Defienden el clima
mientras nos preparan el fin del mundo
Diario octubre /
05.10.2021
Como geógrafo y especialista en geopolítica, Manlio Dinuccio nos recuerda que el peligro que el calentamiento climático pudiera representar para la especie humana es mucho menos grave que la amenaza de invierno nuclear que ciertos participantes en la COP26 nos preparan afanosamente.
Manlio Dinucci.— A
principios de octubre, Italia acogió la reunión preparatoria de la Conferencia
de la ONU sobre el Cambio Climático, la
COP26 que ahora está teniendo lugar en Glasgow.
Dos semanas
después, Italia acogió también otro
evento internacional que, contrariamente a lo sucedido con
el primero, el gobierno
italiano prefirió realizar en el mayor silencio: la maniobra de
guerra nuclear Steadfast Noon,
organizada por la OTAN en los cielos del centro y del sur
de Italia.
Bajo las órdenes de
Estados Unidos, las fuerzas aéreas de 14 países miembros de
la OTAN participaron durante
7 días en esa maniobra, desplegando en las bases de Aviano y de Ghedi
(Italia), cazabombarderos capaces de portar
tanto armas convencionales como armamento atómico.
Aviano, en la región
italiana de Friul, sirve de base permanente al 31º Escuadrón Aéreo de Estados Unidos, que dispone de cazabombarderos F-16C/D y
de bombas nucleares B61.
Mientras tanto,
en Ghedi –también en Italia pero en la región de Lombardía–, la 6ª
Escuadra Aérea italiana dispone de
cazabombarderos Tornado PA-200 y de bombas nucleares (estadounidenses) B61. La Federación de Científicos
Estadounidenses (FAS, siglas en inglés) en 2021
que:
«se han asignado a la fuerza aérea italiana misiones de ataque nuclear con
bombas estadounidenses, almacenadas
en Italia bajo control de la US Air Force, cuyo uso en acciones de guerra debe contar de la autorización
del presidente de Estados Unidos.»
Las bases de Aviano y de
Ghedi han sido restructuradas para recibir aviones de guerra F-35 armados con nuevas bombas nucleares (estadounidenses) B61-12.
En octubre pasado, se realizó
en Nevada (Estados Unidos) el ensayo final de lanzamiento –desde dos F-35A y
sin cargas atómicas– de las nuevas bombas
nucleares estadounidenses B61-12. Así que esas nuevas bombas atómicas llegarán a Italia y
30 aviones F-35A adquiridos por Italia podrán ser desplegados en la base de Ghedi, donde estarán listos
para el ataque, bajo las órdenes de Estados Unidos, con
60 bombas nucleares B61-12 almacenadas en esa misma instalación.
Sólo una semana después
de haber participado en el ejercicio de guerra nuclear Steadfast Noon,
Italia participa en la Conferencia de
la ONU sobre el Cambio Climático, presidida por el Reino Unido en asociación con Italia. El primer ministro
británico Boris Johnson declaró entonces: «Estamos a
un minuto de la medianoche y tenemos que reaccionar ahora» contra el calentamiento climático que está destruyendo
el planeta.
Boris Johnson utilizaba
así la imagen del simbólico «Reloj del Apocalipsis», pero ese reloj en realidad muestra el poco tiempo que nos separa
de la medianoche nuclear. El mismo Boris Johnson
había anunciado en marzo el desarrollo de los submarinos británicos
de ataque nuclear Astute, con un costo de
2 200 millones de dólares cada uno, armados de misiles nucleares
crucero estadounidenses Tomahawk IV cuyo
alcance es de 1 500 kilómetros, y de sus submarinos Vanguard, armados cada uno con
16 misiles balísticos estadounidenses Trident D5 de
12 000 kilómetros de alcance capaces de transportar más de
120 cabezas nucleares. Los Vanguard serán
rápidamente reemplazados por los nuevos submarinos de la clase Dadnough, todavía más poderosos.
Los submarinos
británicos de ataque nuclear, que ya navegan a lo largo de las costas rusas,
ahora navegan también frente a las costas de
China partiendo desde Australia, país al que Estados Unidos y Reino Unido van a proporcionar
submarinos nucleares. Como estamos viendo, el Reino Unido, que
acoge la conferencia para salvar el planeta del cambio climático,
contribuye alegremente a la
aceleración de la carrera armamentista que arrastra el mundo hacia la catástrofe nuclear.
En medio de todo este
contexto, el video promocional de la Conferencia sobre el Cambio Climático peca por erróneo. En ese video [ver al inicio de
este artículo], un dinosaurio, representante de una especie extinguida, sube a la tribuna de la ONU para alertar a
los humanos sobre la necesidad de salvar la humanidad
del calentamiento climático.
Pero los estudios
científicos han confirmado que no fue un calentamiento climático
lo que acabó con los dinosaurios
sino, al contrario, un enfriamiento generalizado del planeta causado por
el impacto de un enorme meteorito que levantó nubes
de polvo de tal magnitud que eclipsaron el sol
por largo tiempo.
Eso es exactamente lo
que sucedería en caso de guerra nuclear. Además de la destrucción de proporciones catastróficas y de los efectos de las
radiaciones nucleares que afectarían todo el planeta,
un conflicto nuclear provocaría, tanto en las zonas urbanas como en zonas
boscosas, incendios tan enormes que espesas
cortinas de humo ocultarían el sol, lo cual traería como consecuencia un enfriamiento climático que duraría
por años, o sea un larguísimo invierno nuclear.
Entre las consecuencias
de ese invierno nuclear estarían la extinción de la mayor parte de las especies vegetales y animales que hoy conocemos y efectos
devastadores para la agricultura. El frío y el hambre
reducirían las posibilidades de subsistencia de los pocos sobrevivientes, lo cual conllevaría a la extinción de la especie humana por
“enfriamiento nuclear”.
Manlio Dinucci
FUENTE: Red Voltaire
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