La sangre es negra
DIARIO OCTUBRE
/ marzo 10, 2023
Lynx "El Lince" pardinus
En la entrega del otro día os fijasteis en el número de muertos ucranianos, pero eso, con ser muy importante, no es tan relevante como otra cosa que os pasó desapercibida: que las monedas no occidentales suben en el comercio internacional y las occidentales bajan.
Os recuerdo el gráfico. Pinchad en él para hacerlo grande y verlo mejor.
La pregunta es
qué hacen y por qué suben entre las monedas en que comercia el mundo el bat
tailandés, el dirham emiratí y el rand sudafricano, porque el que esté presente
la rupia india no hace falta explicarlo dado el papel que está jugando India en
el nuevo mundo multipolar tras este año desastroso para Occidente tras el empujón
ruso en el país 404, antes conocido como Ucrania.
La respuesta es
muy sencilla y tiene que ver con eso: son las monedas en las que está
comerciando el mundo no occidental para eludir las sanciones -ilegales,
según el derecho internacional- impuestas por el Occidente colectivo a
cualquiera que comercie con Rusia. Por eso ya todo el mundo coincide en que las
famosas “sanciones del infierno” ni queman ni apenas calientan.
El precio del
barril de petróleo está balanceándose en los 82 dólares (un par por arriba, un
par por abajo); Rusia está vendiendo su petróleo a 74 dólares.
Esto es lo que dice la agencia británica Argus, que analiza los
precios de venta del petróleo. Es decir, el famoso “tope” de 60 dólares
impuesto por el fantasmagórico G-7, la Unión Europea y Australia no se está
cumpliendo (otra patada más en la boca a Occidente). Rusia está
vendiendo con descuento medio del 10% (algo más a los países que considera
“amigos”, como India, cuyo descuento oscila entre los 14-17 dólares por barril
-dependiendo del tipo de crudo-, lo que sigue superando el tope occidental), y
está utilizando canales alternativos para el pago. Esas monedas, además del
rublo y del yuan, son las que se están utilizando. Eso está provocando la
erosión del dominio del dólar en unos niveles no vistos hasta ahora.
El principal
país que lo está haciendo así es India, que se ha convertido en el principal
comprador de petróleo ruso. Hasta el año pasado, India compraba, por este
orden, a Arabia Saudita, Irak y Rusia. Ahora India compra a Rusia la
friolera del 35% del petróleo que consume, convirtiendo a Rusia en su principal
suministrador. Esto lo ratifica la Agencia Internacional de la
Energía. Este mes pasado, febrero, India compró más que nunca: 1’6
millones de barriles diarios, con un aumento también del 35% en la compra.
Hay que hacer notar algo: antes de todo el bochinche del país 404, Rusia
suministraba solo el 1% del petróleo que consumía India.
El petróleo es
el principal producto que importa India de Rusia, importaciones que en
2022 crecieron el 384% según datos que acaba de publicar el Ministerio de
Comercio indio.
En las reuniones de ministros de Finanzas y de
Exteriores que preparan la cumbre del G-lo que sea, antes llamado
G-20, (que se celebran en India) varios países occidentales intentaron que
India no comprase petróleo ruso por encima del precio “tope” de 60 dólares, a
lo que India respondió como os podéis imaginar: que nanai, que haría lo que
considerase porque no se sumaba a las sanciones occidentales. India no quiere
enemistarse con EEUU, pero no acepta presiones; Europa les queda muy lejos -su
ministro de Exteriores dijo que “los problemas de Europa no son los nuestros”-
y está haciendo una buena demostración de lo que es la independencia de un
país.
India es el
tercer importador de petróleo del mundo, tras EEUU y China, por lo que al
actuar de esta forma, que se suma a la de China, debilita objetivamente el
poder de las monedas occidentales, incluido el dólar. Eso no quiere decir que
el dólar desaparezca mañana, por supuesto, pero la tendencia se asienta y
aparecen otras monedas alternativas (siempre hablando del comercio que pasa por
el SWIFT, no hay que olvidarlo, porque Rusia tiene su propio sistema financiero
y China lo mismo y son los que están canalizando el comercio en otras monedas
que no son las occidentales).
India y Rusia
están utilizando canales de transporte marítimo y seguros no occidentales, por
lo que eluden fácilmente las sanciones, añadiendo además el pago en monedas no
occidentales, además de las suyas propias. Es por eso que en el último paquete
de sanciones de EEUU y Gran Bretaña se ha incluido a un banco emiratí en ellas:
se intenta tapar esta grieta.
Pero rápidamente
surge otra, que replica a la anterior: India y los Emiratos Árabes Unidos han
anunciado que están en “negociaciones técnicas para un tipo de cambio comercial
entre la rupia y el dirham como parte de los esfuerzos para ampliar el acuerdo
de libre comercio que las dos naciones firmaron el año pasado”.
