Stop Ganadería Industrial: “Se puede producir de forma más sostenible, sin que tus vecinos se tengan que ir y esté todo lleno de mierda y ruina”
3 Feb, 2021
¿Cuántos cerdos hay por
persona en Castilla-La Mancha? “¿Y cuántos purines? En Albacete lo hemos
calculado y tocamos a 2,5 litros de purines por cabeza al día”, responde Inma
Lozano, agricultora ecológica, portavoz de la plataforma Stopmacrogranjas
de Castilla-La Mancha, donde ya hay alrededor de un centenar
de pueblos afectados por una ganadería industrial que “genera graves riesgos
para la salud pública, el medio ambiente, el medio rural y el bienestar
animal”. Por todo ello, la Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, de
la que Inma es coportavoz, ha impulsado una petición al ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación y a la ministra para la Transición Ecológica
y el Reto Demográfico para el establecimiento de una moratoria a la instalación
y ampliación de explotaciones ganaderas intensivas.
“No estamos en contra de la
ganadería, sino de este tipo de industria, porque no son granjas, es ganadería
industrial que afecta al entorno, a los recursos y a las personas. Se puede
producir de otra forma, más sostenible, sin que tus vecinos se tengan que
marchar y esté todo lleno de mierda y ruina. Apostamos por menos producción,
pero de mejor calidad. No carne basura que asola nuestros recursos y nuestros
pueblos”, defiende Lozano.
“No hay tierra que pueda
absorber tanta mierda”
Porque los habitantes de
Castilla-La Mancha ya no pueden soportar más macrogranjas. “No hay tierra que
pueda absorber tanta mierda”, se quejan. En la Comunidad Autónoma presidida por
el socialista Emiliano García-Page, hay decenas de pueblos afectados por este
tipo de ganadería industrial intensiva que califican de depredadora. “Ni se
sabe cuántas hay. Pero es que además las que están inscritas según el Gobierno
de Castilla-La Mancha y el Gobierno central no coinciden. Nosotros pensamos que
hay más, por todos los purines que se están vertiendo”, aseguran otros miembros
de CLM Stopmacrogranjas consultados.
“La mitad de los pueblos se
enteran cuando la macrogranja ya se está construyendo en su localidad o en el
pueblo de al lado. Es David contra Goliat”, claman. “Ya hay médicos que están
informando de los efectos nocivos sobre la salud de las personas. Y la gente
nos estamos agrupando para pagar abogados que hagan alegaciones”, añaden.
“No genera empleo: Una
macrogranja de 7.000 cerdos la puede llevar una persona. Está todo
automatizado”
Y es que son muchas las
consecuencias negativas de este modelo industrial de ganadería sobre un
territorio ya de por sí vulnerable como es la llamada España vaciada. “Te
venden que es bueno para la economía de la zona, para generar empleo, para
fijar población, pero está demostrado que la población no crece. Pero es que
además la gente se va”, afirma Lozano. Es el caso de Balsa de Ves, que en 2006,
año de la llegada de la macrogranja, contaba con 222 habitantes. Hoy hay apenas
130 almas en un pueblo que en 2018 ya soportaba 2.600 porcinos madres, con
posibilidad de criar 60.000 cerdos al año, lo que generaba más de 100 toneladas
de residuos al día, según publicó en su día ‘El digital
de Albacete’.
“Y luego se les llena la boca
con la defensa del medio ambiente. Presuntamente, todo va con la agenda 2030,
todo te lo venden como muy verde y muy sostenible, pero mientras, se publican
todos los días ampliaciones y nuevas explotaciones altamente contaminantes.
Cuando ya sabemos las consecuencias. Los números son desastrosos. En el pueblo
de Pozuelo ya van por el segundo intento. Quieren poner 10.800 madres. Eso
supone 400.000 cerdos al año. Las cifras son devastadoras. Lo hacen a través de
lo que llaman ‘ampliación no sustancial’. En Cardenete (Cuenca) no paran de ampliar.
