Descalificar, cancelar,
insultar, son recursos despreciables que manejan los que no disponen de
argumentos. El Viejo Topo ha recibido un gran apoyo, ante lo cual algún
vociferante no ha podido reprimirse y nos ha obsequiado con exabruptos.
Cancela que algo queda
El Viejo Topo
21 mayo, 2023
A propósito de las amenazas contra El Viejo Topo y de los intentos de «cancelación» lanzados contra el mismo
Como sabemos,
poder es control sobre la actividad humana organizada que produce el mundo.
Actividad, praxis, es siempre hacer organizado común. El dinero es poder porque
paga salarios, y organiza la actividad de millones de personas. Porque preserva
y oculta la información sobre las actividades que promueve y las que piensa
impulsar. Porque compra la información generada por la actividad de
funcionarios. Porque compra la actividad de cuerpos armados. Etc. En suma,
porque organiza y controla actividad. Pero, a pesar de todo, es la actividad de
la totalidad de los miembros de una sociedad la que produce el mundo, y ese es
el fundamento del poder. Es su control no democrático de la actividad lo que da
el poder a una minoría. Esto hace que sea posible, como alternativa,
organizarse desde la capilaridad de la vida cotidiana, y en los
microfundamentos desde los que se organiza y genera la actividad –las empresas,
etc– y luchar por democratizar el poder, la actividad desarrollada.
Enfocar los
conflictos sociales desde lo que se denomina como «acción estratégica/
racionalidad estratégica», por parte de algunos que se llenan la boca con
declaraciones estentóreas sobre cómo hay que luchar por la democracia, es un
loco, delirante, sinsentido. Un brindis al sol y una aplastante derrota
anunciada. La acción estratégica consiste en pensar cuál es la mejor forma de
explotar los propios recursos en la confrontación abierta y definitiva con el
rival: «hasta aquí podíamos llegar, es intolerable». «Hay que aplastar a esa
canalla» «o ellos, o nosotros». Pero el rival, el rival verdadero, siempre
tiene más recursos, dinero, influencia, información y capacidad de control
sobre la actividad que los subalternos. Las luchas y enfrentamientos desde la
acción estratégica solo tienen sentido entre poderes iguales o igualados. En,
ese caso, sí se trata de racionalizar el uso de la propia fuerza, de los
propios recursos, descubrir las debilidades ajenas. Adelantarse en una
operación. Dar el golpe con la máxima contundencia, derrotar, aplastar. Etc. No
se pretende generar civilización, unir democráticamente a la mayoría del
pueblo, sino destruir y aniquilar al de enfrente, considerado como ser hostil
ajeno, enemigo; eliminarlo para siempre, si es posible.
Desde la
desigualdad, desde la subalternidad, desde la carencia de poder, es una loca
omnipotencia delirante proponer tal acción.
Pero, la
sociedad es suma cero. Si un movimiento de masas genera paciente lucha por la
democratización de la organización actividad, por la creación de nueva
actividad cultural cotidiana, de nueva civilización organizada
democráticamente: en la medida en que ese nuevo sujeto social que surge integra
actividad organizada de personas, el sujeto anteriormente dominante, se
disgrega y la pierde. Si crece la democracia, si crece el consenso por la
democracia, si crece la democratización sustantiva de la actividad generada, se
debilita, merma, se va esfumando, el segmento social organizado por el dinero,
porque merma el poder de control por parte del dinero sobre la actividad de
cada uno de los individuos activos –sobre vida cotidiana exterior al proceso de
trabajo, consumo incluido, sobre la actividad asalariada– que dejan de
estar aislados.
La lucha contra
la reacción, la lucha contra el capital, la lucha contra las fuerzas que él
crea organiza y paga para combatir las fuerzas civilizatorias, es lucha por
atraer a la democracia a la mayoría inmensa de la sociedad. Lucha por hacer
mediación, por crear consenso entre los diversos segmentos sociales cuya
actividad capilar y pacientemente organizada puede constituir el sujeto
organizado desde la democracia, el sujeto organizado por la democracia, el
sujeto organizado democráticamente, el sujeto que surge de la democratización
sustantiva, capilar, de la acción. Democracia sustantiva, democracia cotidiana.
Democratización de la vida cotidiana.
Mediar,
concordar, actuar de forma que se sumen personas, hacer comprender, y
comprender, que el protagonista, el sujeto, es el agente democrático organizado
de masas. Estas son tareas que exigen paciencia. Exigen modestia, exigen bregar
por la amistación de los distintos y diversos, de los segmentos sociales
subalternos de una comunidad social, desconocidos entre sí. De los distintos
mundos desconocidos entre sí, ignotos los unos para los otros, que hay en cada
mundo social. Algo que puede no ser emprendido, que puede no ser hecho. No pasa
nada, todo seguirá igual.
El odio, el
grito crispado, la frase perdonavidas, la condena excomulgante, la airada frase
de amenaza destructiva, lanzada desde delirio de la omnipotencia,
solo crea enemigos entre los subalternos. Si además se amenaza y
desprecia a parte de los mismos, es patéticamente ridícula, porque revela la
más descarnada impotencia, revela el despecho amargado de quien no es
reconocido por la mayoría de las gentes a quienes él querría dirigir su
discurso redentor. Ese tipo de baladronada cargada de rencor, odio, desprecio,
asignaturas vitales pendientes e ira, sí puede dar pie a alguna aventura
fanática, con violencia antipopular e incluso con asesinatos incluidos, de las
que nadie se querrá responsabilizar luego.
Pero eso es
algo que solo genera temor y crea enemigos entre los distintos segmentos de
subalternos. Si entre ellos, algunos los toman en serio, esas prepotentes
amenazas los arrojan en brazos del enemigo. Por esta razón, esa actitud de
prepotencia, es algo que no hemos de dudar en denunciar, por más que con el
dedo, ya tocando a la boca o a la frente, silencio avisen o amenacen miedo.
De esa forma de
entender la política solo se puede decir que nunca ha sido comunista, nunca ha
sido la elaborada por el comunismo en los periodos en los que el comunismo ha
estado a la altura de las condiciones históricas, ha sido útil a la
civilización porque se ha convertido en el mediador intelectual que ponía de
acuerdo, unía gentes, ayudaba a organizar actividad democratizada, democracia
sustantiva, ayudaba a crear nuevo sujeto. Es no haber comprendido nunca lo que
es la democracia, la democracia sustantiva, la lucha por la democratización de
la actividad social organizada, desde la cotidianidad, desde sus fundamentos
antropológicos, capilares. No haber sabido ver nunca dónde se produce, dónde se
da la verdadera batalla contra el enemigo, No saber quién es el enemigo.
Confundirlo debido a las ínfulas supremacistas etnicistas, particularistas, del
airado vocinglero, incapaz de sentirse igual, de reconocer como iguales, de
reconocerse en, los otros subalternos de mundos distintos al mundo suyo.
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