La debacle económica-humanitaria de Ucrania
Rebelion
| 12/04/2022 |
Fuentes: Rebelión
Convertir a Ucrania en una punta de lanza para tratar de destruir a Rusia,
bajo las órdenes de Estados Unidos y de la OTAN, le ha costado al presidente
Volodimir Zelenski llevar al país a una completa debacle económica y
humanitaria.
Miles de
muertos y heridos, millones de refugiados, destrucción de infraestructuras y un
daño económico multimillonario son las consecuencias de la operación militar
especial lanzada por Moscú para defender a las repúblicas de Donetsk y Lugansk
del genocidio sufrido desde 2014 por parte de Kiev, y desmilitarizar y
desnazificar al país vecino.
También Rusia
calculó que era mejor salvaguardar a su nación ante el inminente peligro que
representaba una Ucrania unida a la OTAN en su frontera, donde en 30
laboratorios biológicos se procesaban varios patógenos del ántrax, tularemia,
brucelosis, cólera, leptospirosis y peste porcina africana, proyectos
encargados directamente por el Pentágono.
Esa es la
verdadera historia de esta guerra en la que los medios de propaganda
occidentales tergiversan las informaciones y descargan todo su odio contra
Rusia.
La portavoz del
Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, señaló en una reciente
entrevista, que Moscú había advertido a Kiev que «se iba a caer en pedazos si
no adoptaba una política nacional equilibrada y basada en los ejemplos de los
logros europeos».
En el plano
económico, la ministra ucraniana del ramo, Yulia Svyrydenko cifró en 564 900
millones de dólares el impacto directo de las destrucciones que incluyen las
consecuencias indirectas de los combates en la economía, como el aumento del
desempleo, la reducción del consumo de los hogares o la disminución de los
ingresos del Estado.
Svyrydenko, que
también es viceprimera ministra, agregó que las mayores pérdidas se hallan en
la infraestructura con casi 8 000 kilómetros de carreteras dañadas o
destruidas, así como estaciones de trenes y aeropuertos. Estimó que el Producto
Interno Bruto (PIB) tendría una contracción de más del 55 % en comparación con
2021.
A esas grandes
pérdidas hay que sumar las del sector agrícola, uno de los principales
suministradores al aporte de su PIB.
Estados Unidos
y Occidente, que han hecho todo lo posible por extender la guerra con la
finalidad de demonizar a Rusia y provocarle grandes pérdidas militares y
económicas, le han otorgado a Kiev millonarios préstamos (para la compra de
todo tipo de armamentos) los que tendrán que reembolsar en el futuro con los
consabidos intereses.
A principios de
marzo, el Banco Mundial (con aportes de Suecia, Reino Unido, Países Bajos,
Dinamarca, Letonia, Lituania, Polonia e Islandia) estableció un programa
urgente de financiamiento por 489 millones de dólares para “ayudar” a Ucrania,
pero con garantías por un monto de 139 millones de dólares.
El país deberá
devolver al menos el 50 % del monto, mientras que, por lo general, la otra
mitad es a fondo perdido, aunque deberá demostrar hacia dónde se van esos
recursos, o sea, la fiscalización será permanente.
El Fondo
Monetario Internacional (FMI) también llegó con sus conocidas “bondades”
financieras y proporcionó a esa nación un crédito por 1 400 millones de
dólares, unido a cláusulas que impone ese organismo en detrimento de programas
sociales, las que deberá cumplir Kiev cuando finalice el conflicto.
Con base al
artículo cuatro del reglamento del FMI, el régimen de Ucrania tendrá que
regresar el monto otorgado en un periodo determinado.
Como impulsor
de esa guerra, el Gobierno estadounidense ha sido el más magnánimo al aprobar
presupuestos al régimen de Zelenski por más de 14 000 millones de dólares como
préstamos de garantía soberana.
La Unión
Europea entregó fondos para el envío de material bélico por 1.100 millones de
dólares.
Según cálculos
de varias entidades financieras, los préstamos puestos por Occidente a
disposición de Kiev para tratar de prolongar ese conflicto, se estiman en la
abultada cifra de 27 000 millones de dólares.
Las grandes
pérdidas de vidas humanas, los traumas y secuelas psicológicas para la
población, unidas a los desastres económicos-financieros dejarán huellas
difíciles de reparar en años a la antes floreciente Ucrania.
La jugada de
Zelenski y sus ultraconservadores de seguir ciegamente las órdenes de
Washington para debilitar a Rusia les falló por completo.
Como advirtió
María Zajárova, “Kiev se caería a pedazos” si no adoptaba una política nacional
equilibrada. Moraleja: el que no oye consejo no llega a viejo.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante
una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para
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