Y cada vez hay más explotaciones. Suelen utilizar proyectos de corta-pega, con
trámites administrativos dudosos. Se están autorizando barbaridades”, insisten
desde la plataforma.
“Los pequeños ganaderos
venden porque no pueden competir. Así las macrogranjas se están haciendo con el
mercado y al final imponen el precio”
Los afectados explican que las
macrogranjas “actúan siempre igual: Piden un número x de cerdos y al año piden
una ampliación no sustancial que dobla las cabezas de cerdos. Les vale el
informe de impacto ambiental de la Junta de Castilla-La Mancha y cuando la
granja se construye, no tiene nada que ver. Ha habido alcaldes del PSOE que por
esto han perdido la alcaldía. Por ejemplo, Alfonso Escudero, exalcalde de Mota
del Cuervo, al que luego le hicieron senador”. Las distintas personas
consultadas repiten que “no se termina de entender cómo [desde la
administración de García-Page] están empecinados en venderte la peste”.
Porque además -reiteran- este
tipo de ganadería intensiva tampoco genera empleo: “Te dicen que es sostenible,
que genera puestos de trabajo, pero la realidad es que una macrogranja de 7.000
cerdos la puede llevar una persona, porque está todo automatizado. Hablan de la
dinamización de la zona y no es verdad. Y luego presumen de economía circular,
de ecología, de sostenibilidad… Por eso no entendemos cómo la Junta de
Castilla-La Mancha puede seguir apoyando este tipo de explotación. No nos entra
en la cabeza cómo la Junta lo sigue aprobando. Porque es que no hay hectáreas suficientes
para echar tantos purines. El número de cerdos producidos aumenta, pero cada
vez hay menos explotaciones. Se están haciendo con todas las explotaciones
familiares. Los pequeños ganaderos venden porque no pueden competir. Así las
macrogranjas se están haciendo con el mercado y al final imponen el precio”.
“A lo primero que afecta es
al agua. Cuando un acuífero se contamina, se contamina para siempre. Y al
final, todos los acuíferos están unidos”
Otro de los graves problemas
que genera este modelo industrial de ganadería es la insostenible contaminación
del agua. De hecho, el agua de Torrejoncillo del Rey se contaminó por los
purines de una macrogranja en el pueblo de al lado, en Huerta de la Obispalía,
según una sentencia judicial. “Aunque la Justicia te dé la razón, el pueblo ya
está contaminado. Por eso viene la despoblación”, aseguran las fuentes de
Stopmacrogranjas Castilla-La Mancha.
“Lo que consume un cerdo va
entre 7 y los 10 litros de agua al día. Además del agua necesaria necesaria
para limpiar las naves por el sistema ‘todo fuera-todo dentro’. También los
detergentes químicos van a la balsa de purines. Así que orgánico no es. Ya hay
muchos pueblos con los acuíferos contaminados. El acuífero va circulando y al
final esa agua la vas a beber tú también”, explica Lozano.
“A lo primero que afecta es al
agua. Cuando un acuífero se contamina, se contamina para siempre. Y al final,
todos los acuíferos están unidos”, apuntan las fuentes, que añaden que se ha
parado una macrogranja que querían construir encima del acuífero 23 de Daimiel,
al lado de las Tablas de Daimiel, los famosos humedales de Ciudad Real,
presuntamente protegidos en el Parque Nacional del mismo nombre.
Pero la presión extractivista
no para. Y no se detiene ni siquiera ante zonas de altísimo valor
medioambiental como las Hoces del Cabriel. Por eso Cuenca Ahora, Pueblos Vivos Cuenca y
Serranía Celtibérica han presentado alegaciones ante la Confederación
Hidrográfica del Júcar para que no se autorice a la empresa Porcialtollano S.L.
instalar un grupo de autobomba sumergible que extraería un caudal continuo de
agua subterránea de 25 millones de litros al año, que se destinaría a la
instalación de una macrogranja porcina. Las asociaciones, en defensa de
la zona Reserva de la Biosfera Valle del Cabriel de Cuenca,
consideran que instalar una granja porcina de 2100 madres a 1,4 kilómetros del
río Cabriel constituye un “riesgo elevado y un atentado inaceptable al
ecosistema”. También alegan que el municipio de Cardenete se abastece de la
citada masa de agua subterránea.
