Pederastas eclesiásticos e
impunidad en el Reino de España
Publicado el 24 de febrero de 2023 / Por Domingo Sanz
KAOSENLARED
Lo de la pederastia en la Iglesia Católica no ha hecho
más que empezar, por lo que toda cifra es provisional. Además, el número total
de delitos que se podrán conocer será mínimo en comparación con los que se
cometieron, pues a las víctimas que habrán fallecido se sumarán las que no
jamás denunciarán.
Francia: “Al menos 216.000 casos de pederastia en
la Iglesia francesa, según una comisión independiente. Dos años y medio de
investigaciones dan lugar a medio centenar de propuestas, entre ellas reformar
el secreto de confesión”. El País, 05/10/2021.
Portugal: “El informe de los abusos sexuales en la
Iglesia portuguesa: al menos 4.815 víctimas desde 1950”. El País,
13/02/2023.
España: “La auditoría de los abusos en la Iglesia
española suma ya 4.000 víctimas pese a las trabas de varios obispos”. El
Diario. 16/02/2023.
Teniendo en cuenta que las investigaciones avanzan a
ritmos dispares es inútil cruzar esos casos de pederastia en cada país con sus
poblaciones respectivas: los sacerdotes franceses y portugueses parecerían 38 y
5,5 veces más pederastas que los españoles, algo fuera de lugar.
En cambio, para lo que sí sirve el cruce de casos de
pederastia con el de habitantes es para constatar que “las trabas de varios
obispos” son la causa de que en el Reino de España avance con exagerada
lentitud una investigación que es similar a las realizadas en las repúblicas
portuguesa y francesa.
Esta lentitud española en la investigación de los
pederastas que han abusado investidos de la autoridad eclesiástica multiplica
una impunidad que es muy elevada en esta clase de delitos, sea cual sea su
entorno.
En mi opinión, el problema del Reino de España es que
la impunidad es el resultado de una historia en la que durante muchas
generaciones han predominado los periodos de crueldad de las élites contra los
de abajo.
Por ejemplo, si se hiciera una encuesta a todas las
personas mayores de edad, la inmensa mayoría respondería que los golpistas de
1936 cometieron delito, pues no hay ninguna legislación en el mundo que
considere legal tal grado de violencia como solución para cambiar el rumbo de
una sociedad.
En cambio, nunca pagaron por sus crímenes ni aquellos
militares, ni los grupos de falangistas que sacaban a sus vecinos para
fusilarlos sin juicio en cualquier descampado, ni tampoco los que aprovecharon
la postguerra para adueñarse de bienes que pertenecían a republicanos. Y, para
confirmar la impunidad absoluta de tanto criminal en el bando de los
vencedores, la Ley de Amnistía aprobada durante la Transición metió a los
culpables en el mismo saco de unas víctimas que durante la dictadura fueron
condenados por reclamar democracia.
Si en la misma encuesta se preguntara si creen que en
España han pagado por sus delitos todos los políticos que se han corrompido y
enriquecido gracias a los cargos que desempeñaban, la mayoría, aún sin llevar
la cuenta, diría que no, que hay muchos que se han librado, a pesar de los
casos tan relevantes que han aflorado en los últimos años.
Y si en la misma encuesta se preguntara si están de
acuerdo con que el jefe del Estado pueda cometer cualquier delito sin rendir
cuentas ante la Justicia, es probable que el porcentaje de respuestas negativas
y escandalizadas por una pregunta tan ofensiva se acercara al 100%.
En cambio, la sociedad española ha contemplado, sin
reaccionar, como el fiscal anticorrupción archivaba en marzo pasado la
investigación iniciada por delitos de Juan Carlos I con el argumento de que la
“inviolabilidad” de que disfrutaba impide que sea sometido a juicio, fueras
cuales fueran los delitos que cometió durante su reinado.
Y en cambio también, el ex presidente francés Sarkozy
ha sido condenado a tres años de cárcel por financiación ilegal de una campaña
electoral.
En el Reino de España, cada persona de abajo puede
opinar lo correcto, pero, ante la impunidad que prevalece, acepta las
decisiones de los que mandan para evitar un mal mayor que siempre terminan
pagando los mismos.
Imagen de portada: Sin
nombre, pintura de Luis Vargas Santa Cruz sobre pederastia en la Iglesia-
commons.wikimedia.org | Detalles de
la licencia
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