Verdades
incómodas sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania
DIARIO
OCTUBRE / enero 21, 2022
André Abeledo FernándezEl 2 de mayo de 2014, decenas de oponentes del Gobierno
NAZI-FASCISTA de Kiev murieron en esta ciudad ucraniana de Odessa abrasados por
un incendio provocado en la Casa de los Sindicatos, tras protagonizar violentos
enfrentamientos callejeros con extremistas del grupo radical Pravy Sektor y sus
simpatizantes.
Los
NAZI-FASCISTAS quemaron el edificio sindical con más de un centenar de personas
dentro, la mayoría murieron quemados, entre ellos un niño de corta edad, los
que se tiraban por las ventanas para huir de las llamas eran rematados a palos
por los NAZIS que apoyan al gobierno Ucraniano.
Los
EEUU, la OTAN y la Unión Europea apoyaron a aquel gobierno NAZI-FASCISTA
Ucraniano en su enfrentamiento con las provincias rebeldes, provincias con una
mayoría de población rusa, y en el enfrentamiento con la misma Rusia.
Alimentar
al monstruo y fortalecerlo como buen burgués asustado lleva a que ahora el
FASCISMO y el racismo también sean gobierno, o puedan serlo, en otros países de
Europa.
Aquellos
crímenes y otros muchos han quedado impunes en Ucrania.
La
oligarquía nacionalfascista, incluyendo a sus mamporreros políticos y
periodistas, defendieron al asesino Sternenko.
Aquellos
crímenes que Occidente no quiso ver, aquel fascismo que Occidente apoyó, aquel
conflicto donde la OTAN tomó partido por un gobierno NAZI y golpista que había
tomado el poder en Kiev, es el mismo que ahora amenaza al mundo como pandemia
ideológica tan peligrosa como cualquier coronavirus para toda la humanidad.
El
actual conflicto en la frontera entre Ucrania y Rusia tiene una historia, un
contexto, y unos motivos, que Occidente esconde a su opinión pública.
Existe
una campaña antirrusa se guía por “la máxima de Goebbels de que una mentira
repetida mil veces se convierte en una verdad”, donde el objetivo del mantra de
que ‘Moscú es culpable de todo’ –desde la crisis energética en Europa, hasta
todo tipo de ataques informáticos, pasando por su ‘mano’ detrás del
independentismo catalán–, es hacer creer a la ciudadanía occidental de que
Rusia es un enemigo a batir.
Una
campaña que no se limita a la desinformación, sino que acompaña hechos bien
concretos, como el golpe de Estado en Ucrania y la imposición de un Gobierno de
ideología nazi, al tiempo que la OTAN no deja de acumular tropas en las
proximidades del territorio ruso.
¿Que
haría EEUU si en sus fronteras potencias extranjeras acumulasen tropas y
armamento como medida de presión y amenaza?.
Porque
eso está haciendo la OTAN, amenazar las fronteras rusas y tratar de
desestabilizar su economía y también a sus aliados, como en el caso de
Bielorrusia, o Kazajistán.
Podemos
escuchar a opinadores hablando de la libertad de Ucrania y la OTAN para
aliarse, poner misiles en la frontera con Rusia, o para armar al ejército
Ucraniano.
¿Pero
que pasaría si Rusia y Cuba decidiesen poner sus misiles en la isla?, supongo
que otra crisis de los misiles y una nueva amenaza de tercera guerra mundial.
Ese es el doble rasero de los medios Occidentales a la hora de informar.
Como
siempre la verdad es la primera víctima de la guerra, en este caso de la guerra
fría.
Como
siempre decir la verdad sigue siendo un acto revolucionario.
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