El informe recoge que la
explotación estaría en suelo rústico no urbanizable de especial protección, y
una parte de la finca entra dentro de la zona ZEPA Hoces del Cabriel, Guadazaón
y Ojos de Moya. Ante el hecho de petición del sondeo, también se han
manifestado en contra de su concesión Ecologistas en Acción, además de CLM Stop
Macrogranjas, que han presentado asimismo sus escritos de alegaciones, según ha
publicado encastillalamancha.es.
Reclaman a la Confederación
Hidrográfica del Júcar que, en el ejercicio de sus competencias, asuma la
protección de las aguas subterráneas contra la contaminación y el deterioro,
conforme a la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y de la legislación
española de protección de las aguas subterráneas.
Los castellano-manchegos, que
están conectados en red con el resto de territorios del Estado, saben de las
consecuencias de las macrogranjas sobre el agua en zonas de Castilla y León, de
Lleida y Girona, donde “llevan 30 años sin poder beber agua del grifo” o de
Galicia, donde “en A Limia
hay una contaminación del río brutal”. “En los purines es donde
patinan todos. No hay tierra para absorber todo eso”, repiten hasta la
saciedad.
Riesgos para la salud:
“Favorece la resistencia a los antibióticos y puede ser vector de transmisión
de varias enfermedades”
Pero es que este modelo de
ganadería intensiva, a diferencia de la extensiva, también genera problemas
para la salud. Lozano cita asmas, conjuntivitis, cefaleas en los niños,
problemas respiratorios… Lo saben quienes lo sufren sobre el terreno y lo saben
los médicos que han estudiado el fenómeno. El informe ‘Riesgos para la salud
pública relacionados con la instalación de macrogranjas porcinas’, realizado
por Ángela Prado Mira, médico intensivista del Hospital General de Albacete,
concluye que “la contaminación del agua causada por la filtración de purines
altera el equilibrio del ecosistema acuático, favorece la resistencia a los
antibióticos y puede ser vector de transmisión de varias enfermedades. (…) Si
suministramos antibióticos de forma indiscriminada a los animales destinados al
consumo humano, estos animales desarrollaran cepas comensales resistentes a los
antibióticos, que posteriormente podrían pasar al ser humano a través de los
diferentes productos alimentarios”. (Ver el informe completo)
Riesgos_para_la_Salud_Publica_relacionados_con_la_instalacion_de_macrogranjas_porcinas_Dra._Angela_Prado_MiraDescarga
“En el hospital de Albacete
hay un programa que se llama ‘Resistencia 0’, que analiza la resistencia a las
bacterias. Se están destinando muchísimos recursos a este proyecto y luego
resulta que a 30 km de ese hospital nos meten 160.000 cerdos hacinados que
provocan lo mismo. Carne que además consumimos”, apunta la portavoz de CLM Stop
Macrogranjas.
Las integradoras se encargan
de todo y endilgan al ganadero el marrón de los purines. En Tarancón opera
Incarlopsa, el carnicero de Mercadona
¿Quiénes son los actores
beneficiarios de esta ganadería industrial? “Las explotaciones funcionan con el
método de la integradora. Todo depende de estas empresas y el ganadero solo
engorda al cerdo y se encarga de los purines. En la zona de La Manchuela opera
el Grupo Sanchiz. El Pozo tiene la integradora Cefusa a 30 kilómetros de
Albacete capital. También está Campofrío. En Cuenca, opera Incarlopsa, que
suministra de carne a Mercadona. Incarlopsa consiguió con fondos públicos en
Tarancón montar un matadero megamoderno que no sé cuántos cerdos mata a la
hora. Todos los pueblos de Cuenca están sufriendo esa avalancha. Ya no solo en
Tarancón, sino en La Serranía, que es todo monte, zonas de reserva natural,
ZEPA… Hay que verter los purines. Tarancón está a 80 km de Madrid. Cientos de
camiones todos los días surten a Madrid. El matadero de Tarancón necesita
muchas granjas alrededor. Es todo un engranaje. No hacen ningún favor a la
agricultura y a la ganadería de la zona”, valoran las fuentes consultadas.