Como dicen
aquí, “el comercio de petróleo entre Rusia e India socava décadas de dominio
del dólar estadounidense”.
Ni que decir
tiene que todo lo que está pasando, aunque no lo veamos dado que tenemos
cerrados los ojos, tiene su origen en la crisis del país 404, antes conocido
como Ucrania. Por eso es vital para Occidente, porque su derrota será en todos
los aspectos, especialmente en el económico, lo único que aún controlan. Esta
es la herida por la que sangran y por la que están muriendo como chiches los
ucranianos.
Dicho esto, hay
que reivindicar que vuelva la lobotomía: alguien tiene que hurgar en el cerebro
(?) occidental. No sé si os habéis dado cuenta que simultáneamente,
a ambos lados del océano, dos medios de propaganda, uno estadounidense y otro
alemán, “informaron” sobre el “rastro ucraniano” del sabotaje al oleoducto
Corriente del Norte. Os voy a dar una pista, que también estaba en la entrega
del otro día:
¿Recordáis
cuando se dijo que era responsabilidad de Rusia, una “bandera falsa”? No, claro
que no. Occidente no tiene ni ética ni moral. Ni memoria. Como cuando se
rechazó de plano la historia de Hersh. Y ahora, de repente, saliendo de la
nada…
No cabe ninguna
duda de que toda esta simultaneidad es consecuencia directa del viaje de Scholz
a Washington, donde junto a Biden trazó una línea común con la que intentar
salvar la cara ante lo que denunció Hersh. Volar la instalación
de infraestructura más importante de Alemania, a pesar de que el propietario
del gasoducto Nord Stream AG es una sociedad anónima con participación de
capital alemán, cometer el sabotaje en la zona económica de Suecia y Dinamarca,
cargarse la ecología en el mar y demás, añadiendo una carta de triunfo a Rusia
por ello no es moco de pavo. Por lo tanto, hay que salvar al patrón, y es
preferible el aumento del sentimiento antiucraniano en Alemania -que siempre se
puede controlar democráticamente a través del Parlamento con eso de elecciones,
democracias y demás- que permitir el descrédito del patrón (el caso de Francia,
con el Senado aprobando el aumento de la edad de jubilación con todo el país en
contra, es el más claro ejemplo de la “democracia” occidental).
Porque en
Alemania, mientras estén Los Verdes, rusófobos, proestadounidenses y fanáticos,
no habrá una “explosión antiestadounidense”. Alemania ya ha dado buena
muestra de su servilismo y vasallaje. Pero como es un país democrático,
faltaría más, investiga el asunto así que tened paciencia. Porque lo importante
es la reputación de EEUU, ese angelito que, como dijo la condesa de la UE, nunca, jamás
ha violado el derecho internacional.
Aunque no
faltan malpensados que dicen que todo esto es el preludio del abandono del país
404, antes conocido como Ucrania, si fracasa la tan carareada “ofensiva de
primavera” sobre Crimea.
Así que aquí
estamos, esperando a Hersh de nuevo para ver cómo reaccionan, otra vez, los
medios de propaganda y sus acólitos para salvar las “democracias”, no vaya a
ser que se crezcan los “autoritarios”.
¡Ah!, y os
recuerdo que China y Hungría han pedido a la ONU una
investigación oficial. ¿La ONU? como siempre, inoperante y callando.
Ayer un audaz periodista -rara avis entre esta gente- le preguntó al secretario
general sobre el asunto. La respuesta: “sin comentarios”.
P.D.- Otro
país africano planta cara a Occidente. El presidente de Benín,
durante una entrevista con un canal francés de TV, preparatoria de la visita de
Macron, paró los pies del periodista cuando arremetió contra China con el nuevo
mantra occidental, eso de “democracias” frente a autocracias: “Antes de
acusar a China, quiero decir que si solo existe la llamada ‘democracia’ pero no
hay gobernanza es mal asunto, y eso es un asunto serio, y por eso el desarrollo
socioeconómico es nuestra prioridad. China es ahora el futuro de África.
El modelo chino me ha inspirado mucho, está motivando a todos los
países en desarrollo. Es una fuerza inevitable. China ha demostrado que
cualquiera puede salir de la nada”.
Occidente es
irrecuperable, su nivel de locura está instalado en todos los estamentos y los
medios de propaganda son uno de ellos. De ahí el cuento nuevo sobre
la voladura del gasoducto.
En menos de un
mes, cuatro países africanos han plantado cara a los
neocolonialistas europeos: Uganda, Namibia, Congo y Benin. Suma y
sigue a la rebelión anti-colonial africana.
El Lince
FUENTE: El Lince
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