sábado, 20 de mayo de 2023

Valores, verdades y fracaso global de Estados Unidos

 



Valores, verdades y fracaso global de Estados Unidos


Gastón Pardo

KAOSENLARED

19 de mayo de 2023 

 

Profesor emérito de asuntos internacionales en la Universidad de Pittsburgh y miembro del Centro para las Relaciones Trasatlánticas en SAIS/Johns Hopkins. Michael Brenner ha sido director del programa de relaciones internacionales y de estudios mundiales en la universidad de Texas. Ha trabajado en el Instituto del Servicio Exterior, en el Ministerio americano de la Defensa y en Westinghouse. Es autor de numerosos libros y artículos que abordan la política exterior de EEUU, la teoría de las relaciones internacionales, la economía política internacional y la seguridad nacional.

Nota del traductor Gastón Pardo: Hemos tomado algunos fragmentos de un imprescindible artículo que ha salido de la pluma de Michael Brenner, cuya mini-biografía hemos destacado arriba. La universidad de América Latina debe ser sitio de lectura y reflexión de las ideas escogidas porque traducen, primero que nada que la guerra es sólo una manera de concebir la política exterior y que por ese motivo debe y puede detenerse cuando mejor conviene.

Hay autores que recomiendan una reparación a la guerra. Pero no sólo eso. Un momento tiende a no ser igual al que viene y probablemente no habrá relación sucesoria entre ambos. Algunos aliados habrán cambiado de bando y los intereses se sienten mejor resguardados para quienes deciden permanecer unidos a pesar de las deserciones y la recepción de adversarios del primer momento.

Esto obliga a la universidad, que en México podría ser la Iberoamericana, a su centro de investigación, a estudiar al detalle los pormenores que ocultan los factores de conflicto como el crimen organizado, la guerra biológica, la geopolítica que ha empezado a colarse en todas las asignaturas, inclusive como brújula de los estados mayores políticos y militares. Leamos lo que dice Brenner.

 

Brenner explica sus nuevas ideas

Toda retórica política se articula sobre palabras o frases claves que encuentran eco ante un público porque evocan imágenes y símbolos profundamente anclados. Para los estadounidenses, las palabras más potentes son «democracia» y «libertad», que son utilizadas en todas las comunicaciones públicas, sean orales o escritas. Se emplean de manera intercambiable. Porque en nuestro espíritu ellas representan la experiencia estadounidense tal como es asimilada en el curso de una vida. La legendaria experiencia de EEUU.

La destrucción por Washington del gasoducto Nord Stream 2 en el mar Báltico demostró que Estados Unidos no vacila en actuar con el mayor desprecio por la soberanía y los intereses de Europa. Ese episodio extraordinario confirmó el alistamiento sin reserva de los europeos a servir de mayordomos de EEUU en su campaña hacia todos los puntos cardinales, tendentes a evitar que China y Rusia debiliten su hegemonía.

Asegurarse la obediencia del bloque económico europeo representa sin lugar a duda, un éxito estratégico mayor para EEUU. Pero el mismo efecto se consigue con el fin del acceso de Rusia a las inversiones, en la tecnología y en los mercados florecientes de Occidente. Y son los europeos quienes pagan el más pesado tributo. En efecto, estos han hipotecado su porvenir económico para participar en la ruptura de los lazos con una Rusia que se convierte implacablemente en antagonista, incluidos los abundantes recursos energéticos y agrícolas como parte de la rivalidad, que han sido un elemento primordial de su prosperidad y su estabilidad política.

Ante los ojos del observador objetivo, las ganancias de Washington en Europa han sido más que recompensadas con el fracaso absoluto de su objetivo primario, que consistía en debilitar gravemente a Rusia. La sorprendente resistencia económica de este país (ha sido una sorpresa total para los planificadores occidentales mal informados) ha dejado a Moscú no sólo de pie, sino en una posición más sana, merced a una serie de reformas benéficas (sobre todo en el sistema financiero) que le auguran un envidiable porvenir. La guerra económica desencadenada por Occidente ha conducido a la aceleración del programa ruso de restructuración, largo tiempo ignorado por los analistas de Washington, Londres y Bruselas.

El resultado para Rusia es una reducción de su vulnerabilidad a las presiones externas, teniendo al alcance de la mirada la infructuosa campaña de sanciones impulsada por Estados Unidos y la ubicación de una nueva red de relaciones económicas mundiales.

Los puntos fuertes de Rusia en materia de concepción y de fabricación de materiales militares, así como sus abundantes recursos naturales, son una aportación determinante para la potencia de la asociación chino- rusa, que sería un rival mucho más temible para el bloque anglosajón.

Las élites y la población estadounidense se acomodan fácilmente a la estructura binaria del sistema internacional que ya se diseña. Esta visión maniquea del mundo corresponde perfectamente a la imagen que el país se hace de sí mismo, imagen de un hijo del destino diseñado para conducir al mundo hacia la luz de la libertad y la democracia… En tanto que los estadounidenses consideran que su país ha sido impregnado con todas las virtudes políticas desde su creación, todo partido que se oponga a ellos se coloca en medio de una teleología incontestable. Se deduce que una entidad política que critique la supremacía estadounidense no es sólo una amenaza hostil por la seguridad y el bienestar de Estados Unidos, sino que aparece como entidad viciada en lo moral.

Michael Brenner

 

La denigración virtuosa de los enemigos es más impactante si se les designa el “mal” encarnado. Por desgracia para Washington la semántica ahora ya sólo es útil para el análisis del discurso.

 

* Imagen: Times Square, Nueva York. Autor Terabass. Licencia Crative Comonns CC BY-SA 3.0

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