde dos científicas estaban encadenadas y han tenido que intervenir los
bomberos. En el exterior han encendido bengalas y se han encadenado a las puertas.
Hoy a las 15.00 horas,
35 miembros de la comunidad científica y activistas del movimiento
internacional Rebelión Científica se han encadenado a la Giralda de Sevilla,
han encendido bengalas y desplegado pancartas en señal de protesta contra
la inacción del Gobierno en materia de emergencia climática y en defensa de
Doñana, ante el «ecocidio que pretenden llevar a cabo los gobernantes».
Mientras dos científicos
se encontraban encadenados en lo alto de la Giralda, 4 científicas y 2
activistas se han encadenado a los barrotes de la catedral, a los pies de este
emblemático monumento, que al igual que Doñana es patrimonio de la UNESCO.
Otros 30 activistas y científicos han encendido bengalas de humo, representando
las líneas de incremento de temperatura global, y han desplegado pancartas con
los lemas «Doñana Resiste» y «La ciencia es clara. Contra la emergencia
climática: Plan de Acción Ya».
A causa del
encadenamiento en la torre, los visitantes han sido desalojados y el acceso ha
estado cerrado durante casi dos horas. Pasada una hora, han llegado los
bomberos, quienes han intervenido para liberar a los activistas. No
ha habido detenciones. En el momento, Jesús Castillo, catedrático de
ecología en la Universidad de Sevilla, ha declarado «Estoy aquí, porque
tengo una sobrina de siete años y no sé qué futuro le espera con el
empeoramiento de la crisis climática. La ciencia es clara. Necesitamos reducir
drástica y urgentemente las emisiones, un 50% para 2030 y 100% para 2050. En
lugar de eso, en España, el año pasado las emisiones aumentaron alrededor
de un 5% y un 6% el anterior. Necesitamos tomar esto en serio ya».
Rebelión Científica
lleva a cabo acciones de desobediencia civil porque la ciencia es clara en
cuanto a las necesidades de mitigación, adaptación y descarbonización, y la
ciudadanía debe saber que la inacción política, el llamado «retardismo», es una
opción de alto riesgo. Su objetivo es que en estas elecciones el foco se ponga
en la crisis climática, ya que, según indican, «superar o no durante las próximas
décadas los 2ºC, 3ºC o incluso 4ºC de calentamiento aún depende de la
trayectoria de reducción de emisiones que escojamos como sociedad; en otras
palabras, depende de las condiciones extremas y pérdidas humanas que estemos
dispuestos a tolerar».
Veronika Huber,
investigadora en las conexiones entre crisis climática y salud humana y madre
de dos hijas, «Me da miedo su futuro. La Giralda es como Doñana, patrimonio de
la humanidad. Estoy aquí por desesperación, corremos un peligro tan grande que
he decidido comunicarlo a través de este tipo de acciones. Preferiría no tener
que estar aquí».
Doñana está siendo
explotada por encima de sus posibilidades, y sus ecosistemas están en riesgo de
colapso. Además de ser uno de los humedales más importantes de Europa, es
patrimonio de la UNESCO, al igual que la Giralda. «Están desmantelando Doñana y
nuestro planeta, ¿qué pasaría si se desmantelase la Catedral o la Giralda de
Sevilla para construir apartamentos turísticos? ¿Los gobiernos responderían si
se desmantela nuestro patrimonio histórico? Pues como la Giralda, Doñana es
patrimonio de la humanidad, así que es urgente actuar ya, necesitamos un plan
de adaptación y mitigación urgente y en línea con la emergencia y la
ciencia».
La gente exige acción.
Lo demostraron la semana pasada en la marcha de Salvemos Doñana. Lo demuestran
las activistas de Huelva que sabotean pozos ilegales y lo hacen las científicas
a través de desobediencia civil organizada.
Científicas
y científicos en la cárcel por denunciar la inacción climática
Durante este mes de
mayo, el movimiento internacional Scientist Rebellion ha llevado a cabo
acciones por todo el mundo para exigir medidas efectivas y alertar a la
población para que no mire hacia otro lado mientras sus gobernantes les
condenan a los peores escenarios. «La ciencia es clara en cuanto a la gravedad
y urgencia climática, y a las necesidades de mitigación, adaptación y
descarbonización: nos da el cuánto y el cuándo. Es la población la
que, sobre la base de información científica contrastada e independiente,
y constituida en asambleas ciudadanas vinculantes, debemos decidir cómo
realizamos el decrecimiento inevitable que nos marca los límites biofísicos del
planeta, y del que nos avisa la ciencia, y la transición ecológica», comenta Lola
Segura, médica e investigadora jubilada.
En España y en otros
países, ya hay multitud de personas del mundo científico y académico en
procesos judiciales por realizar acciones directas noviolentas. El caso más
reciente es el de Mike Lynch-White, cofundador de Scientist Rebellion y
activista por los derechos humanos, que ya ha pasado casi 100 días en prisión y
que, esta pasada semana, ha sido condenado a 27 meses de cárcel.
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