Diez tesis sobre el marxismo
El Viejo Topo
21 octubre, 2021
1
No tiene ya
sentido plantear la pregunta acerca de en qué medida es en la actualidad
teóricamente válida y prácticamente aplicable la doctrina de Marx y Engels.[1]
2
Todas las
tentativas de restaurar la doctrina marxiana como un todo y en su función originaria
de teoría de la revolución social de la clase obrera constituyen en la
actualidad utopías reaccionarias.
3
No obstante
ello, para bien o para mal, elementos importante de la doctrina marxiana
conservan todavía hoy su validez con funciones y perspectivas diversas. También
estímulos importantes de la práctica del movimiento obrero marxista de un
tiempo se han introducido en las diversas prácticas actuales de pueblos y de
clases.
4
El primer paso
para la reconstitución de una teoría y de una práctica revolucionaria consiste
en romper con la pretensión del marxismo de monopolizar la iniciativa
revolucionaria y su dirección teórica y práctica.
5
Marx es hoy
sólo uno de los muchos precursores, fundadores y proseguidores del movimiento
socialista de la clase obrera. Igualmente importantes son los llamados
«socialistas utópicos», desde Thomas Moro hasta nuestros días. Igualmente
importantes son los grandes rivales de Marx como Blanqui o irreductibles
adversarios como Proudhon y Bakunin. No menos importantes son, finalmente,
desarrollos ulteriores tales como el revisionismo alemán, el sindicalismo
francés y el bolchevismo ruso.
6
Puntos
particularmente críticos del marxismo son:
a) la
dependencia práctica de las condiciones políticas y económicas poco desarrolladas
de Alemania y los demás países de la Europa centro-oriental donde adquirió
importancia política;
b) adscripción
incondicionada a las formas políticas de la revolución burguesa;
c) aceptación
incondicionada de la situación avanzada inglesa como modelo de desarrollo
futuro para todos los países y condición objetiva preliminar para el pasaje al
socialismo. Además de esto:
d) las consecuencias de sus repetidas tentativas, convulsas y desesperadas,
por destruir estas condiciones.
7
De estas
condiciones resulta:
a) la sobrestimación del estado como
instrumento determinante de la revolución social;
b) la
identificación mística del desarrollo de la economía capitalista con la
revolución social de la clase obrera;
c) el
problemático desarrollo ulterior de esta primera forma de la teoría marxiana de
la revolución con el injerto artificioso de una teoría de la revolución
comunista en dos fases y desarrollada en parte contra Blanqui, en parte contra
Bakunin, teoría que tacha del movimiento actual la emancipación de la clase
obrera, desplazándola hacia un futuro indeterminado.
8
Es aquí donde
se insertó el desarrollo leniniano o bolchevique del marxismo; y es en esta
forma como el marxismo fue transportado a Rusia y a Asia. Contemporáneamente se
ha realizado la transformación del socialismo marxista de teoría revolucionaria
a ideología que puede ser puesta y ha sido puesta al servicio de los más
diversos objetivos.
9
Desde este
punto de vista deben ser críticamente entendidas las dos revoluciones rusas de
1917 y de 1928; desde este punto de vista deben ser determinadas también las
diversas funciones que el marxismo desempeña hoy en Asia y a escala mundial.
10
La posibilidad
por parte de los trabajadores de determinar la producción y la
propia vida no surge recuperando las posiciones abandonadas de la llamada libre
competencia, abolida por los mismos propietarios monopolistas de los medios de
producción, sobre los mercados nacionales internos y sobre el mercado mundial.
Dicha posibilidad sólo puede ser el resultado de la intervención planificada de
todas las clases hoy exclusivas en la producción, tendencialmente regulada en
todas partes de manera monopolista y planificada.
Nota
[1] Zehn
Thesen über Marxismus huete (1950). Redactadas y difundidas en 1951
como esquema de una conferencia pronunciada en Zurich (por lo cual son
designadas también como Tesis de Zurich) en ocasión del viaje
de Korsch a Europa donde pronunció conferencias en Hannover, Berlín, Basilea y
Zurich precisamente, nunca fueron publicadas por el autor. Aparecieron por
primera vez impresas en francés en la revista Arguments, en
1959, y luego en su original alemá1 en Alternative, t. VIII,
1965, núm. 41, pp. 89-90
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