El
Sur Global rechaza la presión para ponerse del lado de Occidente frente a
Rusia. EEUU, Francia y Alemania ven con preocupación cómo el centro del mundo
se desplaza hacia el oriente. La política europea, encabezada por Josep
Borrell, no da pie con bola.
El Sur Global rechaza la presión
El Viejo Topo
11 marzo, 2023
Al igual que en
Indonesia durante la cumbre del año anterior, los líderes del G20 de 2023
vuelven a hacer caso omiso de la presión de Occidente para aislar a Rusia, ya
que los grandes países en desarrollo (Brasil, India, Indonesia, México y
Sudáfrica) no están dispuestos a ceder en su opinión de que el aislamiento de
Rusia pone en peligro al mundo.
Las dos
próximas cumbres del G20 tendrán lugar en Brasil (2024) y Sudáfrica (2025), lo
que indicaría a Occidente que la plataforma del G20 no se subordinará
fácilmente a la visión occidental de los asuntos mundiales.
La mayoría de
los líderes de los países del G20 se desplazaron a Bengaluru directamente desde
Alemania, donde habían asistido a la Conferencia de Seguridad de Múnich. El
primer día de la conferencia de Múnich, el presidente de Francia, Emmanuel
Macron, dijo que estaba “conmocionado por cuánta credibilidad estamos perdiendo
nosotros en el Sur Global.” El “nosotros” en la declaración de Macron eran los
estados occidentales, encabezados por Estados Unidos.
¿Cuáles son las
pruebas de esta pérdida de credibilidad? Pocos de los Estados del Sur Global
han estado dispuestos a participar en el aislamiento de Rusia, incluida la
votación de resoluciones occidentales en la Asamblea General de las Naciones
Unidas. No todos los Estados que se han negado a unirse a Occidente son
“antioccidentales” en un sentido político. Muchos de ellos –incluido el
gobierno de la India– se guían por consideraciones prácticas, como los precios
rebajados de la energía en Rusia y los activos que venden a precio reducido las
empresas occidentales que se marchan del lucrativo sector energético ruso. Ya
sea porque están hartos de las presiones de Occidente o porque ven
oportunidades económicas en su relación con Rusia, cada vez más países de
África, Asia y América Latina han evitado las presiones de Washington para
romper sus lazos con Rusia. Es este rechazo y esta evasión lo que llevó a Macron
a hacer su contundente declaración de estar “conmocionado” por la pérdida de
credibilidad de Occidente.
En una mesa
redonda celebrada el 18 de febrero en la Conferencia de Seguridad de Múnich,
tres líderes de África y Asia desarrollaron el argumento de por qué están
descontentos con la guerra en Ucrania y la campaña de presión sobre ellos para
que rompan lazos con Rusia. El Ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Mauro
Vieira, que ese mismo día condenó la invasión rusa de Ucrania, instó a las
distintas partes en conflicto a “construir la posibilidad de una solución. No
podemos seguir hablando sólo de guerra”.
Los estados
occidentales han enviado miles de millones de dólares en armas a Ucrania para
prolongar una guerra a la que hay que poner fin antes de que se descontrole.
Occidente ha bloqueado las negociaciones desde que surgió la posibilidad de un
acuerdo provisional entre Rusia y Ucrania en marzo de 2022. El discurso de una
guerra interminable por parte de los políticos occidentales y el armamento de
Ucrania han provocado la retirada de Rusia el 21 de febrero de 2023 del Nuevo
Tratado START, que –con la retirada unilateral de EEUU del Tratado de Misiles
Antibalísticos en 2002 y del Tratado de Fuerzas Nucleares Intermedias en 2019–
pone fin al régimen de control de armas nucleares.
El comentario
de Vieira sobre la necesidad de “construir la posibilidad de una solución” es
compartido por todos los países en desarrollo, que no ven la guerra
interminable como algo beneficioso para el planeta. Como dijo la vicepresidenta
de Colombia, Francia Márquez, en el mismo panel: “No queremos seguir
discutiendo quién será el ganador o el perdedor de una guerra. Todos somos
perdedores y, al final, es la humanidad la que lo pierde todo”.
La declaración
más contundente en Múnich fue la de la primera ministra de Namibia, Saara
Kuugongelwa-Amadhila. “Estamos promoviendo una resolución pacífica de ese
conflicto” en Ucrania, dijo, “para que el mundo entero y todos los recursos del
mundo puedan centrarse en mejorar las condiciones de la gente en todo el mundo
en lugar de gastarse en adquirir armas, matar gente y crear hostilidades.”
Cuando se le preguntó por qué Namibia se había abstenido en la votación de
Naciones Unidas sobre la guerra, Kuugongelwa-Amadhila dijo: “Nuestra atención
se centra en resolver el problema… no en buscar culpas”. El dinero utilizado
para comprar armas, dijo, “podría utilizarse mejor para promover el desarrollo
en Ucrania, en África, en Asia, en otros lugares, en la propia Europa, donde
mucha gente está pasando penurias”. Un plan chino para la paz en Ucrania
–construido sobre los principios de la Conferencia de Bandung de 1955– contiene
los puntos planteados por estos líderes del Sur Global.
Los líderes
europeos han hecho oídos sordos a los argumentos esgrimidos por personas como
Kuugongelwa-Amadhila. El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos
Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ya se había disparado en el
pie con sus desagradables declaraciones de octubre de 2022: “Europa es un
jardín. El resto del mundo es una jungla. Y la jungla podría invadir el jardín…
Los europeos tienen que comprometerse mucho más con el resto del mundo. De lo
contrario, el resto del mundo nos invadirá”. En la Conferencia de Seguridad de
Múnich de febrero de 2023, Borrell –de origen español– dijo que compartía “este
sentimiento” de Macron de que Occidente tenía que “preservar o incluso
reconstruir una relación de confianza con muchos de los llamados países del
Sur”. Los países del Sur, dijo Borrell, nos “acusan de doble rasero” a la hora
de combatir el imperialismo, una postura que “debemos rechazar.”
Una serie de
informes publicados por importantes entidades financieras occidentales muestran
la inquietud de personas como Borrell. BlackRock señala que estamos entrando en
“un mundo fragmentado con bloques en competencia”, mientras que Credit Suisse
apunta a las “fracturas profundas y persistentes” que se han abierto en el
orden mundial. La evaluación que hace Credit Suisse de estas “fracturas” las
describe con precisión: “El Occidente global (países desarrollados occidentales
y aliados) se ha alejado del Oriente global (China, Rusia y aliados) en
términos de intereses estratégicos básicos, mientras que el Sur global (Brasil,
Rusia, India y China y la mayoría de los países en desarrollo) se está
reorganizando para perseguir sus propios intereses”.
Esta
reorganización se manifiesta ahora en la negativa del Sur Global a doblar la
rodilla ante Washington.
Fuente: Asia Times.
No hay comentarios:
Publicar un comentario