Donaciones de Incarlopsa al
gobierno de García-Page a través de la fundación Impulsa
Casualmente, “Incarlopsa,
el carnicero de Mercadona, donó 400.000 euros al gobierno de García-Page”,
según publicó Economíadigital.es en 2018, que añadía que “el fabricante cárnico
es donante recurrente de la fundación Impulsa, que gestiona los anuncios
publicitarios del gobierno” castellano-manchego.
No todos los políticos de la
zona respiran igual. Por ejemplo, la Diputación Provincial de Albacete aprobó
una declaración institucional en apoyo a los municipios posicionados en contra
de la instalación de macrogranjas de cerdos y, más recientemente, la de Ciudad
Real. Su presidente, el socialista José Manuel Caballero, aclaró que la
Diputación no está en contra de las explotaciones ganaderas, pero sí de que se
instalen macrogranjas de cerdos sin el necesario consenso social y que no son
sostenibles medioambientalmente: “Exigimos que estos modelos de producción
respeten el bienestar animal y que vayamos hacia otros cada vez más sostenibles
y ecológicos. Somos defensores de un modelo agroalimentario que es muy potente
en la provincia de Ciudad Real pero somos muy conscientes de que el modelo de
macrogranja cuando no cuenta con el consenso social y cuando no reúne todas las
garantías de sostenibilidad, es mejor que no se ponga en marcha porque los
efectos que puede tener son muy perniciosos”, aseguró citado por ‘eldigitaldeciudadareal.com’.
“Se tienen que tener en cuenta
todas las explotaciones de todo el territorio en conjunto, porque el efecto es
acumulativo. Eso es lo que envenena”
Desde CLM Stopmacrogranjas continúan
insistiendo en que “se tienen que tener en cuenta todas las explotaciones de
todo el territorio en conjunto, porque el efecto es acumulativo. Eso es lo que
envenena”. También, junto a las más de 40 plataformas de todo el Estado unidas
en la coordinadora estatal Stopganaderíaindustrial.org,
reiteran la necesidad de una moratoria de nuevos proyectos con el fin de poder
realizar un estudio estratégico del territorio y un análisis exhaustivo de sus consecuencias.
Esta Coordinadora Estatal ha
lanzado una recogida de firmas en apoyo de su petición de una moratoria a la
ganadería industrial en España. En concreto, se pide al ministro de
Agricultura, Pesca y Alimentación y a la ministra para la Transición Ecológica
y el Reto Demográfico que, en base a sus competencias, se suspenda la concesión
de licencias de nueva creación y ampliación para explotaciones de ganadería
intensiva ante su proliferación desmesurada y descontrolada en España.
Para esta Coordinadora, que
agrupa decenas de movimientos vecinales rurales de diversos lugares de España
junto con organizaciones nacionales e internacionales, “la desmesurada y
descontrolada expansión de la ganadería intensiva en España en los últimos
años, que ha encontrado una fuerte contestación social, requiere que la
Administración del Estado tome medidas para regular este sector con una visión
de conjunto. Abogamos por frenar este crecimiento descontrolado del sector y
orientarlo hacia un modelo que responda a las necesidades de las personas
consumidoras, los y las ganaderas, la población del medio rural, el
medioambiente y la urgente lucha contra la crisis climática. Para ello recogemos firmas con
el apoyo de Food & Water Action Europe, Amigos de la
Tierra, Justicia Alimentaria, València
Animal Save, Ecologistas en Acción, Compassion in World
Farming y ADDA”.
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