Sobre el papel de la “izquierda” en la ILP
para la Recuperación del Sistema Nacional de Salud
Publicado el 2 de diciembre de
2022 / Por
kaosenlared
Nunca hay que depender de las instituciones o del gobierno para
resolver ningún problema. Todos los movimientos sociales se fundan, se guían,
se motivan y se llevan a cabo gracias a la pasión de los individuos.
Margaret Mead.
Como
ya explicamos en nuestra anterior nota, cuando agradecimos los
apoyos recibidos, desde CAS vimos la necesidad de utilizar la figura de la
Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para difundir en la calle nuestras
propuestas para blindar el sistema sanitario. Por ello presentamos junto con
colectivos de todo el Estado, una ILP de “Recuperación del Sistema Nacional de
Salud” (SNS) que fue rechazada en varias ocasiones por la
Mesa del Congreso.
Una
vez sorteados los obstáculos planteados por los cuatro partidos de la Mesa (PP,
PSOE, Vox y Unidas Podemos) y aceptada la ILP, dada la gravedad de la situación
del SNS, nos dirigimos por escrito, en tres ocasiones durante estos 12 meses, a
los colectivos, plataformas y “mareas blancas” que dicen
defender la sanidad; sindicatos como CCOO y UGT, así como a los corporativos de
medicina y enfermería; Federaciones de Vecinos; Colegios Profesionales;
Sociedades Científicas; ONG como Médicos Sin Fronteras, o Amnistía
Internacional, etc., para invitarles a una reunión en la que pudiéramos
explicar la ILP, y ofrecerles un espacio de lucha dada la gravedad de la
situación. También nos entrevistamos con los partidos políticos con
representación parlamentaria y situados en teoría “a la izquierda” del Gobierno
(Bildu, CUP, Teruel Existe, BNG, Compromis-MásPaís), los cuales, tras conocer
los contenidos de la ILP, nos manifestaron su interés en colaborar.
Sin
embargo, las directivas o cúpulas de estas organizaciones, ni se han molestado
en contestar a ninguna de las cartas que les hemos remitido, cuando las
propuestas que contenía la ILP son las que dicen defender. Respecto a los
partidos citados, en la práctica ninguno ha apoyado la ILP en sus territorios.
Entendemos que sus prioridades son otras. Sin embargo, muchas personas que
pertenecen, o se identifican con estos grupos si han colaborado
individualmente, a la vez que nos han trasladado su sorpresa por la falta de
colaboración de sus organizaciones.
Por
tanto, tenemos que denunciar que todos aquellos grupos, que englobados en la “izquierda
institucional”, han maniobrado para impedir que la ILP se
difundiera, para evitar que en año preelectoral, PSOE y Unidas Podemos tuvieran
que retratarse en el Congreso votando en contra de propuestas, que mientras
estuvieron en la oposición prometían aprobar cuando gobernaran.
Los
esfuerzos de todos estos grupos han estado centrados en deslegitimar y
boicotear la difusión de la campaña, y ahora que nos acercamos al circo
electoral, reaparecen en las calles con el apoyo de los “medios progresistas”, para
desviar la atención de las causas del caos sanitario, con los reclamos de “la
sanidad no se vende, se defiende”, mantra que a fuerza de repetirse
no va a lograr que las decenas de hospitales privatizados vuelvan a manos
públicas, ni que se sigan privatizando más centros sanitarios. Tampoco los “Ayuso
dimisión” (cámbiese por el político que corresponda en cada
territorio) permitirán ningún avance en la mejora de la atención sanitaria,
aparte de que siempre es posible un gobernante aún más nefasto que el anterior.
Lo que sí persigue la “izquierda del capital”, es
ocultar que la desastrosa situación sanitaria es simplemente el resultado de la
aplicación durante estas décadas pasadas de las leyes estatales que ellos están
manteniendo, aún contando con la mayoría parlamentaria para echarlas abajo.
El
papel jugado por otros sectores, como han sido los independentistas, demuestra,
una vez más, que sus intereses no son los de la mayoría de la población
trabajadora y/o excluida. En un tema tan grave, como es la destrucción del SNS,
sólo están interesados en “minimizar” o mitigar el
desastre en sus territorios. Sin embargo, la voladura controlada del SNS no permitirá
“oasis”
sanitarios, afectará a todas las Comunidades Autónomas. La única forma de
enfrentar una agresión de este calado era luchar unidos. La estrategia de
desmantelamiento de los llamados “servicios públicos”
alcanzará todos los territorios y todos los sectores, acelerándose cada vez más
con las medidas que el Estado está tomando, y aun reforzará mucho más con la
agudización de la crisis energética y ecosocial.
Por
tanto, podemos afirmar que estos grupos no han querido defender estos 5 puntos:
- Atención sanitaria para todas las personas,
universal.
- Derogación de las leyes privatizadoras y
recuperación de los centros privatizados.
- Creación de un sistema público de farmacia y
productos sanitarios.
- Recuperación y reforzamiento de la atención
primaria, dotándola del 25 % del gasto.
- Atención sanitaria de los centros de mayores en
manos del sector público.
Para
más información de la ILP puedes entrar en: https://recuperatusanidad.org/.
Así,
mientras el sistema sanitario se hunde, las ambulancias salen sin médico, se
desmantelan los servicios de urgencias, las listas de espera se disparan, la
masacre de las residencias continua impune con los mayores que sobrevivieron de
nuevo olvidados, y la sobremortalidad sigue sin merecer una explicación por
parte del Gobierno, todos los partidos sin excepción han cerrado filas, y nos
han metido en una guerra, que no es nuestra, y anuncian en los presupuestos para
2023, 48.833 millones de euros (casi el 4% del PIB), más de la mitad del gasto
sanitario público, no para rescatar la sanidad, sino para alimentar un nuevo
ciclo de rearme que nos va a llevar a un suicidio colectivo como sociedad.
Sin
embargo, hay esperanza. Las sociedades se han organizado históricamente desde
la base con ocasión de graves crisis. Las “clínicas de solidaridad”
griegas fueron un ejemplo hace una década. En el Estado español, en la primera
ola, con la Administración Sanitaria desaparecida, muchos trabajadores/as se
coordinaron desde la base y fueron los que mantuvieron la asistencia sanitaria.
Ellos son imprescindibles, mientras que políticos y gestores son el obstáculo
para lograr un sistema sanitario verdaderamente democrático y universal, no
dirigido por intereses comerciales, que actúe contra los “productores de enfermedad”
y establezca como prioritaria la salud colectiva.
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